Mucho ha llovido desde la última vez que Marea visitó la capital vasca, ocho años nada más y nada menos. En esta ocasión, la formación de Berriozar se acercó a Vitoria para presentar los temas de “En mi hambre mando yo”, su sexto disco.

Pasadas las 21:30 horas del sábado 13 de octubre llegábamos al multiusos Iradier Arena, un recinto poco aprovechado hasta la fecha y es que, debido a su criticada acústica, por él han pasado muy pocos artistas. Es por ello que entre el personal que se acercó a presenciar el último concierto de la banda navarra en Euskal Herria, se hallaban cuatro técnicos enviados por el Ayuntamiento de Vitoria, que tenían como propósito realizar un estudio acerca de la acústica del Iradier Arena. La sensación general en cuanto al sonido una vez finalizado el concierto fue positiva, así que suponemos y esperamos que la resolución de la prueba realizada por los expertos haya sido eficiente, y que los vitorianos podamos seguir disfrutando de la buena música en este lugar.

La hilera de personas con la que nos encontramos al llegar era considerable, había ganas de ver al quinteto navarro, y no era para menos ya que la anterior fecha programada en Vitoria, hallá por el año 2008, tuvo que ser suspendida debido a la lesión de “El Piñas” bajista del grupo. Por lo tanto el Iradier Arena cosechó una aceptable entrada y a lo largo de las cuatro horas de show con las que nos obsequiaron tanto Radioplebe como Marea, se respiró un gran ambiente.

El cuarteto pamplonica de Radioplebe, fundado en 2008 y formado por músicos con experiencia en otras bandas como Cuerno de chivo, Gualitxo y Peter Funk, inició su concierto con puntualidad, cuando todavía la gente entraba al recinto en pequeñas dosis.

El grupo, comandado por su vocalista y guitarra Jorge Pus, presentó los temas de “Estrellados del Rock”, un trabajo producido por “Kolibrí”, guitarrista de Marea, y que se encuentra en el mercado desde principios de este año.

Durante la actuación, el derroche de energía por parte de los músicos fue continuo. Temas como “La cima de la civilización”, “Guillotina”, “Virgencita de la papa”, corte en el que contaron con un saxofón sobre las tablas, “Estrellados del Rock”, en éste fue Kolibrí el que se subió a colaborar y “Tanto bio”, fueron algunos de los nuevos temas descargados durante los cuarenta minutos de los que dispuso la formación de Pamplona para mostrar su valía.
 
Radioplebe, una banda desconocida para mí hasta la fecha, me causó una grata sensación, todos sus componentes mostraron sus grandes dotes y su buena compenetración sobre el escenario. Por tanto, el dial de Radioplebe queda sintonizado en nuestra memoria, les seguiremos los pasos y esperamos verlos pronto de nuevo sobre un escenario.

Después de presentar su nuevo álbum en numerosas localidades del estado, Marea se dejó caer por Vitoria. La expectación y la larga cola existente en las inmediaciones del Iradier Arena hacían presagiar una más que meritoria entrada, aunque finalmente estuvimos menos de los que cabía esperar, pero los allí congregados saltaron y corearon sin pausa las canciones de una de las bandas con más tirón del panorama del rock estatal, y el entusiasmo fue palpable durante todo el show.

Pasadas las once de la noche Marea salía a escena y sus miembros fueron acogidos con un gran recibimiento por parte del público gasteiztarra. Los aplausos y vítores se multiplicaron cuando el carismático Kutxi Romero se dirigió a los presentes y les recordó que llevaban mucho tiempo sin pisar tierras alavesas. La velada no había hecho nada más que comenzar, pero los temas interpretados durante la primera parte del concierto, nuevos en su mayoría, eran entonados de principio a fin por los presentes como si de grandes clásicos se tratasen.

Una de las sorpresas del espectáculo llegó cuando el dibujante Mikel Poza, spray en mano, salió al escenario para mostrar sus habilidades mientras, Kutxi Romero, “El Piñas”, César Ramallo, “Kolibrí” y Alén Ayerdi iban ejecutando diferentes temas del repertorio como “Petenera”, “Manuela canta saetas” y “Mierda y cuchara” con los que el quinteto fue deleitando al personal. En el aclamado “Que se joda el viento”, contaron con la colaboración de Gaizka, actual bajista de Radioplebe y músico que coincidió con Kutxi en su primer grupo y la sentimental “Corazón de mimbre” fue dedicada por el vocalista a su familia, presente en el Iradier Arena y que se acercó hasta Vitoria-Gasteiz desde Berriozar.

El recital sobre el escenario continuaba, esta vez era “El Piñas” el encargado de liderar la banda y cantar en temas como “Trasegando”, “Alfileres” y “Con la camisa rota”. Después del merecido descanso tomado por Kutxi, que se mostró dicharachero y bromista a lo largo del espectáculo, volvió a tomar los mandos del grupo con “Ciudad de los gitanos”, “Barniz” y “Sobran bueyes”, canción del último trabajo con la que se despidieron por primera vez del respetable.

Marea a lo largo del concierto fue repasando canciones de su extensa trayectoria, y también se acordó de grandes bandas y con una versión del tema “Malas noticias” rindió homenaje a Los Suaves, e incluso incluyó en su extensa colección de pistas “Mil quilates”, una canción que también habían descargado la noche anterior en Ávila, pero que no venían incluyendo a lo largo de la gira.

Poco a poco se iba acercando el final de la función, pero el ritmo de la misma no decayó en ningún instante. Tanto público como músicos estaban mostrando lo mejor de sí mismos y bajo una contundencia apasionante, mucho sentimiento y el aliento de sus seguidores, Marea interpretó grandes éxitos como “La Rueca”, “Pendimiento” y “Como los trileros”, tema con el que llegaron las presentaciones. Durante este amplio espacio los aplausos fueron constantes y los artistas, dando muestra de humildad y sincero agradecimiento, se acordaron tanto de los trabajadores situados en el puesto de merchandising como de todo el equipo de técnicos que esta tras el escenario y que hace que el show salga adelante, quienes también se llevaron un merecido reconocimiento por parte del público vitoriano.

Mientras Mikel Poza seguía puliendo su cuadro, el resultado final del mismo fue extraordinario, los navarros nos sedujeron con una última tanda de grandes canciones como “Romance de José Etxailarena”, “El perro verde”, “Como el viento de poniente” y “Marea” y una última sorpresa, la aparición en el escenario de Ibai de Motxila 21, banda navarra formada por doce jóvenes que padecen síndrome de down, que acompañó cantando con emoción junto a Kutxi. Y así, poco antes de las dos de la madrugada concluía un concierto en el que la adrenalina, el buen rollo y la solidez estuvieron muy presentes.