Si el infierno es considerado más que un lugar, un estado de sufrimiento y desesperación en el que la persona se siente empujada a destruirse a sí mismo y a los demás. No sé hasta qué punto podríamos considerar la actuación de Machine Head como una recreación perfecta de ese lugar de tinieblas, en donde las almas de los pecadores son torturadas eternamente, no obstante lo que si cabría mentalizarse es que a pesar de salir con una cara de asombro, muy parecido a como si hubiéramos visto a un fantasma cara a cara, sudor frío y el ritmo cardíaco extremadamente acelerado como consecuencia de la posesión diabólica, intentando procesar en nuestros cerebros si lo que acabamos de vivir era real o una mala jugada de nuestro inconsciente, uno debe mirarse al espejo y darse cuenta, al verse completamente magullado y sangriento, que no hay duda que esa pesadilla sonora es real, aunque parezca de otro mundo.
No son maléficos extraterrestres de un planeta ultra violento sino músicos estimulando al oyente mediante la sucesión ininterrumpida de pasajes metaleros de fiereza de distintos caracteres e intensidades, con los que han sabido alcanzar meritoriamente un grado de singularidad curioso. Que en el transcurso de su actuación una chica fuese levantada a hombros por su chico para enseñar una zapatilla y preguntar a los de su alrededor haber quien la había perdido, ya dice mucho de la bestial salvajada a la que fuimos sometidos.
No es de extrañar que con el censo actual de bandas existentes en un estilo como el metalcore, la falta de ideas se haya convertido en común denominador en la manera de obrar de los grupos, contribuyendo a su desprestigio y a un destino final que puede llegar a extremos execrantes. Los norteamericanos Darkest Hour han sabido desmarcarse a tiempo y no caer en esa mediocridad, un abandono casi por completo de dichas raíces, nutriéndose de influencias procedentes del death en su orientación melódica (Dark Tranquillity, Soilwork, At The Gates).
En el concierto de esa noche contemplamos a una banda de correcto entallaje y reluciente acabado, sin un tipo de amaneramiento arcaico, siempre dispuestos a sacarnos nuestro lado salvaje y en particular en cuanto sus espectaculares guitarristas se dejaron llevar por sus impulsos como fue el caso de “Violent By Nature” y “Convalescence” o los esporádicos destellos de creatividad en “Doomsayer (The Beginnig Of The End)”, y combinando materiales genéticos muy diferentes como quedó demostrado en una refinada “Love As A Weapon”, que lejos de escapárseles de las manos, agarran por el gaznate el virus resultante, exacerbándolo y esparciéndolo por el mundo para nuestro solaz.
Set List
- The World Engulfed in Flames
- No God
- Violent by Nature
- Convalescence
- Your Everyday Disaster
- Love as a Weapon
- Doomsayer (The Beginning of the End)
Darkest Hour
Los que siguen llorando la desaparición ya hace algún tiempo de Coal Chamber y sin consolarse ni siquiera con la nueva banda de Dez Fafara, Devildriver, van a tener la suerte de poder aliviar ese dolor si disponen del dinero suficiente para viajar a Australia entre el 24 de febrero y el 5 de marzo, ya que los músicos han decidido reunirse para ofrecer una serie de conciertos y rememorar viejos recuerdos.
Es innegable que Devildriver atraviesan una muy buena racha creativa, su última obra “Beast” es aplastante, dispara un resorte neuronal dejando una sensación similar a la de clavarse agujas entre la yema de los dedos y las uñas, aportando una pesadez e intensidad extra al desarrollo canónico de sus piezas, redecorando con un mayor gancho su potencia rítmica característica, canciones que se retuercen y compactan en estructuras dignas del heavy metal más clásico y el death metal melódico, una amalgama en apariencia impenetrable y solida que, sin embargo, conserva siempre una solución, un cabo del que tirar para deshacer el embrollo de esa irresolublidad.
Fueron los encargados de caldear los ánimos con un pequeña muestra de temas que no llegó a la media hora y con una actitud algo más agarrotada a la que nos tienen acostumbrados, quizás al no sentirse cómodos del todo a causa de ciertas deficiencias sonoras, exceptuando un Dez que fue un torbellino insaciable, pidiéndonos en ocasiones que formáramos esos demoledores círculos de la muerte, como tímidamente sucedió en el transcurso de “Not All Who Wander Are Lost” y “Clouds Over California”. Pese a que su sonido fue bastante barullado consiguieron una calurosa respuesta del público en base tanto a esa increíble versatilidad vocal por parte de Dez, como la energía y contundencia empleada para engrandecer más si cabe los temas.
¡Una acometividad impetuosa y arrebatada de rabia!
Set List
- End Of The Line
- Head on to Heartache (Let Them Rot)
- Dead To Rights
- You Make Me Sick
- Not All Who Wander Are Lost
- Before the Hangman's Noose
- I Could Care Less
- Clouds Over California
Devildriver
Siempre resulta sospechoso que un grupo del que no has oído hablar en tu vida, de golpe esté en boca de todo el mundo. Era el caso de los jóvenes británicos Bring Me The Horizon, que desde hace un tiempo han sido considerados uno de los grupos destacables dentro del metalcore y el deathcore, aunque se hayan vistos envueltos en una dramática historia como la que una persona se hiciera pasar por su cantante para intentar asesinar a una muchacha. No obstante viendo la imagen tan mediocre que exhibieron en Barakaldo, estimó que a todas luces gozan de un prestigio demasiado sobre valorado.
Es verdad que siempre es difícil valorar las propuestas musicales enraizadas en un género muy concreto y saturado, pues al final todo depende y acaba por reducirse al gusto por el estilo en sí mismo o al peso de unas canciones con unos pocos matices que las distingan de otras formaciones involucradas en tal o cual escena.
Si bien, su radio de acción se basó durante el 90 por ciento de su actuación en unos parámetros hiperdefinidos y poco movibles cantos guturales, un mismo nivel de potencia y agresividad en el ritmo de sus canciones, unos elementos bastantes comunes del metalcore, a los que sinceramente les falta un cierto toque personal para ser convincentes del todo y poder mucho más lejos que otras bandas afines a su estilo. Salieron al escenario a morder tirándose a la yugular de los allí presentes, con torrentes de precisión técnica y una salvaje juventud, como si quisieran sacar castañas del fuego, descargas de mala leche como “Diamonds Aren´t Forever” y “Alligator”. Un mordaz e inteligente ataque que con el paso de los minutos se fue convirtiendo en una muestra de apatía impropia de un grupo aún aprendiz que quiere comerse el mundo, un mirar por encima del hombro al mundo exterior que resulta, cuanto menos sorprendente.
Set List
- Diamonds Aren't Forever
- Alligator
- Blood Fuck
- Sleep with One Eye Open
- Football Season Is Over
- Blessed with a Curse
- It Never Ends
- Chelsea Smile
Bring Me The Horizon
Hay dos tipos de imperios aquellos que se construyen a la fuerza con ladrillos robados y poder material y los que se levantan poniendo el corazón desde sus cimientos. El que han creado los norteamericanos Machine Head está hecho a mano donde el sabor de lo artesanal está bordado en cada uno de los detalles, han sabido crear canciones que se quedan como clásicos para toda la eternidad, esas que han tenido siempre más peso que el sonido de moda y con las que meritoriamente han conquistado un lugar privilegiado dentro del metal pesado.
Un metal crudo, muy influenciado por el heavy metal clásico y al que le han añadido desde sus orígenes ciertos elementos de Trash Metal y arreglos melódicos puntuales, alcanzando un estilo propio, bautizado como Post-thrash/Groove Metal (Neo-Thrash) e influenciando posteriormente a las sucesivas generaciones del metal americano. Si muchos pensaban que habían tocado techo con “The Blackening”, su reciente trabajo “Unto The Locust”, ha resultado ser como dar una bofetada a alguien cuando suelta una estupidez (Como esa de decir que están acabados), dando cancha a sonoridades fronterizas entre power metal melódico o hardcore, entramado parentesco con ellas y ampliando inesperadamente su espectro de registros, convirtiendo esa búsqueda de complejidad en un saludable ejercicio capaz de abrirles puertas a otros públicos.
Hay cosas que no cambian nunca y una de ellas es que estos norteamericanos siguen causando conmoción en el norte del territorio peninsular. Con casi toda seguridad se trataba de uno de los conciertos más esperados del momento, todos los que les llevamos siguiendo desde su primera obra “Burn My Eyes” estábamos ansiosos por conocer si esas nuevas creaciones son válidas para el directo y lo más importante verificar “in situ” si siguen siendo uno de los ciclones más peligrosos del mundo, una tormenta de vatios y decibelios devastadora.
Cuando ya no quedaba ni un centímetro de superficie por cubrir en la sala y los nervios comenzaban a estar a flor de piel, las luces se apagaron y por las pantallas laterales corrió chorretones de sangre hasta conformar el logotipo de la banda, envolviendo la sala con un extraño aura y apercibiéndonos del que el espectáculo estaba asegurado.
Machine Head
Con una potencia brutal de sonido (bastante saturado, en mi opinión) arrancaba la descarga con “I Am Hell”, una de sus nuevas canciones, tocándola a una velocidad de vértigo y con tal fuerza que parecía que Rob Flynn se iba a desgarrar la garganta, por dentro, una fuerza de expulsión estratosférica, proveniente de lo más profundo de su estómago.
Sin mediar palabra alguna siguieron metiéndose de lleno en su reciente obra “Unto The Locust”, que a pesar de llevar poco tiempo en la calle parece que ha calado bastante fuerte en sus seguidores, estupenda fue la reacción al siguiente tema en sonar “Be Still And Know”, con el elemento visual del fuego en las pantallas y un crujir de dientes de las masas ante una lucha por sobrevivir a la peligrosa nube de codos y rodillas; o otras como “This Is The End” y “Locust”, que a pesar de ser más técnicas y rupturistas por la utilización de desarrollos más largos y matices progresivos e incluso hardcores, ritmos de baterías veloces y agresivos, combinados con arreglos melódicos más que interesantes, rezuman talento, ingenio y como no, esa habitual rabia y odio, cualidades que han hecho que tengan hoy en día una poderosa base de fans.
Una vez realizado el primer saludo “Barakaldo I want to feel your heat”, se metieron de lleno con “Imperiun”, nada como un clásico para dar la bienvenida al público vasco, la primera que puso a toda la sala a botar y en la que el volumen fue ensordecedor, otorgándonos una percepción de que la base rítmica era capaz de movernos la ropa y el resto de resquebrajarnos los tímpanos. Miraron de reojo a “The Burning Red” para sacar “The Blood, The Sweat, The Tears”, dejando constancia que aquel tema era uno de los más sólidos y contundentes del disco y aprovechando esa desatada euforia para abalanzarse con el primer sencillo de su último disco, “Locust” generando una comunitaria violencia natural e imparable.
La noche se hacía cada vez más emocionante, el clásico “Old” obtuvo una entrega total de los asistentes, quienes gritamos tan fuerte en el estribillo que apenas se podía escuchar al grupo y en la que Robb acabó con la guitarra en alto en una pose típica que denota liderazgo, pero aquella noche el músico se mostró más cordial y menos ególatra, con los pies completamente en el suelo, agradeciendo a sus seguidores el hecho de que sigan apoyando la banda y haciendo que su sueño siga vivo tras casi veinte años, mandando un cierto recadito a la importante emisora de televisión, MTV la cual les ha cerrado las puertas siempre que ha podido, censurado sus videoclips, alegando la simple excusa de que sus letras e imágenes herían la sensibilidad de los espectadores.
Machine Head
Y entre canciones como la exquisita “Darkness Whitin”, con una bella intro en guitarra acústica por parte del propio Robb, las esperadas “Bulldozer” y “Ten Ton Hammer”, en las que el ingenio en cada uno de sus movimientos y esa escenografía algo renovada, luces, juegos de humo y pantallas dotaron de un mayor efectismo al concierto de la que nos hubiéramos imaginado; copita de vino por aquí y por allá (Que Robb lanzaba al público después de echar un trago).
Todo ello ya estaba siendo suficiente para que un servidor posterior pudiese escribir que sin duda habíamos sido testigos de una grandiosa y prácticamente perfecta actuación, pero lo mejor estaba aún por llegar, una de sus composiciones más logradas “Halo”, la segunda remisión a su sexto disco de estudio “The Blackening” , la cual refleja claramente ese carácter furioso del grupo, sin renunciar a la melodía y una serie de constantes desviaciones y variaciones musicales que alejan la temida y probable repetición en la que fácilmente podrían caer los temas ; y un final con olor a tradición, “Davidian”, esa canción inspirada en la masacre de Waco de 1993, en la que una secta llamada “Davidianos” se encontraba atrincherada porque querían arrestar a su líder puesto que estaba acusado de abusar de menores, que sonó de muerte y que cualquier metalero debería tener dentro de su “Catecismo” particular y recitarla con frecuencia para sentirse bien y experimentar el éxtasis de estar vivos .
Al salir algunas voces discrepantes me pusieron entre dicho lo que acabábamos de ver. Sinceramente, no sé que más se podía pedir que salir con los tímpanos sangrando y en la retina numerosos destellos de brillantez unidos a una capacidad intrínseca de estremecer. La clase de banda que donde lo hace saltar todo por los aires es sobre un escenario. ¡En un pedestal!
Set List
I Am Hell (Sonata In C#)
Be Still And Know
Imperium
Beautiful Morning
The Blood, The Sweat, The Tears
Locust
This Is The End
Aesthetics Of Hate
Old
Darkness Within
Bulldozer
Ten Ton Hammer
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Halo
Davidian