Seguro que más de alguna vez os ha sucedido quedaros ensimismados mirando al cielo nocturno, atraído por ese infinito inquietante que esconde su oscuridad y como una subida sensación de ligereza os invadía el cuerpo, alcanzando un estado profundo de ensoñación, la ascensión a una dimensión más alta de conciencia, en donde la mente no pueda percibir el mundo exterior y sea capaz de transformar cualquier sentimiento de ira en calma interior, similar a un desdoblamiento astral durante el periodo del sueño.
En el ámbito musical, hay grupos capaces de generar ese tipo de sensaciones, hacernos sentir que uno sale fuera de su cuerpo o que se es algo más que materia, las leyendas del death metal melódico sueco, Dark Tranquillity son unos maestros en abrir la mente del oyente para que crezca sin límites, una sinergia entre música e individuo a través de un fluir emocional de energía vibratoria y es que como bien decía el padre Ignacio Larrañaga "No hay peor prisión ni más dura esclavitud que una mente ocupada obsesivamente por evocaciones quemantes y complejos torturadores".
No deja de ser curioso que el mismo proceso de cambio que están sufriendo bandas de gothic metal como Within Temptation, Delain o Lacuna Coil (En la búsqueda renovadas texturas electrónicas) ocurra a la inversa con los noruegos Tristania, quienes van impregnado a su música de una estela mayor de melancolía y oscuridad, sin implicar ello un giro radical en sus postulados ni en su línea evolutiva. Composiciones que rompen las normas de la métrica tradicional, no solo en lo que confiere a lo instrumental sino también a las líneas vocales. Como suele ser habitual tuvieron que desenvolverse en la garras de la penumbra, sumergiendo al espectador en ambientes apesadumbrados y conceptos existencialistas un tanto melancólicos, transportándolo a lugares recónditos de su mente, una vía de escape a las limitaciones terrenales de su más profundo subconsciente.
Tristania
La densidad sonora de “Number”, la atmósfera opresiva de “Night On Earth” o el preciosismo de “Himmelfall” iban hilvanando un recital bien compensado. El público que comenzaba a llenar la sala parecía meterse en arena al reclamo de sus elucubraciones ambientalistas y la voz ardorosa y atractiva de Mariangela Demurtas, conferida en toda su magnitud a determinados cortes como “Year Of The Rat”, “Exile” o “Requiem”, el mejor espejo donde reflejar e integrar todo el potencial de la banda. Aunque hubo ocasión de escuchar algunos temas nuevos más electrificados, como “Darkest White”, acicalada con los guturales habituales de Anders Høyvik Hidle, fueron sus clásicos imperecederos “Beyond The Veil” y “The Shining Path” las que triunfaron dentro del repertorio, impregnados de ciertos matices sinfónicos que envolvieron al oyente, sometiéndole a una insólita conmoción cerebral.
- Number
- Night On Eath
- Himmelfall
- Beyond The Veil
- Year Of The Rat
- Darkest White
- Exile
- The Shining Path
- Requiem
Tristania
La música no es un pasatiempo como algunos personajes de pastel desde sus despachos nos quieren hacer creer, es una forma de canalizar sentimientos y emociones, a modo de ejercer una poderosa influencia sobre el cuerpo, la mente y el espíritu del oyente. Los suecos Dark Traquillity son unos maestros en impulsar el equilibrio emocional a través de un viaje sonoro de placeres por nuestro subconsciente, un desdoblamiento virtual cerebral y corporal, basado en esa combinación ya tan típica de partes tranquilas y supuestamente sentidas, llenas de contrastes y atmósferas místicas, alternadas con los ya clásicos subidones llenos de rabia contenida que tan famosos se han hecho en los últimos años.
La elección de “The Science Of Noise” y “White Noise/Black Silence” para abrir fuego se reveló como una forma inmejorable de adentrarse en uno mismo y transformarse física y espiritualmente, una proyección consciente hacia el universo, perfilada posteriormente a cargo de arreglos electrónicos, atmósferas oscuras, ambientales, progresivas y pausas necesarias, en algunos de ellos, “What Only You Know”, “A Bolt of Blazing Gold “, “Iridium” o “Misery's Crown”, acercándonos al camino que conduce a la gran dimensión de la existencia humana, pese a no contar con los servicios de su bajista Martín Heriksson.
Dark Tranquillity
Conforme iban pasando los minutos, la banda estaba cada vez más metida en su papel, de abrir mentes conservadoras, cerrando de un portazo las puertas de la mediocridad, exhibiendo una formidable solidez musical y en ciertos tramos una capacidad de improvisación sobrecogedora, una serie de reacciones consecutivas, en cascada, de tal forma que a partir de cada una de ellas se generase las restantes, induciéndonos a un estado de trance hipnótico, mediante acertados feedbacks tanto visuales como musicales, una epopeya de retrofuturismo impecable comandada por el inigualable Mikael Stanne desatando una reacción similar al espasmódico nerviosismo que provoca una invasión de pulgas bajo la ropa cuando su motor emocional rugía a pleno pulmón en los temas más abrasivos y rápidos, pasajes sonoros claustrofóbicos “Zero Distance”, “Punish My Heaven”, la única remisión a su segundo disco de estudio “The Gallery” y otras que dejaban el cuerpo exhausto y la mente removida “Lost to Apathy” y “Terminus [Where Death Is Most Alive]”, sin olvidarnos de mencionar la belleza desgarradora derivada de la participación de Mariangela Demurtas (Tristania) en “A Bolt of Blazing Gold” y “The Mundane And The Magic”, originándose una sensación de estar flotando fuera de nuestros propio cuerpos. ¡Un legado musical que siguen escribiendo con letras de oro!
- The Science Of Noise
- White Noise/Black Silence
- What Only You Know
- The Fatalist
- The Silence In Between
- Zero Distance
- A Bolt Of Blazing Gold
- The Mundane And The Magic
- Punish My Heaven
- The Wonders At Your Feet
- Indifferent Suns
- Iridium
- Terminus (Where Death Is Most Alive)
- State Of Trust
- Endtime Hearts
- Therein
- Lost To Apathy
- Misery's Crown
--------------------------
- Uniformity