Era cuestión de tiempo de que llegará el día en que los alaveses Kaotiko se decidieran a grabar un nuevo DVD, sin embargo creo que pocos fantaseábamos con el hecho de que lo fueran a llevar a cabo en un ambiente tan inmejorable y exquisito, en la Aste Nagusia bilbaína; y lo que ello implica, un amplio despliegue de medios y en particular un trámite de arriesgarse más de lo debido, ante la posibilidad de que se diesen unas condiciones meteorológicas adversas que pudieran deslucir un poco el espectáculo y la fiesta en si. Quien les asesoró en ese sentido dio totalmente en el clavo, mucho más no se podía pedir, frente a tal inmejorable infraestructura, quizás lo más importante que todo saliera sobre ruedas y sus nervios no les jugasen una mala pasada.
Dicen que lo difícil no es llegar sino mantenerse a flote en este mundo tán dinámico y cambiante en el que vivimos. Los de Agurain siguen sin soltar el pie del acelerador y aunque sus influencias continúan siendo bastante evidentes, se puede decir que de un tiempo para acá han comenzado a acuñar un sonido propio y una personalidad que les diferencia. La sencillez y aroma embriagador que desprende su punk rock, de altos recursos, secunda fuertemente sus evidentes deseos, que una vez por todas los jóvenes tomen conciencia, que vean, escuchen y piensen por sí mismos; y acaben bruscamente con las viejas ideas de una sociedad tan tradicionalista, patriarcal y conservadora como la nuestra.
Para entender sus canciones no hay que hacer ningún tipo de ejercicio de meditación ni poseer un determinado grado de entendimiento, solamente estar dispuesto a olvidarse del mundo durante un buen rato, altas dosis de diversión y estribillos pegadizos, un salvaje punk rock actualizado lo suficiente como para no sonar desfasado y vulgar
en los tiempos que corren, canciones que aunque algunas tengan una fuerte carga de denuncia social han sido pensadas para el directo y puedan ser pinchadas a altas horas de la noche en cualquier garito o fiesta que se tercie.
A cualquiera le entraría vértigo de estar donde ellos se encuentran, en la cima del punk/rock estatal, cosa que a ellos no les sobreviene, siguen haciendo honor a su vieja condición, siempre denodados, burlones y divertidos; y lo más significante sin renunciar en directo a su frecuente ritmo vertiginoso ni a la contundencia de sus guitarras. Después de todo lo vivido esa memorable noche me encuentro con una principal dificultad, si seré capaz de describir con todo detalle y tacto, ese recital impecable de mala leche, rabia y diversión, que disfruté como loco en cada uno de sus minutos.
Kaótiko
Si bien se mueven dentro de unos parámetros tan marcados como los suyos, en los que poco da lugar a sorpresas y que la única razón de preferir un repertorio de canciones a otro sea quizás más por el gusto personal que por su calidad, en directo te das cuenta que suplen esa leve falta de diversidad musical con la prestancia de unos temazos bien merecedores de la gran atención del gran público, a base de una instrumentación radiante que es arropada por estribillos imbatibles, los cuales enganchan como una lapa, conformando un sonido potente que unido a su energía y experiencia como músicos da como resultado un directo infalible y jovial.
No deja de ser cierto que hay multitud de bandas similares intentándolo, pero son pocas las que consiguen hipnotizar y apabullar de la manera que lo hacen estas huestes. Esa noche estaba claro que íbamos a sudar de lo lindo y que en lo que concierne a ser uno de los afortunados de estar en primera fila y tener más posibilidades de salir en el DVD, iba ser imposible, salvo que fueras lo suficientemente demente para pelearte con cualquiera hasta llegar frente al escenario. De primeras tenía una duda bastante importante, si la llamada iba a ser respondida por una masiva marea humana y por consiguiente hacer más grande la leyenda de Botika Vieja, certificar aún más, tal como hicieron anteriormente Fito y Barón Rojo, que eternizar en un documento gráfico una actuación, en dicho lugar, aparte de tratarse de una hazaña histórica, es una vivencia de lo más inolvidable e inigualable.
Me resultó de lo más paradójico que aunque fuera un día de un menor carácter fiestivo, debido a que todas las comparsas habían decidido que permaneciesen cerradas sus txosnas en una clara postura de repulsa a la prohibición por parte del consistorio, de haber vuelto a vetar a las comparsas “Kaskagorri” y “Txori Barrote” , a no montar sus respectivas txosnas, siguiendo con el castigo impuesto hace un par de años, tras haber considerado que el exhibir fotos de presos políticos es una acto de enaltecimiento del terrorismo; la asistencia de público fuese tan alta y el aroma que se respiraba era similar al que se da en esas fiestas multitudinarias para recaudar fondos y ayudar económicamente a las ikastolas y bastante aproximado al que se vive en un derby vasco, ikurriñas por todo lo alto y una hermandad sin jefe.
La entrada del quinteto fue espectacular con la intro de la banda sonora de Terminator, parecía mentira , pero ahí estaban por fin, bien arropados por sus incondicionales. Arrancaron su concierto con un “Rico Deprimido” tan lleno de intensidad, emoción, de fuerza, que además de provocar un estallido de delirio masivo en toda la gente, personalmente tengo que reconocer que me puso la piel de gallina. Nunca había visto a Kaotiko con tanta rabia, con tanta fuerza, casi podría decirse escupiendo punk rock en la cara de los mismos Ramones, con una energía que aparte de hacerme disfrutar a tope desde la primera a la última canción me hizo reflexionar unas horas más tarde acerca de como este grupo, que en directo le pega cien vueltas a muchos de los nombres más alabados en la actualidad de la escena nacional, en el resto del estado español no se les valore, se les admire y se les aprecie como se merecen, exceptuando algunas ciudades, como Madrid, Galicia y Extremadura, que ya les consideran como unos verdaderos dioses.
Kaótiko
"Esta es una noche importante para nosotros", fueron las primeras palabras emotivas del carismático Jhony y en cuanto llegó el primer acorde de “Quien Manda Aquí” la maquinaria resultó imparable y uno ya no pudo parar de golpearse con satisfacción contra un mar de cuerpos sudorosos y descontrolados en pleno delirio del virus Punk-rock fresco y directo. El intercambio de energía entre público y banda era de lo más intenso y excitante, unos ataques de furia y rabia exagerados, al grado de hasta denotar que los músicos estaban decididos a patearnos el culo a la mínima que nos descuidaramos. “Alkoholemia” y "La Culpa De Todo La Tienes Tú” fueron vividos como al que le toca la lotería, como una de esas alegrías que nunca se terminan, el público estaba verdaderamente fuera de si.
Otra cosa que me gustaría destacar es que el montaje de luces que tuvieron esa noche, no solo fue de una calidad impresionante sino que fue manejado desde la mesa con una destreza y una agilidad produciendo un efecto de ganancia en espectacularidad, acentuando el ritmo trepidante con el que el grupo iba lanzando temas tras tema e ilustrando con aplomo que dejarse la piel y salir despellejao es la esencia de una banda de tales características.
¡Quien lo diría! ¡Cómo han cambiado las cosas! Resulta extraño imaginar la grabación de un DVD sin que se de el caso de alguna colaboración especial. Pese a que sea como una arma de doble filo, en el sentido de que puede ser beneficioso o desastroso según la pasión y acierto del músico participante, hay que reconocer que se trata de un aliciente adicional para que el público se de cita, resultando incluso hasta refrescante, si se consigue lo que se busca, sensaciones frescas y redondeadas al lograr dar un nuevo enfoque a la canción.
Las colaboraciones de Fernando Madina (Reincidentes) luciendo la camiseta del equipo de la ciudad (Athletic) en “Siempre Igual”, Juankar (Boikot) en la gozosa "Juerga”, Alex Sardui (Gatibu) en una alucinógena “Paradizu Taberna”, Xabier Silbeira con sus elocuentes bertsos y Aitor (Lendakaris Muertos) con su particular vena alocada en “Sucio Criminal” encajaron como anillo al dedo en lo que debía ser la fiesta sonora, una jauría orgiástica de vatios, provocadora de fiebre y locura punk rockera, como si de un intento de motín carcelario se tratara.
Eso si, eche en falta la presencia de su compadre Evaristo (Gatillazo) y el ex-compañero Zigor (Sioux) en los momentos que abordaron esos viejos himnos de Kaos Etiliko, como fue el caso de “Guerra”,“Mi Mejor Colega” y “Ansiedad”. ¡Todo no se puede!
Como es una banda que cuenta con un extenso elenco de temas emblemáticos saben como administrarlos y hacer desbordar al público desde le principio al fin y ahí esta su valiosa baza y es que si se tiene un repertorio formado por temas como “Oh Caroline”, “Su Falso Mundo”, “Soberbia”, “Destino Escrito” (dedicada a la gente de las comparsas, en especial a “Kaskagorri” y “Txori Barrote”), “En el Barrio De Latón”, ”Preso 2023” ó “Otra Noche” no es de extrañar que no cesáramos ni un minuto de bailar, botar, cantar a pecho descubierto, y lo más importante de todo, que no nos quitáramos de encima una sonrisilla de felicidad, a mi entender el gran propósito de la música de Kaotiko.
Kaótiko
La mecha llegaba a su fin y se produce la última explosión “Otra Noche” con la ayuda de todos los invitados, minutos mágicos que al concluir se funden en un jolgorio más allá de una celebración de Champions League, una emoción a granel como manifestaron las palabras finales de su cantante "Esto que hemos grabado, ha sido la hostia"
Era imposible irse a casa, uno estaba tan exhausto y contento que no le quedaban apenas fuerzas para hablar ni pensar ni siquiera cómo me llamaba. Y es que Kaotiko son el grupo perfecto para vaciarte y liberarte por unos momentos de todos los problemas u obligaciones que a uno le rodean
Set List
- Rico Deprimido
- Quien Manda Aquí
- Guerra
- Alkoholemia
- La Culpa De Todo
- Bienvenido Al Show
- Siempre Igual
- Soberbia
- Adrenalina
- Destino Escrito
- Juerga
- Mi Mejor COlega
- El Gran Txupinazo
- Paradizu Taberna
- Oh Caroline
- A KM
- Su Flaso Mundo
- Sucio Criminal
- Sale El Sol
- Barrio De Latón
- Chiwuawua
- Ansiedad
- Preso 2033
- Paranoia
- Otra Noche
Kaótiko
El público parecía cansado sin embargo la profesionalidad incuestionable y entusiasmo de Gatibu fue como si nos pusieran un gotero de vitaminas, músicos cúrtidos en la búsqueda del crecimiento espiritual, mostrando las diferentes caras del rock.
La veteranía de Alex Sardui quedó una vez más demostrada, se trabajó a la concurrencia como sus deslizantes y sugerentes movimientos, cantando en un tono desgarrador y en ocasiones candencioso, canciones tan pegadizas como “Bang-Bang Txik-Txiki Bang-Bang”, “Nor Zara Zu?”, “Zoramena”, “Zeu Zeu Zeu”, expresando a través de ellas un sentimiento de que el euskera no debe ser un obstáculo para la comercialidad de la música, sino una aportación cultural universal.
¡Olvidate de purismos y discriminaciones lingüísticas!