Asfalto es un caso raro de banda de rock estatal, con una trayectoria de 45 años, lo que quiere decir que casi todos los consumidores del rock en España nacimos cuando Asfalto ya estaban en activo.
 
Lógicamente, en una trayectoria tan dilatada ha habido momentos mejores y momentos peores, idas y venidas de músicos, momentos de inactividad, pero en todo este tiempo se han convertido en una banda venerada y respetada por el más variado publico rockero gracias al tesón y a las ganas de mirar hacia delante de su líder y único miembro original Julio Castejón.
 
45 años después de sus comienzos, Asfalto ha pasado de ser esa banda, que en su momento fue, en parte, banda sonora de la transición, para poner voz a los problemas de una sociedad cada vez más deshumanizada y este "Crónicas de un tiempo raro" es un oasis en búsqueda del respeto y el amor por los demás con un trasfondo a medio camino de crítica social y amarga sensación de frustración por no poder entender ni solucionar los verdaderos problemas de la humanidad. Sin embargo, siempre también nos dejan un halo de esperanza y de solución ante los problemas que nos rodean.
 
Con una fantástica portada y una muy cuidada presentación, Julio Castejón se junta a un elenco de jóvenes músicos que son la actual formación de la banda: Pablo Ruiz al bajo, Arturo García batería y coros, Nacho de Lucas teclados, Paul Castejón, voz, guitarra, teclados y un poco de todos y por supuesto Julio Castejón voz y guitarra, entre otras cosas.
 
Tenemos delante 13 canciones, con unas letras fantásticas y es que casi todas las canciones te dejan grabada alguna de esas frases lapidarias, muy bien trabajadas y con una música que se ajusta a cada momento mezclando sonidos más actuales con recuerdos a sonidos más clásicos, pero siempre bajo ese sello personal que se han forjado en estas cuatro décadas y media.
 
El disco se abre con la canción que la da título, "Crónicas de un tiempo raro", una canción con unos estribillos muy pegadizos y en donde, bajo una crítica constructiva hacia la democracia que vivimos en este país, con unas guitarras muy presentes, en una canción que, cuando parece que se acaba, tiene una segunda parte que la engrandece aún más. Magnifico comienzo.
 
A continuación nos encontramos con "Melani", canción que ha sido el adelanto del disco y de la que recientemente presentaron un video; en dicha canción cuentan con la colaboración al saxo de John Anthony Helliwell de Supertramp, que le da un toque muy personal a esta crítica de la violencia de género, desgraciadamente tan de actualidad, y todo con un sonido contundente para remarcar ese rechazo que la violencia machista produce.
 
"Nani Albox" es una amarga fotografía de esas personas que viven en soledad y a las que solos les quedan los recuerdos de su vida y de su pasado y que anhelan un detalle o un gesto de alguien que de sentido a su vida. Todo ello en un medio tiempo que va creciendo a medida que avanza la canción. Otra de las joyas de este disco.

Quizás la canción con un sonido más actual, por decirlo de alguna manera, es "Paradoja", donde la voz la pone Paul, quizás más acorde para esos sonidos más potentes que nos ofrece la banda en esta canción, y que es una visión amarga de una sociedad donde premia la mediocridad sobre el conocimiento.
 
Como refleja su título, "Treinta años después" habla sobre el paso del tiempo con resignación pero en la que anima a la gente a acercarse a nuestros mayores para aprender de sus experiencias y porque alguna vez nosotros estaremos en su misma situación, todo ello envuelto en una canción llena de melodías.
 
"Lluvia de abril" es una preciosa canción, corta pero intensa, que relata la añoranza de aquel amor perdido hace tiempo, pero que nunca se ha conseguido borrar de nuestra memoria y del ,que nos atormenta el no saber dónde se apagó esa llama.
 
De nuevo nos encontramos con la voz de Paul Castejón en "Déjalo ser", y de nuevo es una canción que se aleja del resto de la dinámica musical del disco, con un sonido más actual pero siempre dentro del contexto musical de la banda.
 
Entramos en la segunda parte del disco con "Abraza la ocasión", en la que recuperamos a los Asfalto más clásicos con unos estribillos muy logrados, en una canción que es un amargo reflejo de los damnificados por la crisis y que ante la pérdida de esperanza, la banda anima a no resignarse, porque, que sepamos, solo hay una vida.
 
Unos sonidos de trompetas nos introducen en "La bestia", una canción con mucho colorido musical y en la que se relata la travesía de aquellos que, en la frontera de México, tratan de pasar al otro lado en busca de un sueño que se vuelve pesadilla tanto en el camino como si se traspasa la frontera, porque lo que hay allí no es lo esperado.
 
La canción más larga del disco es "Novelista", donde los teclados y la batería toman un protagonismo principal, en un homenaje a los escritores por conseguir evadirnos hacia mundos imaginarios, como parecen evocarnos ellos con su música.
 
En "15 rosas negras" relatan la triste historia de los 15 inmigrantes que murieron por la acción de la guardia civil española, al intentar reprimir su entrada en nuestro país. Se trata de una balada, relatada con la amargura del que no entiende que se pueda llegar a esta situación y que acaba con el sonido de disparos.
 
En "Los pies de Buda" nos encontramos en una nueva composición que contrasta partes más melódicas con otras más potentes, para reflejar esas dudas existenciales que a todos nos atormentan más pronto o más tarde.
 
Y llegamos al final del disco con "Eres esencial", una nueva composición del Paul, que también la canta y que de nuevo le da un toque mucho más actual, dejándonos un mensaje muy positivos de aceptarnos tal como somos y es que todos somos especiales.
 
Así concluye un disco, este "Crónicas de un tiempo raro", que hace justicia con la impecable trayectoria de una banda que sigue innovando con el paso de los años, sin renegar para nada de un pasado glorioso.
 
Han apostado con acierto por seguir haciendo canciones nuevas y si tienen la calidad de este magnífico disco, esperemos que sigan dándonos alegrías muchos años más.
 
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