He de reconocer que no había escuchado nada de Piel de Serpiente, pero el nombre de la banda me sonaba de haber leído sobre ellos en los diferentes medios de comunicación rockeros.
Estamos ante una banda que se forma en Valencia en el año 2004 con una serie de músicos que provenían de grupos de la zona como Metralla o Juicio de Dios y cuya base formada por Lufti Salah a la voz y Javi Pimentel y Fher Rudilla a las guitarras y coros, se ha mantenido hasta la actual, acompañados por Fran Santacatalina a la batería y Pedro Riesco al bajo.
Esta es la formación que nos presenta este "Todo o nada", cuarto disco en la trayectoria de la banda que practica una Hard Rock con tintes metaleros, algo que se puede intuir nada más abrir el liberto de este disco.
Con la vacilona "Pero ella habló" abren el disco, un tema directo y con unos coros muy trabajados y que es una canción que se te quedará grabada en tu cerebro. Temazo.
Tras unos sonidos de rituales y el aullido de un lobo, comienza "Lobo blanco, lobo negro", una canción más metalera y que en el solo parece frenarse, para volver a coger fuerza. Gran canción.
La canción que da titulo al disco, "Todo o nada", comienza con mucha potencia, para luego seguir con unos coros muy pegadizos, en una canción que habla sobre la adicción al juego.
"El chaleco de Bonn Scott" es un homenaje en toda regla a AC/DC, con muchas referencias a dicha banda, tanto en lo musical como en las referencias a canciones más que conocidas de los australianos.
"Reflejos de Realidad" cuenta con una base rítmica muy poderosa que contrasta con unos coros pegadizos y la melodía del estribillo, tras la cual nos encontramos con la balada "Hijos del rock", que como su nombre indica es una entrañable pieza dedicada a la música que nos gusta.
Vuelta a la caña con "Marques de Sade", con unas guitarras muy veloces y con la colaboración a las voces de Paloma Grueso, cuya dulce voz contrasta con la contundencia de la canción y con las voces masculinas.
"Rompe el hechizo" tiene un ritmo mucho mas metalero que podría recordar a Iron Maiden en partes, junto a unos coros épicos que dan a esta canción de una personalidad propia en el conjunto del disco.
Muy pesada musicalmente hablando es "Ecos de la tormenta", que cuenta con unos coros muy potentes y un estribillo más accesible, que contrasta con la intensidad del resto de la canción.
Más rockera comienza "El edén", con un estribillo muy coreable y que relata lo que puede ser una noche de cualquier rockero, aunque no siempre todo es lo que parece.
"Musas" es una maravillosa balada muy accesible, que cuenta de nuevo con la colaboración de Paloma Grueso, que de nuevo nos demuestra la gran voz que posee. Sin duda una canción que debería funcionar muy bien.
Nuevo contraste con "Nido de serpientes", que recupera esa mezcla de Hard Rock y Heavy Metal, de esas que te hacen menear la cabeza sin parar, para adentrarnos con "Atrévete", la canción que concluye el disco en cuanto a canciones propias y que cuenta con un ritmo machacón en los estribillos, de esos que se te quedan en la cabeza.
Pero el disco no concluye aquí, ya que como postre final nos encontramos con una versión del mítico "Hail and Kill" de Manowar, en la que colabora Iván Sánchez de Wurdalak, versión que queda muy cercana a la original.
Se han currado un gran disco los valencianos, que aconsejo escuchar con atención y que recomiendo a todo aquel que le gusten estos sonidos; muchas calidad en la elaboración de las canciones, tanto en lo musical como en las letras.
Banda a la que habrá que seguir de cerca y cuyos sonidos esperamos seguir saboreando en más trabajos.