Anochecimos en la Sala Caracol de Madrid para ver a Bocanada, En Espera y Doxa. Estos últimos fueron los encargados de abrir el concierto, los de Villaverde (Madrid) llevan una década tocando aunque no sean demasiado conocidos y eso que no lo hacen nada mal.

Nos sorprendió sobre todo la voz de Diana, vocalista del grupo, por su sencillez y su dulzura y esa fuerza que irradian sus ojos.  No tiene disco de estudio pero hacen sus bolos por aquí y por allá cuando pueden y les dejan, tocando las canciones  de su maqueta, en la cual colabora Kutxi Romero en el tema “Estiercol en la Almohada”.

Vinieron muy bien acompañados por amigos que estaban en primera fila desgañitándose y no es para menos, porque aunque fue poco el tiempo que tocaron, lo emplearon muy bien.

Terminaron el concierto con el tema “Puta Primavera”. Doxa hacen rock, no es nada del otro mundo, nada que no se haya inventado ni escuchado antes, pero si que es cierto que tienen muy buen directo, y eso no lo pueden decir todos.

Como segundo grupo de la noche saltaron a escena En Espera, los de Pechina (Almería) vienen dándolo todo y arrasando allá donde van con una gracia y un salero que contagia a todo el mundo.

Nueve ni más ni menos son los personajes que ocupan este proyecto, bueno, nueve más el chófer que es como uno más de esta gran familia. Para los que no conozcan a este grupo diremos Iratxo, que por cierto andaba por allí aunque no se marcó ningún tema,  ó La Familia Iskariote y más o menos ya sabemos todos por dónde van los tiros; más rock que fusión pero con ese viento que hace una fiesta de cada canción, ganas de no querer parar y de no poder parar para que se contagie la alegría del escenario.

Aunque solamente tienen una maqueta, estuvieron cerca de una hora dándole a la música, a la letra y al buenrrollismo. Sonó muy bien y muy potente y vimos muchas ganas de hacerlo bien y de pasarlo bien. En el tema “Mordiscos” subió al escenario Lalo, el cantante de Gurú Pendejo y hubo incursiones esporádicas de uno de los miembros del grupo, showman donde los haya, que salió disfrazado de guardia civil y de payaso en distintas canciones y que le dio más vida aún de la que ya tenía el concierto.

D’Perkaleo Tour es el nuevo proyecto que llevará a estos chavales por todo el estado presentado su nuevo disco, que verá la luz en muy poco tiempo y que bajo el mismo nombre contará con la colaboración de Fernando Madina (Reincidentes) y Albertucho, de momento que sepamos, que tampoco es cuestión de destriparle antes de que haya salido. Podremos encontrarle para descargar de gratis en la web o colaborar con la causa y tenerlo físico. Ya iremos informando de ello. Se hizo corto pero intenso, es lo que pasa con las cosas buenas. En el próximo más y mejor.

Después del tiempo correspondiente de preparación, se separa el telón de la Sala Caracol en Madrid y empieza el momento del rocanrol. La banda preparada y un Martín pletórico lleno de “tatuajes” rotulados por todo el cuerpo con nombres de personas, lugares y mensajes. Comenzó el concierto con el tema “Como Los Ratones”, como quien comienza a escuchar el disco por primera vez, con potencia, con fuerza, con garra bandolera venida desde lo más profundo de Berriozar.

No habíamos terminado aún de saborear este primer tema cuando saltó a escena Jesús Lorenzo, vocalista de Dirección Prohibida, para marcarse un dúo en la canción “Palabras de Sangre y Pintura” que en la versión de estudio viene colaborada con Albertucho; le puso mucho sentimiento pero le faltó memoria encima del escenario, cosas del directo.

Canción tras canción y sin darse un respiro, repasaron de pe a pa su primer disco “Caballos de Rienda Larga”  y nos regalaron cuatro temas nuevos, de los cuales sabemos que uno al menos irá incluído dentro del nuevo trabajo que los Bocanada grabarán este año si no falla el pronóstico, buenas noticias para el rock nacional.

Los navarros vinieron bien acompañados desde su tierra, por compadres que hacen ver que la familia Romero es muy grande, en todos los sentidos. Se dejaron la piel en cada tema, rezumaba el sentimiento que tiene cada una de las letras pero esta vez en versión original, de tú a tú, muy gestual, muy natural, muy violento a veces porque  la música lo requiere y porque hay que sacar la rabia que uno lleva dentro, que no siempre tiene que ser mala, hay que saltar, que gritar y que dejarse llevar de vez en cuando, eso no es sólo el rock & roll, es la vida en general.

El sonido de la Sala Caracol muy bueno salvo pequeños contratiempos. La gente muy entregada a la causa y sabiéndose de cabo a rabo las a veces enrevesadas letras del grupo. En el último tema saltaron algunos componentes la barrera imaginaria entre público y artista y se sumergieron en la vorágime de la gente para cantar y tocar con ellos.

No se escuchó mucho pero ahí estuvo el detalle o el desvarío, según se quiera interpretar, yo creo que es un acercamiento para saber que todos somos iguales aunque las plataformas a veces nos eleven más de lo normal.
En agradecimiento a un público que fue mayor del que la banda esperaba tocaron una última canción aún sin título y fuera del Set List, todo un detalle. Muy buena impresión dieron. Esperemos que sigan así y que sean así en todas sus actuaciones. Y poco más que contar, el que quiera más, que se pase por alguno de los conciertos que aún tienen pendientes estos grupazos.