Introducción Karlos García:

Otro año más visitábamos Villarrobledo, pueblo de Castilla la Mancha que acoge cada año el Viña Rock, el mayor festival de rock estatal de la península, y con este ya van 18 ediciones. Nuestros caminos con este festival se cruzaron en el año 2.000, es decir, hemos ido 14 veces, primeramente como público y luego formando parte del equipo de Insonoro.com.

Días atrás la organización colgó el cartel de entradas agotadas, sabíamos que el recinto iba a estar hasta arriba pero no creíamos que se agotarían las entradas, y es que este año el festival jugaba una baza importante, la de los vallecanos Ska-p en su segunda presencia en eventos estatales de lo que va de gira.

Más de 61.000 personas cada día disfrutamos del festival, más algunos pocos que acudieron a la fiesta presentación el día antes en la zona de acampada, y lo mejor de todo, este año sí disfrutamos de un tiempo inmejorable, pero también hay datos negativos, la mala noticia de la muerte por infarto de un joven durante uno de los conciertos, nos enteramos de la noticia justamente a llegar a casa y se nos cayó el alma a los pies. Lazo Negro que oscurece esta edición, desde estas líneas queremos dar nuestro más sentido pésame a amigos y familiares del fallecido.

Sin más nos metemos en vereda de lo que han sido estos tres días agotadores de trabajo, conciertos y diversión, con cientos de fotos de la mayoría de los grupos, del ambiente y de las ruedas de prensa que ofrecieron algunas bandas, ya que este año nos dieron la posibilidad de grabarlas, fue todo un lujo poder entrevistas a Boikot y a Hora Zulú que fueron las únicas formaciones que pudimos pillar por la zona de prensa.

El Viña crece año tras años y en esta edición vimos un cambio de rumbo, la cercanía al público fue presente y las cosas bien hechas empiezan a recoger sus frutos, no como en ediciones pasadas donde empezaba a perder el rumbo.

Empezamos, pero antes saber que esta crónica irá a salto de caballo entre los textos de Karlos García y Sara Muñoz.

Introducción Sara Muñoz:

Una de mis fechas favoritas del año es el Viña Rock, la espera se hace muy larga pero mayo por fin estaba aquí. Este año, como el anterior, la organización optó por ofrecer un aperitivo a esos viñarrockeros que llegan a Villarrobledo un día antes (o incluso dos), por lo que el miércoles día 1 pudieron ver como fiesta de bienvenida a cinco bandas en la zona oficial de camping. Estas fueron La Selva Sur, Tomasito, Los Aslandticos, Che Sudaka e Iratxo.

Pero el jueves era oficialmente el primer día, y allí estábamos un año más. Esta edición, en la que además el festival cumplía 18 años, por fin acompañaba la previsión del tiempo, lucía el sol en Villarrobledo. Ambiente por las calles, por los bares… la organización publicaba días antes que se habían vendido más 61.000 entradas anticipadas así que esperábamos una gran afluencia.

Como es costumbre, los conciertos empezaron con puntualidad británica, las primeras bandas en dar calor al asunto, como suele ser habitual, fueron las menos conocidas, por consiguiente, las que más promoción necesitan por eso acudimos raudos y veloces a cubrir su breve actuación, para nosotros es fundamental este tipo de conciertos porque son el futuro de nuestra música.

Las bandas Mala Guitarra y Unnamed daban el pistoletazo de salida en el escenario Ron Legendario, los primeros vienen de Málaga y su sonido fusiona el ska con la rumba, consiguiendo un gran respaldo entre amigos y curiosos que pronto empezaron a bailar y a mover sus cuerpos.

La fiesta no cesó durante su corta actuación que llegó por los pelos a la media hora, y es que la fusión de sonidos gusta bastante, además esta gente tiene dos voces (Jose Eduardo Gómez y Kiko Martínez) y es un aliciente más para que su música llegue a nuestros oídos. Canciones divertidas con ciertos tintes a flamenco y hip hop, sus títulos hablan por sí solos “El hip hop de las Garrapatas”, “Amor de Invierno”...

Unnamed, joven banda de metal local, tiraron más de versiones que de su propio repertorio, su gran oportunidad de rodar en un gran escenario fue aprovechada al 100 por 100, que a pesar de los nervios, sus covers fueron encajadas con auténtica devoción. Sus influencias fueron emulsionadas a grandes rasgos hacia el grunge, metal o hip hop de los 90, con un “Smells Like Teen Spirit” de Nirvana, “Toxicity” de S.O.A.D o “Not Afraid” de Eminem. Un concierto que no olvidarán fácilmente y es que tocar en el Viña marca!.

Para mí el Viña empezó “A lomos de un rokanrol” porque el primer concierto que vi fue de los riojanos Silencio Absoluto, que estrenaba el escenario #Hazlolegendario a las cinco y media de la tarde con buena cantidad de público para esa hora de la tarde. Txinín se paseaba por el escenario mientras cantaba y contaba los temas de su último disco “A puñetazos con los abrazos”, algunas como “Sin parar” y “Que te luzca siempre una sonrisa”, y otras de las de siempre, “Oigo campanas”, “A las noches le sobran los días”, “Camisa de once varas”.

Con el sol de cara el Viña comenzaba con muy buen pie, los riojanos se hicieron con más público, no estuvo nada mal, pero la escasa hora da para lo justo, y con “Si no espabilo” anunciaron el final, pero se despidieron con “Marihuana” después de dar al público una nota de un 16, merecida porque a esas horas suele haber pocos valientes que ya se acerquen al recinto y esta vez éramos muchos. Foto final para el recuerdo y cambio de escenario.

A las seis y media coincidían Zulú 9.30 en el escenario Ron Legendario y Leo Jiménez en el escenario Villarrobledo, yo me di una vuelta por los dos pero os hablaré de Zulú 9.30, una banda barcelonesa que ha sacado este año su quinto trabajo, “Para todos los públicos” del que pudimos escuchar por ejemplo “Extraños” y “Si yo bailo”.

Llevan por los escenarios un mensaje comprometido pero a la vez optimista, mezclan rock, pop y reggae con diferentes ritmos y logran un estilo definido que invita a bailar, pero sin ser tan festivo como otros grupos similares. Y tienen muchos seguidores, pude comprobar que en las primeras filas todos se sabían sus canciones.

De sus anteriores discos sonaron algunas como “1000 tormentas”, “La tierra tiene hambre”, “Quédate esta noche conmigo” y “Por si no te vuelvo a ver”, muy celebrada por el público. Era el primero de los bailes en el escenario Ron Legendario pero quedarían muchos más.

Por fin teníamos la posibilidad de volver a ver a Leo Jiménez tras su reciente ruptura de su anterior proyecto 037, ahora está él solo frente al peligro con su nuevo disco “Animal Solitario” donde el madrileño ha vuelto a resurgir de sus cenizas y se ha sabido rodear de extraordinarios músicos y buenos amigos ante todo.

Un nuevo paso hacia adelante de una de las voces de nuestro país y esperamos que sea el definitivo y asiente este proyecto, de primeras tienen una proyección envidiable y pronto conseguirán el estatus que se merecen. Su actuación sufrió de varios problemas de sonidos, acoples y demás historias, pero nada que no solucione un buen filin entre público y músicos.

Primera colaboración del festival, Mero Mero, cantante de Cuernos de Chivo, colaboró con Leo en más de una canción, interpretaciones a dos voces que las dotaban de una fuerza tremenda rodadas en perfecta armonía de registros, uno con sus toques melódicos y otro con agresividad patente, el primero Leo y el segundo Mero, que ya sabéis que lo suyo es el hardcore. Fue un lujo ver esta colaboración que lamentablemente se ven a cuentagotas.

Uno de los temas que disfrutamos con esas incursiones fue “Hay más canciones para ti”, además se grabó en video, pero no se olvidó de su primer videoclip “Desde Niño” y de canciones que se unieron al recuerdo de Stravaganzza como “Impotencia” y las versiones de Metallica “Sad But True” o “Resurrección” de Saratoga. Cerca de una hora donde el sol eclipsó el derroche de energía y calidad que nos ofreció la banda.

Unos de los más esperados del jueves, Riot Propaganda, el grupo formado por los integrantes de Habeas Corpus y Los Chikos del Maíz, tocaban a las siete y media en el escenario #HazloLegendario, la explanada entera para ellos. No sé si por ser la unión de dos, o por haberse convertido en uno de los grupos con más tirón del momento pero fueron los únicos en todo el festival que dispusieron de prácticamente dos horas.

Salieron a escena con “Guerras púnicas” como bienvenida y después descubrimos que la dinámica del concierto sería un equilibrio entre temas de ambos grupos, mientras iban soltando poco a poco todas las balas de Riot Propaganda, las que forman el disco “United Artists Of Revolution” que salió a la calle hace cinco meses, las siguientes de Riot Propaganda en caer fueron el tema homónimo y “El peso del tiempo”, para la que, al igual que en el disco contaron con la presencia de Jerry Coke.

Y entre las balas compartidas, hubo puñales y lanzas y así fue como con Tony y el Nega escuchamos algunas de Los Chikos del Maíz como “Fear of a mazorka planet”, “C.O.P.$.” y “Pasión de talibanes”; y de la mano de M.A.R.S. y los suyos, que no será porque les falte repertorio, sonaron entre otras “A las cosas por su nombre”, “A sangre y fuego” y “La rabia y los sueños”. Con “Sois ejemplo” pudimos ver una pancarta que ellos mismos extendieron y que decía “-presos políticos, + políticos presos”.

Uno de los momentos destacados llegó justo después, cuando hicieron una versión del conocido tema de Siniestro Total, “Bailaré sobre tu tumba”, con dedicatoria a Margaret Tacher, momento en el que hicieron primero un gran círculo entre el público y después el famoso “wall of death” para que fuese el comienzo de “Mano de hierro, guante de seda”.

La traca final llegó con “Fascismo nunca más” y a continuación, lamentándose de que se reúna más gente en un festival que en las manifestaciones, sonaron los disparos más fuertes para concluir, “Hasta la victoria siempre” y “El miedo va a cambiar de bando”, que va camino de convertirse en himno. Un grupo con mucha fuerza, mucho veneno por cantar y muchos ojos por abrir. Más que conformes.

Txarango con apenas un disco de estudio se plantó en el Viña Rock, allí escuchamos algunos de los temas de este joven grupo como “Vola”, “Benvinguts” y la alegre “En caravana” pero luchaban con un peso pesado que coincidía a la misma hora, Hora Zulú.

La balanza se inclinó del lado de los ‘granaínos’, que este año tocaban al anochecer y empezaban con “Que la tierra te sea leve”, tema que pertenece a su último disco, que ya ha cumplido un año desde su publicación. De este trabajo también sonaron “Mis barraqueras” y “Gabinas de cochero”, el resto todos fueron de trabajos anteriores.

Y vaya selección de temazos, “Reinvención”, “Por los ceniceros”, “De-que-rer-ser”, “Toma y Obliga”…  me cuesta poner peros a Hora Zulú, ¡para que! Me dediqué a disfrutar de cada tema que Aitor nos contaba de ese modo tan particular, con una mezcla de serenidad y firmeza. Revolvió más si cabe al público la llegada de “Camarada”, corta pero intensa, a la que siguió “Tientos”.

Y que cortos son cincuenta y cinco minutos, ellos lo saben bien. El año pasado en este mismo escenario no pudieron terminar su concierto, pero esta vez lo hicieron, y seguro que el final con “Agua de mayo”, “Andaluz de nacimiento” y “A ver si me entiendes” dejó a todos satisfechos.

Para la mitad de la jornada, uno de los pocos grupos internacionales de la edición, los estadounidenses Pennywise, que este año visitaban nuestro país con tres conciertos, este el primero de ellos, y que celebran el 25 aniversario de la banda. Además Jim Lindberg, miembro fundador y antiguo vocalista, está de vuelta cuatro años después.

Los de California demostraron que aún pueden dar mucha guerra y no se dejaron ni una pizca de energía por soltar, “Fuck authority”, “Society”, “Peaceful Day” y “Can’t believe it” fueron algunas de las que nos ofrecieron, tampoco faltó la habitual versión del conocido “Stand by me”. Para despedirse optaron, como solían hacer, por un coreado “Bro Hymn”.

Se podría decir que Boikot es una de las bandas de andar por casa del festival, con esta ya era su onceava comparecencia, tal como anunciaron en la rueda de prensa horas antes de subirse nuevamente al escenario principal de Villarrobledo.

Sin duda el poder de convocatoria que tiene esta gente es innegable y el cariño que reciben por parte de todo el mundo es incalculable. Una vez más, su repertorio nos sorprendió por la incursión de una versión de la desparecida banda de punk rock Elecktroduendes, “Salgo a la Calle”, tema que dio nombre al único disco de los barceloneses (sin contar maqueta ni ep), no esperábamos ni por asomo que nos sorprendieran con un tema así, además introdujeron en su set list canciones viejas, cosa que se agradeció bastante.

Su último trabajo “Lágrimas de Rabia” consigue encender, una vez más, la llamada a la rebeldía y reivindicación de los derechos sociales que hemos ido perdiendo en los últimos años, un trabajo que nos ha dejado himnos “Naita Na” con la que comenzaron, “ Lágrimas de Rabia”, “Gasolina, Vidrio y Mecha” o “Enloquecer”, último clip de Boikot.

Desde comienzo la banda salió acelerada como si no hubiera mañana, el público respondió ovacionándolos. Temas de siempre no se perdieron la cita “Espaldas al Mundo”, “Inés”, “Hasta Siempre”, “Bubamara”, “Mentiras” o “Bajo el Suelo”, con la colaboración de Alicia Boikot a los coros.

Txikitín puso su granito de arena con la sesión de vientos, reforzando el laso ska de los madrileños que con esta aportación renuevan su sonido y trae aires frescos y bailables. Kosta con sombrero a la parte izquierda, Juankar en el centro y Alberto a la derecha, ninguno de los tres paró ni un momento, intercambiándose posiciones y saltos constantemente

Se entregaron al máximo llegando a la recta final de su actuación con “Sin Tiempo para Respirar” y la cover de Piperrak “Kualkier Día”. Boikot se desenvuelven muy bien en festivales, son aclamados allá donde van e incluso cuando traspasan fronteras, que grandes son!!

De nuevo coincidencias, El canijo de Jerez y Berri Txarrak. El Canijo salía al escenario con una pequeña moto, con mucha guasa y con toda su banda. Entre lunares y guitarras presentó su nuevo disco “El nuevo despertar de la farándula cósmica”, con temas como “El son de los traperos”, “El pequeño comediante” y “La gran caravana de sonidos multicolores” pero tuvo un hueco para algunos temas de Los Delinqüentes como “El aire de la calle” y “La primavera trompetera”, para alegría de sus fieles seguidores.

Por su parte, Berri Txarrak ofrecía uno de los mejores conciertos del jueves. La actitud, el talento y el sonido limpio que ofrecen es indiscutible. Un derroche de calidad desde la primera nota en “Stereo” hasta la última en “Ikasten”. Les sobra discografía para elegir repertorio así que trajeron un poco de cada época.

De sus primeros años “Biziraun”, “Denak ez du balio” y “Libre ©” fueron buena muestra, y de los discos más actuales pudimos escuchar “Gure dekadentziaren onenean”, “Oreka”, “FAQ” o “Haria”. También sonó esa noche un tema en catalán que en su día compartieron con Kop, “Sols el poble salva al poble”.

A destacar la versión que Gorka hizo de “Redemption song”, de Bob Marley. Fue en recuerdo de “Iñigo Cabacas”, fallecido hace un año por el impacto de una pelota de goma disparada por la Ertzaintza. La personalidad que han conseguido y la fuerza que transmiten, además siendo solo tres integrantes, es de admirar. Terminaba Berri Txarrak bien entrada la noche.

Gigatrón era quizás una de las bandas que más queríamos ver en esta edición tras su reciente reunión el año pasado en el Festival Mundo Idiota. Sus actuaciones están llenas de provocación, humor irónico sobre el circo del rock and roll, locuras varias y conciertos entretenidos, llenos de chispa y que pocas veces se pueden ver en un festival.

Charly Glamour es el capitán del barco valenciano, al igual que el resto de sus compañeros, aparecieron ataviados con ropa glamorosa, ya sean pelucas de colores vivos como mayas llamativas a cientos de kilómetros a la redonda, aparte están las hachas, espadas y todo lo que se puede ver en un concierto heavy.

Un repertorio ajustado, se tuvieron que poner las pilas para que el tiempo no se les fuera, así que Charly no se explayó demasiado en sus comentarios, que junto con su divertida propuesta, son unos de los puntos fuertes de su actividad musical.

Sonaron “Heavy hasta la Muerte”, “Tu eres mi Veneno” o “Walking by my barrio”, canciones que consiguieron el fervor del público a alta velocidad. Por cierto, el escenario vivió una gran entrada de público pese a competir en horario con La Pegatina.

“Apocalipsis Molón” fue uno de los temas nuevos más coreados, más de uno aún retumba en su cabeza!!.

La Pegatina siempre levanta el ánimo, aunque toquen a las dos de la madrugada, son sin duda de los más esperados por una parte importante del público. Serán esas ganas tan contagiosas de divertirse o ser los dueños de los estribillos más pegadizos del festival pero como siempre dieron la nota de color a la noche del jueves.

Salieron con “Non è facile” y la primera lluvia de serpentinas. Actualmente los catalanes recorren el mapa con su nuevo “Eureka!” bajo el brazo, de él pudimos escuchar algunas como “Olivia”, “El curandero” y “Lléname de veneno”. Las demás son viejas conocidas, “Miranda”, “Muérdeme” o “Los niños de la renfe”, que concluyó con el sonido de la “Lambada”. Se ataviaron con gorros mejicanos para “La sorranchera”  que unieron a la popular “Que te den”, de Amparanoia.

El final fue variopinto, con un popurrí de éxitos pachangueros seguidos del “Gat rumberu”. Pero para terminar no quiso perderse la fiesta su querida “Mari Carmen”, pusieron la guinda al pastel con su típico “lololo” coreado y saltado por todos y una lluvia aún más grande de serpentinas y confetis. Éxito para La Pegatina, han encontrado un estilo y un sonido que los desmarca del resto de grupos comparables.

Las tres y media de la madrugada, yo me retiro (Sara). El primer día ha sido intenso pero aún nos quedan dos, y prometen superarlo.

Ofunkillo cerraban la fría noche que nos dejó el jueves, bailoteo asegurado en los escenarios principales, repleto de buen rollo y cuernos arriba cada vez que Andreas lo gritaba a los cuatro vientos.

Los sevillanos están en plena forma, no hay fin de semana que no toquen en salas o festivales y eso se nota en sus directos, sincronizados y contundentes, sobre todo las dos baterías que aporrean los instrumentos al unísono. Gran banda formada por unos músicos cuyos nombres se pueden escribir en mayúsculas, Pepe Bao al bajo, Rafa Kas a la guitarra y Andreas a la voz entre otros, da gusto ver como tocan en directo, una máquina engrasada que deja minutos a la improvisación.

Vimos que actualmente les acompaña una joven chica a los coros, que tuvo su momento de protagonismo, y que engrandeció la entrada al escenario de la actual compañera de Andreas, Alba Molina (ex Las Niñas), que se fue por bulerías al ritmo del bajo del señor Bao.

Siempre que esta gente se sube a un escenario, la magia contagia al respetable, gracias a temazos como “Nos vamos pal keli”, “No pare ompare”, “Rulando” o “Planeta Aceituna”, canciones fundamentales en su repertorio. Ritmos funk a esas horas de la noche revitalizaban al más cansado y eso lo pudimos comprobar en unos cuantos.

Tras ellos la fiesta continuaba con una banda de versiones en la zona de arriba del festival, The Billy Young Band, nosotros decidimos recoger los bártulos e ir a descansar ya que teníamos por delante dos jugosas jornadas.