Aunque parezca mentira, a pesar de su gran potencial y de los buenos músicos que son, Alter Bridge sigue sufriendo en nuestro país, el peor mal que le puede pasar a una banda, una lamentable e injusta impopularidad.  La reciente gira no ha hecho más que evidenciar un cierto desprestigio, a causa de que no se han alcanzando las espectativas creadas, en cuanto a convocatoria de público se refiere.

Aunque no deberíamos de considerarla de nefasta, otras formaciones de un mayor prestigio tampoco es que hayan tenido buena suerte con sus correspondientes giras españolas, no han sido capaces de aumentar su poder de convocatoria o por lo menos mantenerlo.

Solo espero que esta contrariedad no repercuta en un futuro próximo, en la medida de una necesaria replanteación por parte de los promotores en su política de contratación, ante tal desolador panorama, optando por traer solamente bandas con altas garantías de éxito. Como no cambie mucho el percal, nuestro país va ha quedar totalmente excluida en los planes de muchas formaciones internacionales, espero equivocarme pero las cosas pintan demasiado mal.

Me gustaría que alguien me explicará las razones de tal descalabro porque no termino de entender como una formación como esta, tan poderosa en escena, con tan buenas tablas y maravillosas canciones no haya terminado de calar definitivamente en los sentimientos de todos los que seguimos el rock en sus diversas vertientes. Menos mal que son músicos que ya están hechos a todo y tienen completamente asumido el deber esencial de complacer a sus seguidores más que a cualquier otra cosa en el mundo.

Lo que contemplamos en la Rock Star de Barakaldo fue apoteósico, un recital con todo lo que tiene que tener para ser memorable, impecable sonido, bien ejecutado y sin excesivos arreglos cargantes, desprendiendo un singular feeling que conectó de inmediato con el público que no dejó de cantar y dar palmas durante todo el concierto.

Como dice el dicho, una imagen vale más que mil palabras  y Myles Kennedy al término de cada tema mostraba en su rostro entusiasmo, alegría y mirada afectiva hacia el candente estruendo del público. Poder observar eso es impagable a mi entender, aunque la suma de dinero, en esa ocasión, fuera bastante excesiva 35 euros.

El grupo invitado en las tres fechas de la gira, no era una banda cualquiera, era nada mas y menos que unos viejos conocidos, los madrileños Eldorado que llevan un año de lo más fructífero y de pleno rendimiento, actuaciones en Europa y grandes reconocimientos de su talento artístico en otros continentes (Uno de ellos, el premio al Mejor disco de hard rock en el Independent Music Awards de este año, los premios más prestigiosos de la música independiente de Estados Unidos).

Son uno de esos grupos que gusta ver en vivo y con los que uno se lleva una sorpresa, más sino se ha tenido la oportunidad de escuchar ninguno de sus discos hasta la fecha. Son músicos humildes de corazón, capaces de conmover tanto por su desparrame de virtuosismo como por su carisma y sencillez.

La verdad es que ya tienen totalmente aprendida la lección de que en un directo se exige algo más que talento. Esa noche se entregaron como nunca, consiguiendo que su brillantez y genialidad cobraran dimensiones colosales.

Su vocalista Jesús fue extrayendo de su garganta un espectacular feeling, demostrando la amplitud de su registro y lo bello de su voz, mientras que el resto de sus compañeros maravillaban con su espectacular manejo de sus instrumentos, sobre todo  el veterano Stevie Zee con un uso espectacular de su guitarra, derrochando un sonido rítmico y pulcro, limpio y cristalino que sonaba en ocasiones irreal por su excesiva perfección interpretativa.

“The Rocket Song” fue la encargada de abrir fuego descubriendo que se encuentran en conjunto, en un gran nivel. Solo hubo tiempo para el material más reciente en el tiempo, los temas de su disco Dorado que fueron ejecutados, esta vez, en ingles, dejando bastante desconcertando a más de uno. En ese contexto he de señalar que respeto dicho planteamiento aunque quiero puntualizar que a pesar de que en ingles los temas ganan en fuerza y armonía  hay algunos de ellos suenan como artificiales y algo forzados, no se si se debe a que escuché primeramente los cortes en nuestro idioma, lo que ha provocado una desvirtualización total de la percepción o es que soy de los partidarios que hay que ser consecuente hasta el final y defender el producto con la frescura y personalidad con la que se creo. Es solamente una opinión, sin más, espero que no les moleste.

Jesús sigue teniendo ese impecable chorro de voz, jugando con todo tipo de tonalidades y sin perder en ningún momento elasticidad. “Tarot Tv” y “Helter Shelter” quedaron de vicio por la magistral compenetración y entrega del grupo. La emoción se mantuvo a flor de piel con “Atlántico”, el vocalista haciendo gala de su pericia a los teclados, pero no fue hasta “The House Of The 7 Smoketstacks” en donde rayaron a plena perfección, interpretándola con el mismo exultante sentimiento y esplendido sonido y dejando totalmente embobado al personal.

Optaron por un cierre efusivo y descomunal con la versión del “I Don't Need No Doctor” de Ray Charles, desatados e intentando que el público perdiese un poco la timidez y se atreviera, por lo menos, a corear el estribillo. Pese a que a que fueron muy pocos los involucrados fueron despedidos con una ovación atronadora. 

Set List

-The Rocket Song
-Tarot Tv
-The Yakarta Club
-Free (A Chain Reaction)
-Atlántico
-Helter Shelter
-Falling, Falling
-The House Of The 7 Smockestacks
- I Don't Need No Doctor

A  juzgar por lo visto esa noche la trayectoria e historia de Eldorado tiene pinta que va ser longeva y llena de grandes satisfacciones. Hay pocos grupos que exhiban una autentica esencia clásica hard roquera y vacilona, como ellos, equilibrando calidez y experiencia con entusiasmo, algo necesario para alcanzar el éxito.

Que Myles Kennedy fuera seleccionado por el guitarrista Slash para estar al frente de su banda en toda su gira ha contribuido, sin duda alguna, a darlo a conocer a un nivel superior del que tenía, por lo que se estimaba que la gira junto Alter Bridge iba ser una de las grandes atracciones en este final de año, aparte su reciente trabajo “AB III”  es todo una exquisitez para el paladar de los amantes del rock alternativo, atmósferas densas y explosivas; y una amplia riqueza y variedad de sonoridades y tempos, pero ni por esas la formación ha acaparado una atención mayoritaria.

Resulta increíble como una banda como ésta que han sabido hacer canciones ideales para captar a la gran masa no termine de cuajar por estas tierras. ¡Seremos raros! No obstante, al menos el grupo demostró su profesionalidad, ofreciendo un conciertazo, en toda la extensión de la palabra, exteriorizando encima una cierta emoción ante el calor recibido desde la pista.

El grupo sonó de muerte desde el primer tema “Slip To The Void”, uno de los mejores temas de su última obra, en donde ya Myles mostró una personalidad bestial en base a su fuerte presencia, magistral voz y carisma arrolladora. Un ejercicio de honestidad musical infinita que complació de inmediato las expectativas del oyente y buen rockanrolero.

El escenario austero, con lo elemental, aunque me llamó la mucho la atención la jaula de metacrilato en la que se encontraba metido Phillips y que daba una cierta sensación claustrofobia. Absorto y boquiabierto, es como uno se queda al observar las grandes dotes que se marcan  los músicos en vivo. Una percepción algo hipnótica que te impide gesticular palabra y que te obliga a no perder detalle de todo lo que va pasando sobre las tablas.

Cualquier noción de que la banda se podía apoltronarse interpretando en exceso, temas lentos y medios tiempos y originar un cierto aburrimiento, quedó borrado de una tirada, cuando repasaron temas como “Metalingus” o “One Day Remains”, que permitieron a Tremonti vaciarse, salpicando emocionantes solos de guitarra, mientras Myles alcanzaba notas mas altas, dibujando  atmósferas sonoras, a la vez que construía texturas rítmicas ideales y certificando un amplio rango vocal sorprendente.

Y es que el repertorio de temas que interpretan en esta gira posee una calidad orgánica que igual te deja tranquilo que te da un espasmo. Fue realmente especial escuchar temazos como “Ghost Of Days Gone By”, “White Knuckles” y “Blackbird” en los que la emoción comenzaba a incrementarse de forma significativa, hasta llegar a un climax final de pura excitación.

No necesitaron esforzarse mucho para triunfar, es mas, diría que se lo tomaron con mucha calma, pero aún así a todo el mundo se le veía feliz y cantando.  Su música es tan directa que es imposible esconderse y no ser arrastrado por la corriente de sentimientos que desprende el vocalista, y más cuando se atreve éste a enfrentarse en solitario con la balada “Watch Over You”, teniendo tan sólo una guitarra acústica entre él y el público.

En un concierto de esta banda todo fluye por si solo, una perfecta comunión, por lo que es de vital importancia permanecer susceptible a sus encantos naturales y melancolidades.

“Open your eyes” fue uno de los momentos más álgidos de la noche junto con los bises, “Isolation’” y “Rise Today”, poniendo de relieve que en esto del rock no el que tiene mejor voz es siempre el mejor cantante sino que hace falta algo más, sacando a relucir absolutamente todas sus buenas maneras.

Set List

Slip to the Void
Buried Alive
Before Tomorrow Comes
Coeur D’Alene
Brand New Start
White Knuckles
All Hope Is Gone
Metalingus
Ghost of Days Gone By
Broken Wings
Ties That Bind
Coming Home
One Day Remains
I Know It Hurts
Come To Life
Blackbird
Watch Over You (acoustic)
Open Your Eyes
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Isolation
Rise Today

En resumidas cuentas, Alter Bridge fueron capaces de crear momentos únicos e irrepetibles, no es la mejor banda del mundo pero nos dejaron con la impresión de que habíamos asistido a un monumental espectáculo. Sinceramente se merecen obtener en cualquier lugar todo ese gran éxito que está obteniendo en su país. ¡Incomprendidos!