El sábado 14 de Noviembre la gira “Tudo é possible” de Che Sudaka hizo una parada en Vitoria-Gasteiz, tras hacerlo anteriormente en ciudades como Valladolid, Vigo, Madrid o Córdoba.
El grupo visito hace un año la ciudad alavesa con motivo de la celebración del 25 cumpleaños de Hala Bedi Irradia y del 20 Aniversario del Gaztetxe vitoriano. En esta ocasión cambiaban el Gaztetxe por la Sala Jimmy Jazz, la cual demuestra día tras día la gran apuesta que esta realizando por acercar la cultura musical a la ciudad.
La tarde dio comienzo con una entrevista que realizamos al grupo en la sala y que en unos días podréis leer en la sección entrevistas de la web. Tras ella el grupo nos ofreció la oportunidad de quedarnos en la prueba de sonido y allí estuvimos disfrutando con ellos.
Pasadas las diez de la noche, el grupo formado por tres músicos argentinos y dos colombianos salio a escena. Iniciaron su concierto con el tema “Será posible” que se incluye en el último álbum de la banda, el cual vio la luz en el mes de Octubre y que viene acompañado por un DVD, el cual contiene diverso material. Che Sudaka fue alternando temas de este nuevo disco con otros de sus dos anteriores trabajos, “Mirando el mundo al revés” y “Alerta Bihotza” editados en el año 2007 y 2005 respectivamente.
Los vocalistas Leo y Kacha no pararon de animar al público, quien estuvo activo durante toda la actuación y en ningún momento bajo los brazos. Temas antiguos como “Mirando el mundo al revés”, “Cosmopolitan” o “Bihotza” fueron de los más ovacionados, pero otros más novedosos como “Mentira Polítika” no se quedaron atrás y tuvieron una gran aceptación entre los presentes.
El momento álgido de la noche llego con el tema “El libro de los abrazos” en el que los cerca de 250 espectadores que se encontraban en la sala se dieron un abrazo masivo.
Pero ese no fue el único detalle que demuestra la conexión entre Che Sudaka y el público fue una realidad, cuando había que sentarse en el suelo el público lo hacia, también cuando había que saltar o cantar una parte de una canción.
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Leo, el más dicharachero de los cinco componentes no paro de bromear, saltar, gesticular… y se mostró en numerosas ocasiones agradecido al público. Incluso se atrevió con el euskera, idioma que según ellos cuentan conocen por la multiculturalidad que existe en las calles de Barcelona y con el que se atreven en algún tema.
La descarga de temas continuaba con “Calle luna”, “Mensajes” “Sin papeles” o “Soberbia” entre otros. La gente seguía entregándose al máximo y el grupo mostrando su solidaridad con los más desfavorecidos, los pueblos que luchan por su identidad cultural y por los inmigrantes. No hay que olvidar que Che Sudaka nació en las calles de Barcelona, lugar al que llegaron sin papeles y en el que las actuaciones callejeras eran algo que formaban parte de la programación cultural de la ciudad y que en la actualidad se ha convertido en algo perseguido y multado por la policía.
Cheko, Jota, Cordobés, Ántrax, Kacha y un Leo que se quedo en calzoncillos, acabaron el show coreando durante al menos cinco minutos “Che Sudaka” junto a un público incansable.
La actuación que duro cerca de una hora y cuarenta minutos finalizo a eso de las doce de la madrugada y fue entonces cuando el grupo monto un chiringuito con el merchandising de la banda. Uno a uno y micrófono en mano fueron presentando cada uno de los productos de los que disponían, camisetas de diferentes tipos, discos…
También regalaron pegatinas de la banda y ofrecieron la posibilidad de ofrecer una donación económica minúscula con la que ayudar a pagar la multa que le ha sido impuesta al Bar Mariatchi, que además ha sido clausurado, local en el que a la banda le han brindado la posibilidad de actuar en más de una ocasión.
Tras una cerrada ovación, la gente fue abandonando poco a poco a la sala y así pusimos punto y final a una gran noche en la que disfrutamos a tope con este grupo de mestizaje, que con la fusión de diferentes estilos musicales como reggae, punk, ska, rumba, hip hop o rock y sus letras que invitan a sonreír, al optimismo y a la reflexión consiguió arrancar más de una sonrisa a los allí presentes, demostrando que si se quiere y se lucha por ello, y pese a vivir en un “Locoworld”, Tudo é possible. |