COLABORACIONES
 Rumiación
 
Música y defensa de una lengua
  23/02/2015     
  Xicu Ariza de Ixuxú Asturies-Euskal Herria Elkartea
… la música en lenguas minorizadas tiene valores imprescindibles…
www.insonoro.com
 
 

Nací en Xixón en el seno de una familia de origen gallego, pero el castellano es mi lengua materna. Bien sea por herencia del franquismo homogeneizante, por desapego a sus raíces, por falta de conciencia lingüística… en mi casa siempre me hablaron en “cristiano”. Es cierto que el uso de vocabulario y expresiones gallegas y asturianas formaban parte del lenguaje cotidiano natural; pero lo que es el gallego de mis abuelos, quedaba relegado “a la intimidad”.

En la escuela no tuve oportunidad de estudiar llingua asturiana (asignatura precariamente insertada en la educación pública desde 1984) y la riqueza cultural de Asturies pasaba invisible ante mis ojos, ya que nunca me la dieron a conocer ni me enseñaron a apreciarla. Sin identidad e inconscientemente reticente a hacer propia una artificialidad llamada España, mi único orgullo nacional despertaba cada vez que iba a Lugo, ponía el Xabarín Club -programa infantil de la televisión pública gallega- y escuchaba esa lengua que me hacía sentirme especial.Pasó el tiempo. Con nueve años el ‘Eurosis’ de Ska-P apeló a mi primera abstracta conciencia social, después llegaría Extremoduro y Boikot, las movilizaciones del ‘No A La Guerra’ en temprana adolescencia, el comienzo de la politización… y un día compré un disco-libro que marcaría mi trayectoria vital para siempre: ‘Cróniques d’un Pueblu’ de Dixebra.

Con Dixebra aprendí una lengua, descubrí un país invisibilizado, aprecié una cultura que me había sido negada, empecé a militar por todas aquellas causas de las que hablaban sus letras. No pudieron hacerle frente ni el modelo educativo, ni las políticas provincianas de los sucursalistas gobiernos asturianos, ni los deseos familiares, ni los medios de comunicación, ni el prestigio en una sociedad que peca de cosmopaletismo –autoodio característico de quienes someten la autoestima colectiva y el valor de lo propio a lo exótico y “culto” de lo ajeno-. Todo el establishment se derrumbaba ante la música que avivó en mí las ganas de actuar.

Conciencia, difusión y pedagogía

Con esta extensa anécdota personal busco ilustrar lo que supone la música a la hora de defender, normalizar o difundir un idioma. Si está claro que las canciones son una herramienta clave para la toma de conciencia que lleve a la transformación social, no lo son menos para el necesario fomento de la diversidad lingüística. No está de más recordar que una lengua es un tesoro inmaterial, el máximo exponente de una cultura, un derecho fundamental reconocido internacionalmente; y por lo tanto debe de protegerse, respetarse y preservarse.

En un contexto como el nuestro, donde perduran conflictos nacionales y lingüísticos causados por la intransigencia de un nacionalismo español excluyente, hay mucho que hacer en este sentido; también en relación a la música. Uno se sube por las paredes cada vez que escucha la frase “no les escucho porque cantan en euskera y no les entiendo”. La argumentación podría tener algún sentido si quienes la plantean no disfrutaran de todas las bandas que cantan en un inglés que tampoco comprenden; pero la mayoría de las veces no es así, lo que evidencia una contradicción fruto del prejuicio existente hacia otros idiomas que no sean el de la España UNA o el inglés de la globalización cultural y económica impuesta por las potencias anglosajonas y occidentales.

Por eso la música en lenguas minorizadas tiene valores imprescindibles. Despierta conciencias, facilita la labor de aprendizaje de un idioma, contribuye a garantizar el futuro de la lengua, crea lazos colectivos entre la comunidad de hablantes, rompe prejuicios uniformistas y fomenta la empatía, la tolerancia, la diversidad y la solidaridad entre pueblos. Hay mucha pedagogía que hacer, muchos oídos que conquistar, muchas mentes que abrir… pero me consuela ver como, poco a poco, grupos que no cantan en las dos grandes lenguas antes citadas van normalizando en el resto del Estado un camino que primero abrieron en sus respectivas tierras de origen.

No puedo acabar este artículo sin hacer mención especial a mi lengua por su situación de excepcionalidad. Tras 40 años de movimiento de reivindicación lingüística organizado, el asturiano todavía no es oficial. La voluntad popular que reclama este estatus está presa de la ausencia de voluntad política y, mientras las políticas de normalización avanzan a ritmo lento, los hablantes retroceden. En esta situación, una vez más, vuelve aparecer la música. ‘El Cantar del Vasu’ arrasa en las redes sociales con su melodía, su letra y sus imágenes… Porque la llingua asturiana tien futuru; y esti futuru ta apegáu a la música. Y cuando nun tean, vamos alcordanos bien d’elles.

 
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