Como las comparsas de Bilbao consideran que la programación musical elaborada por el consistorio con motivo de las fiestas está dedicada sólo a ciertos géneros musicales, no englobando a otros, cada año organizan sus propios conciertos en la zonas de txosnak, eso si, con un presupuesto algo escaso pero con la ilusión de hacer felices a los demás.
Unas actividades musicales que están contribuyendo a despertar la conciencia perceptiva, para que, por una vez por todas, la juventud abra los ojos y dé un mayor apoyo a toda música minoritaria, alternativa y cualquier tipo de expresión cultural. Como medio musical que comparte un punto de vista bastante parecido, no quisimos pasar por alto lo que fue aconteciendo por los distintos escenarios ubicados en el Arenal y alrededores y así por medio de este pequeño resumen intentar transmitir lo más acertadamente esa sensación de bullicio y alegría con la que se vivieron la amplia mayoría de las actuaciones.
Empezaremos por el domingo, tras abandonar rápidamente el escenario de Botica Vieja en donde
la banda estadounidense de punk rock, Pennywise, había conseguido provocar ataques epilépticos a más de uno, acudimos a la comparsa de Uribarri a bailotear un poco con los Kale Gorrian. Un grupo de covers, tanto de bandas de rock Euskaldun como de punk, llevadas todas ellas a terrenos verbeneros con gusto y sazón.
Fueron aplaudidos y vitoreados gracias a la lindeza de ir "destrozando" temas de Urtz, Piperrak, Su Ta Gar o La Polla con solamente una base programada, una guitarra y lo más fascinante la utilización de un instrumento musical de viento, de origen austriaco, nos referimos al acordeón, que era lo que más encandilaba, seguido de la maravillosa y cautivadora voz de su cantante femenina. El resto de actuaciones programadas ese día (Biok y Metal Militia) fueron suspendidas a causa de la lluvia, la gran protagonista de este año.