Hay días importantes en la vida de la mayoría de las personas, hace unos años esos días se dividían entre cuando encuentras un trabajo, te compras un piso, un coche, te casas, tienes hijos… Ahora igual en este caos en el que impera esos días importantes son los días que no llegan, es decir, el día que no te echan del trabajo, el día que no te desahucian de tu piso…

Pero entre tanto barullo y entre tanta tensión siempre hay cosas y personas que a uno le logran poner de buen humor. Por lo general, me voy dando cuenta con el paso del tiempo, que mi estado de ánimo va brutalmente aparejado a la música y a los conciertos. Tal vez sea porque es la forma que he escogido de pasar mi tiempo libre, unos momentos que no están impuestos por la necesidad de ganar dinero para pagar toda la mierda que consumimos compulsivamente.

Hoy por hoy recomendaría a la gente la terapia de la música, por lo menos para mí es la mejor forma de olvidarme de todo lo que no me convence, de lo que sobra pero con lo que hay que vivir, y es que un buen concierto te puede hacer hasta olvidarte de la mayor de las miserias.

Siempre hay gente optimista, que consigue hacerte sonreír, menos mal que hay grupos que montan tal fiesta que te hacen ver la vida como si de un juego y de un gran espectáculo se tratase. Y hablando de fiestas, me veo en la obligación de comentar que en su momento tuvimos desde la web la clara intención de montar un concierto con La Pegatina. Al final la cosa no fue a más, pero aquella noche, los gerentes de la sala Heaven, ya se habían encargado de brindarnos la oportunidad de verles, así que estábamos tan emocionados como si lo hubiésemos organizado nosotros mismos.

Creo que esta banda es una de las que más veces habré recomendado, tal vez porque no les había visto nunca en directo, y llegaba un punto que más que una espina era algo indescriptible y enorme lo que tenía clavado en el corazón, porque pensaba: ¿pero cómo no trae nadie a este grupazo a Cantabria?. Después de su actuación y de todo lo que viví en esos minutos puedo afirmar que no es que hablase de esta banda porque tenía ganas de verles en vivo, es que me confirmaron que son más que imprescindibles para cualquier que diga que le gusta la música. Y es que si ya me tenían con el alma metida en un puño desde hace muchos años, después de ver su sobresaliente actuación me quedo casi sin palabras para describir lo que se vivió aquella noche.

La Pegatina está colgando el cartel de entradas agotadas en varias ciudades con este Tour Adrenalina. ¡Pero que jodíos que son los músicos!, jejeje,  nadie mejor que ellos mismos para ponerles título a sus cosas, y es que si al ver a esta banda catalana no te da taquicardia, no se te acelera el corazón y notas como éste se te va a salir por la boca, es que estás a dos metros bajo tierra.

Claro está que toda la culpa la tienen los siete componentes del grupo, porque evidentemente con la fiesta que montan, con lo que se mueven y con lo que animan, como para hacerles el feo y quedarse parados. Más bien es algo imposible, porque en cuanto entonan el primer acorde de cualquier tema la reacción es instintiva y entonces poco a nada se puede hacer por controlar el impulso de bailar, pogear y saltar hasta que el cuerpo aguante. Reto a cualquiera a asistir a un concierto de La Pegatina y tratar de no moverse ni un ápice, estoy segura de que ganaba la apuesta aunque hubiese en juego varios miles de euros.

A veces no sé si empezar las cosas por el principio o por el final, porque normalmente lo interesante suele estar al final y uno se tiene que leer una parrafada tremenda para lograr extraer la conclusión de lo que quiere decir una persona. Así que si alguien quiere dejar de leer en este momento, comentaré que el concierto de La Pegatina en la sala Heaven es una de las mejores actuaciones que he visto en toda mi vida, y no sólo hablando de este estilo de música, de la rumba y la fusión, sino de todos los estilos que más o menos me llaman la atención, y que van desde el rock, al metal pasando por el punk y el ska y deteniéndonos levemente en hardcore y en el hardrock.

Me encantó la puesta en escena de La Pegatina, compenetrados como si se tratase de una sola persona proyectándose varias veces, muy frescos, dinámicos y enérgicos, y con unas formas, unas “poses” y unos guiños, que parecían muy improvisados y naturales, pero en el fondo sabemos que el espectáculo estaba más que ensayado (como debe ser) y ejecutado a la perfección. En definitiva, naturalmente encantadores.

Poco a poco fueron saliendo todos los miembros del grupo al escenario para comenzar a derrochar energía al ritmo de la genial “Leire”, precedidos por fuegos artificiales. Que sí, que sí, que aquello iba a ser una fiesta y un auténtico espectáculo en mayúsculas, luego también hubo hasta confeti en varias ocasiones. Y es que ellos mismos lo dijeron: Esto es una fiesta, ¿no?. Pues ale… ¡al lío!. Dejaron bien claro que tenían una norma y que el que no se lo quisiera pasar bien tenía la puerta abierta. Ante tal ultimátum… ¡cómo para llevarles la contraria!.

En aquellos momentos yo empecé a sentir miedo porque me imaginaba lo que venía detrás, bueno más que miedo me entró una euforia incontrolada, que tampoco tenía muchas ganas de apaciguar. Este fue el comienzo de una gran noche donde 200 personas sintieron como su cuerpo se inundaba de un licor que no debe faltar, licor café por supuesto. Y ojo que hablamos de un par de centenares de asistentes, pero tratándose de Cantabria es un auténtico éxito, así que nadie se lleve a engaños.

Poco después llegó el turno de “La Voisine”, tema recientemente publicado. Siendo sincera debo decir que no he escuchado este nuevo disco, este “Xapomelön” compuesto por 21 canciones, pero vamos que no me importó ni tan solo un poquito. Aquella noche me puede hacer una buena idea de él con temas como “Maricarmen” (muy aclamada y bailada cuando llegó casi al final), “Chocholoco”, “Lacón con grelos”, "Muérdeme" (dedicada a todos los que intentan joder a los que empiezan), “Janoveva”… y muchos más, y es que para la ocasión nos dejaron más de una treintena de canciones, y evidentemente no voy a poner el título de todas y cada una de ellas.

De las clásicas, bueno más bien que clásicas diría yo imprescindibles, me estoy liando todas son imprescindibles… Bueno, de las más “antiguas”, que hablamos del 2009 y del 2007, nos deleitaron y nos hicieron enloquecer con “Alosque”, “Mandarinas y pomelos”, “Lloverá y lloveré”, “A morriña”, “A lo loco”, “Miranda”, “Los niños de la renfe” y “Penjat”, entre otras.

Nos dejaron fascinados con la presentación de la banda a ritmo de clásicos de estilo house, dejando que cada componente hiciese lo propio con los instrumentos, desgranando fragmentos de canciones como “I will survive”, “I like to move it”, y alguna del mítico Technotronic. Y también hicieron un pequeño popurrí de temas muy variados y conocidos como “Ni más ni menos”, “Skalasnikov”…

A pesar de la cantidad de canciones que tocaron y de que no pararon casi ni para respirar, aunque el público parecía que acabase de correr una maratón, y aunque los espejos de los baños estuviesen hasta empañados del ambientazo que se respiraba, la gente quería más y más. Así que el broche de oro a esta actuación inigualable e insuperable la puso una batucada en mitad de la sala, donde nos mezclamos todos juntos para acabar de echar los restos.

Si la “Maricarmen” tiene que estar preocupada porque su hijo es el último en salir de todas las raves, el mundo entero tiene que estar asustado porque La Pegatina son más que adictivos y están pegando muy fuerte, ¡y lo que les queda!.

Desde aquí deseo sinceramente que esta banda tenga el éxito que se merecen, espero que el camino sea llano y próspero para estos siete monstruos y que logren todo lo que se propongan.