Antes de embarcarse en su gira con Los Toreros Muertos, banda que marcó una época en las décadas de los 80 y 90, el cantante, humorista y actor gaditano Pablo Carbonell, se acercó el pasado viernes 22 de noviembre a la Sala Kubik de Vitoria-Gasteiz. En ella presentó “Canciones de cerca”, obra publicada en 2012, y en la que han colaborado artistas como Raimundo Amador, Pepe Bao “Lichis” y Los Delinqüentes, entre otros.
El espectáculo, en el que se combinó música y humor, dio comienzo pasadas las diez de la noche. Pablo Carbonell hizo aparición sobre el escenario acompañado por su guitarra, la Gangrenosa, y vistiendo un buzo de color naranja. Desde el comienzo, el inquieto artista, que dio sus primeros pasos en el mundo de la música en 1985, se mostró cercano y contagió al público vitoriano de su alegría.
El concierto que contó con momentos de surrealismo, acidez, crítica social y risas, sobre todo risas, estuvo marcado por la presentación de buena parte de los temas que forman “Canciones de cerca”, un disco con diferentes montajes, sarcasmo y guiños a Los Toreros Muertos, y que se convierte en el cuarto trabajo en la carrera en solitario de Pablo Carbonell.
El showman andaluz, acompañado por las seis cuerdas, comenzó el repertorio interpretando “Sevillanas globales”, una divertida canción que trata sobre unas sevillanas que no hablan de la ciudad hispalense, sino de Estambul, del Puente de Brooklyn, de Río de Janeiro… Una broma sobre ese folklore, que parece no gustar demasiado al bueno de Pablo.
“Campos de fresas”, “Te quiero” y “La marcha del Club de los Corazones Desintegrados”, fueron algunas de las piezas interpretadas en la primera parte del show por un enérgico artista, que no paró de bromear e intercambiar impresiones con el público gasteiztarra. |
El respetable, disfrutó con un Pablo Carbonell cercano e íntimo, que no se olvidó los dos ingredientes que le acompañan desde su etapa más rockera en el conocido grupo Los Toreros Muertos: la sátira y la crítica social. Cada tema le daba al músico la oportunidad de representar y reírse de sus propias canciones. Mientras, público y artista conectaban, y la sala se inundaba de risas y alegría.
Cuando habían transcurrido sesenta minutos de concierto, Pablo Carbonell decidió tomarse un descanso y abandonó las tablas de la Kubik, no sin antes anunciar que durante unos minutos se iba a dedicar a firmar ejemplares, de su “Canciones de cerca”, un álbum que podía ser adquirido en la propia sala por 5€.
Tras esos minutos, en los que se pudo ver a Pablo charlar distendidamente con sus seguidores, el creador gaditano volvió a la carga con “Ne me quitte pas”, canción que arrancó carcajadas, “Letra B” en la que versiona a su manera el “Let it be” de The Beatles, y “Sácame del bar”. Todos los cortes contaron con la participación de un público, que aunque no fue demasiado numeroso, mostró en todo momento su apoyó a Pablo Carbonell, al que ovacionó repetidamente durante la noche.
La composición que más cautivó y alentó al respetable fue “Mi agüita amarilla”, un clásico de Los Toreros Muertos, que no podía faltar en el agradable y entretenido repertorio ofrecido por el de Cádiz. Así mismo, también se pudo disfrutar de “Manolito”, otro tema de esta veterana banda que el pasado 23 de noviembre inició una gira que pasará próximamente por Segovia, Valladolid y Palencia entre otras ciudades.
Para la parte final dejaron las parranderas y geniales “Sácame del bar”, “Sentimiento Wagneriano” y “Hay que gustito pa` mis orejas”, canciones que nos hicieron pasar un rato muy entretenido. Y es que, ¿A quien no le gusta cachondearse de todo e incluso de si mismo?
Pasada la media noche, con el público totalmente entregado y despidiendo con una sonora ovación al divertido músico, se daba por finalizado el acto. Un espectáculo de humor y música muy original y diferente, lleno de bromas y diversión. |