Sin duda el Rebujas Rock es uno de los festivales más longevos de toda Cantabria, en este 2.012 cumplía 16 años de vida y eso son muchos años, uno no concibe un septiembre sin ir a San Mateo de Buelna al conocido festival, que haríamos sin él, ni me lo quiero imaginar.

Tras un evento que lleva situando a la pequeña localidad cántabra en el mapa durante años, está la Peña Cultural y Deportiva Rebujas, los creadores de todo esto y que año tras año invierten su tiempo y dedicación para y hacia el rock, el festival es uno de sus proyectos, mantienen San Mateo animado durante todo el año con sus diversas actividades, hasta organizan una carrera de caracoles anualmente, pero eso ya es otra historia.

 Nos gusta ir al Rebujas, es la cita musical anual donde todos los rockeros de la zona coincidimos, y lo mejor de todo, es que en cada edición muchos de nuestros vecinos se unen a los cántabros para disfrutar de buena música, gente de Asturias y sobre todo de Euskadi. En esta edición todo se multiplicó, vimos más tiendas que nunca en la zona de acampada, más gente que nunca en los conciertos y en la barra, y es que este año el cartel era un pedazo cartel, pero tampoco hay que olvidarse de dos factores que no hemos tenido en los años anteriores, el primero el día elegido para tal magno evento, el sábado, dejando atrás los viernes en los que muchos llegamos con las pilas justas, y el segundo es que el tiempo nos respetó, después de tantas ediciones lloviendo, ya era hora de vivir una jornada sin capuchas ni paraguas. Respecto a que se celebró en un sábado, no estamos muy seguros si el año que viene repetirán, ojalá!!, repito, ojalá sí lo hagan!!. También me conformo con que haya edición del 2.013, que en esta vida nada se seguro al 100 %.

Y lo más importante, más que un festival sigue siendo un homenaje a la memoria de Gabriel Gutierrez Laguillo, un saludo compañero!.

Teníamos por delante las actuaciones de Emboque, Desastre, Benito Kamelas, Obrint Pas, Koma y Kaótiko, estos últimos se cayeron del cartel por enfermedad de uno de los miembros (desde aquí le deseamos, sea quien sea, una pronta recuperación) y la organización llamó rápidamente a Hora Zulú, estos se pusieron las pilas y en pocos minutos aplazaron el concierto que tenían programado dar en unas semanas en la localidad cercana al Rebujas, Cacicedo de Camargo (Sala Heaven) y confirmar su presencia en San Mateo. Esto es eficacia, sin pausas ni divagaciones!!

Antes de meternos de lleno con los conciertos os avisamos de que esta crónica está escrita por tres personas distintas, María Gómez, Borja Triviño y Jorge Palacios, y no diremos que parte ha escrito cada uno, creo que ya nos conocéis demasiado para saber que textos creamos cada uno.
Al lio!!

En el Rebujas Rock no puede faltar nunca la presencia cántabra sobre el escenario, este año quisieron contar con Emboque, primera vez que actuaban en este festival y ya era hora, mira que tanto el grupo como el evento tienen una pila de años, y es raro que en ese tiempo sus caminos no se hayan cruzado, pero más vale tarde que nunca.

El "Voy a por ti", último trabajo de la banda editado ya hace dos años, sigue sonando, pero ya lo hace como un "clásico" de la banda, los temas que canta esta gente da igual que tengan 2 años, 5 ó 10, todos son signos de identidad "made in" Emboque.

Hubo una cosa que me llamó la atención y realmente me gustó, y es ver a una cantidad razonable de público estar pendientes de la actuación, en estos casos, una banda local abriendo un festival es sinónimo de poca gente y los que están son amigos y parientes, pero este no fue el caso, había mucha chavalería cantándose a grito pelado las canciones, y eso, como bien dije al principio del párrafo, realmente me gustó.

El trío musical más conocido en la tierruca arrancó unos minutos después de la hora programada, las siete de la tarde, aún con minutos de luz quisieron poner de la mejor forma posible, su granito de arena en esta edición con su heavy rock característico, con temas como "Anibal" y "Recuerdos".

Es una banda que en directo nunca defrauda, una apuesta segura para un concierto o festival y eso les asegura tocar de forma asidua, he ahí su larga trayectoria, felicidades pues!.

No sé porque cuando hacemos referencia a Desastre indicamos que son madrileños, pues no, son de San Mateo (¿Cuál es el gentilicio de dicha localidad?), y quien lo niegue no tienen razón, ¿Que municipio les ha concedido una calle, concretamente un callejón? ¿Madrid?, no, San Mateo, y punto!!.

Ahora en serio, nuevamente veíamos a Desastre en el Rebujas Rock, rara vez les hemos visto en otro festival o sala de conciertos, creo que se nos haría raro. Una vez más eran los segundos en tocar y creo que, aunque sea por reincidencia, se merecen actuar a una mejor hora, pese a quien pese.

Empezaron con "Rock de Carretera" tema perteneciente a su último y reciente trabajo "Soltando Lastre" al igual que la segunda interpretación "Miradas Empañadas" para luego llegar con "Incordiar" uno de los temas que más nos gusta de la banda. Llegó el momento de "Tambores de Guerra" donde un Alfonso (cantante) con tono reivindicativo tuvo palabras para la gente y autocares que se dirigieron a Madrid esta misma tarde para protestar y manifestarse en contra de los ajustes que ha aprobado nuestro queridísimo gobierno en estos últimos meses, es decir, desde que llegaron al poder.

Pero dejemos la rabia al margen y disfrutemos de la música de esta gente con "Combo del Perdedor" y ese single llamado "Africa" que grabaron hace años con la colaboración de Fernando de Reincidentes, Pulpul de Ska-p, Juankar de Boikot, Oscar de Lujuria y Trapa de Matando Gratis, que por cierto, la intro original de este tema es del poeta cántabro José Hierro, un grande entre los grandes.

El tema "Que no amanezca..." tengo la sensación que sonó mejor que nunca, con más sentimiento y más ganas que nunca, todo el mundo coreando y más de uno emocionado, y es que es algo más que una canción, son las notas de amor de una banda por un festival y viceversa. El punto final lo puso "Me Piro" y así fue, se piraron entre muchos aplausos y frases como "Hasta el año que viene..."

Siempre es un enorme placer recibir a los Benito Kamelas en casa. La última vez que les vi fue también en la tierruca a principios de año en el Black Bird, así que ya tocaba una nueva dosis de directo para poder continuar opinando, para poder seguir confirmando las impresiones y ver en un festival cómo se desenvolvían las canciones de ese último “Buena energía”.

Las impresiones pues como siempre, los valencianos dan la talla y con creces en todas y cada una de sus actuaciones, y al verles de nuevo vienen a la mente cientos de conciertos y lo que para mí es más importante, creo que es de los pocos grupos con los que no olvidaré jamás la primera vez que les vi en directo. No digo que me vaya a acordar del día, el lugar, la hora ni lo que tocaron, sería de necios. Pero lo que es inolvidable son las sensaciones que transmiten, esa honestidad, esa humildad, esa sinceridad y ese buen rollo del que hacen gala sin ningún tapujo ni concesión. Esa actitud con la que se han ganado a pulso los corazones de la que aquí escribe y de todas y cada una de las personas que les estaban viendo aquella tarde en San Mateo.

Y si algo tengo cada vez más claro con el paso del tiempo es que la aptitud es muy importante en esta vida, en la música, en cualquier grupo, pero por mucho talento que uno tenga si no posee también buenas proporciones de actitud todo el trabajo puede caer en saco roto. Y en este sentido en cuanto a talante, en cuanto a presentación, en cuanto a humanidad Benito Kamelas se lleva la palma. Es indescriptible la sensación de felicidad que siento cuando les veo sobre las tablas, es como si el mundo se parase y me dejase unos minutos de tranquilidad, de vacío total que sólo necesita ser llenado por las melodías y por los ritmos de esta buena gente.

Aquellos momentos estuvieron cargados de temazos clásicos, como bien se debe hacer en un festival, para un disco nuevo ya están los conciertos en salas y las presentaciones, con más tiempo y con menos prisas. Así que de lo nuevo pudimos escuchar “La guarida de los gatos” y “Naturalmente”. Y los segundos se cargaron de canciones rotundamente geniales, el público enfervoreció con las  sobresalientes “Iros a la mierda (bla, bla, bla)”, “Loko”, “Cocaína”, “He decidido”, “Fue mi abuelo”, “Ayer soñé” y “La farola”. El punto final las pusieron “Aquellas cosas que solíamos hacer” y “Valencia ciudad”.

No quiero ser quien juzgue, tampoco me interesa, pero ha quedado claro después de tantas guerras que mi corazón se expande agradecido ante el tener a una banda como Benito Kamelas delante de los ojos.

Y parece que el levante seguía por nuestras tierras, ya que los siguientes en subirse a las tablas del escenario eran los valencianos Obrint Pas. Me muero de vergüenza, y creo que tiene delito y mucho que después de la gran andadura de esta banda y de todo lo que ello comporta no les haya visto nunca en directo, tampoco había escuchado mucho de su música hasta el concierto. La verdad es que últimamente me estoy acercando más hacia este tipo de estilo musical y hacia los grupos que tiran por estos derroteros.

Después de ver lo que vivimos en el Rebujas con la gran familia de músicos que nos estaban entreteniendo y haciéndonos bailar hasta extasiarnos, me dieron ganas de comprarme todos y cada uno de sus discos. Ya me habían comentado que el último, “Coratge”, era una auténtica pasada, pero como a veces uno no cree las cosas hasta que no las ve, pues tuvo que llegar el momento, tuvo que llegar la ocasión de que me dejaran con los ojos como platos para decir: ¡Joder, tanta gente no podía estar equivocada!.

La imagen de las miles de personas disfrutando de las canciones, de la música, del buen hacer era hasta emocionante. Hay veces en que estas bofetadas artísticas, estos “¿no querías taza?, ¡pues toma taza y media!”, “¿no te creías que eran buenos?, ¡pues son cojonudos!”  me hacen replantearme las cosas y mucho. Todavía queda demasiado por aprender y por disfrutar, ¿qué sería de mi vida sin estas gratas sorpresas?. Gente como Obrint Pas acrecientan mi voracidad por devorar música y conciertos.

Así que más vale tarde que nunca y el Rebujas fue un escenario magnífico para conocer a este grupo que causó una gran conmoción en cuanto se anunció que tocaban y que acabó convenciéndome hasta límites insospechados y es que pude vivir un espectáculo con pocos precedentes. Y eso señores, a pesar de la situación económica que vivimos, no tiene precio, vale más que todo el oro del mundo.

De su reciente disco publicado el año pasado nos fascinaron con el tema homónimo al mismo, con “Seguirem” (esta me gustó especialmente y se me quedó clavada en el alma), con “I si demà no tornara”, “Si tanque els ulls”, “La vida sense tu” y “Alegria”, con la que cerraron una magnífica actuación.

De su bienvenida al paraíso nos dejaron “El gran circ dels invisibles”, y también el tema homónimo del mismo. Y como más añejos sonaron “La flama”, “Caça de Bruixes”, “Del sud”, “Els Crits de la Terra” y la mítica “Bella ciao”.

En fin, un auténtico placer en todos los sentimos, esperamos repetir pronto tan suculento manjar.

Y si hay veces que uno tiene que darse de bruces contra el suelo y comerse con patatas la dura realidad, aquel era un claro ejemplo de ello. La expectación que causó Koma fue la habitual, aunque probablemente acrecentada porque muchos éramos conscientes de que iba a ser la última vez que íbamos a ver al señor Brigi Duque pilotando el tren de Koma.

No vamos a entrar en polémicas ahora y todos los componentes de la banda son importantes  e imprescindibles, por algo la fórmula ha funcionado durante casi 20 años,  pero hay que ser claros y la cosa no va a ser nunca igual. Cada vez soy más consciente de que las segundas partes nunca fueron buenas, y creo que con los ejemplos y con los precedentes cercanos que tenemos actualmente ha llegado el momento de que yo ceda en querer continuar consumiendo la estela de ciertos grupos que han cambiado, porque al final uno siempre acaba esperando ver lo mismo a lo que está acostumbrado y la sensación es muy frustrante, es un quiero y no puedo irremediablemente abocado al fracaso. Así que con el mayor de los respetos posibles, aprovecho estas líneas para expresar mi desazón cuando conocí la noticia de que Brigi se iba de la banda, respeto, acepto y me como con patatas su decisión, pero sinceramente a mí personalmente me ha jodido pero bien.

Así que con esa sensación de que iba a ser el último concierto de Koma, me frotaba los ojos como queriendo no borrar nunca la imagen de mis retinas, para mí era estar presenciando el funeral anticipado de una persona que sabe que le quedan tres meses de vida. Menos mal que luego fui capaz de salir de mi estupor y de disfrutar del concierto al igual que todos los parroquianos allí congregados. Cualquiera se merece la mejor de las despedidas posibles y la respuesta, al igual que el espectáculo que ofreció el grupo, fue brutal.

La algarabía comenzó de la mano de “Tio Sam”, para continuar con “Imagínatelos cagando”, cantada por una persona ciega que abandera el interesante proyecto del que os podéis informar en www.dametvision.com y en el que Brigi ha colaborado de manera brillante. Con “Jipis” continuaron dando cera a los clásicos, para dejarnos con algo más novedoso, “No te lo tomes a mal”. Y poco más de esta “Maldición divina” pudimos escuchar aparte de “Me vacío” y “La almohada cervical”, encargada de dar el portazo de salida.

El resto, clásicos rudos y contundentes como “El muro de Berlín”, “Bienvenidos a degüelto”, “Protestantes”, “El pobre”, “Vaya carrera que llevas chaval”, “El sonajero”, “Sakeo”, “Mi jefe”, “Menos mal” y “Caer”.

Sobran las palabras para cerrar este comentario sobre la actuación de Koma, tal vez ni las encuentro ni las quiero encontrar. Muchas gracias por este conciertazo y por tantos y tantos buenos momentos. Y por supuesto, mucha mierda para lo que se avecina.

Aunque en un principio iba a ser Kaotiko la banda encargada de cerrar la decimosexta edición del Rebujas Rock, finalmente y debido a la enfermedad de uno de los miembros del combo alavés, fue Hora Zulu, formación con un nuevo álbum en el mercado, la encargada de completar cartel y poner el punto y final a una frenética noche.

Los de Granada sonaron contundentes, y Aitor y los suyos pusieron mucho sentimiento en la interpretación. Temas de “Siempre soñé saber sobre, nadie negó nunca nada” como “Gabinas de cochero”, “Mis barraqueras” o “Que la tierra te sea leve”, contaron con gran protagonismo en el repertorio. Repertorio en el que tampoco faltaron clásicos como “Agua de mayo”, “Tango”, “Camarada” o “Andaluz de nacimiento” que fue uno de los temas más sentidos de la noche.

El buen ambiente reinó en todo momento, y aunque en un principio la mayoría de los presentes esperaban despedirse del Rebujas botando y disfrutando con canciones de Kaotiko, gracias a que los componentes de la formación andaluza conectaron desde el primer momento con la audiencia, y a que Hora Zulu cuenta con un gran cartel en tierras cantabras, el respetable se marchó a dormir con un inmejorable sabor de boca.