Llegamos a las inmediaciones del Palacio de los Deportes de Santander dos horas antes de que comenzase el concierto y ya había bastante ambientillo. Había muchos grupos de gente privando en los alrededores y la música de Extremoduro salía a gran volumen de los altavoces de los coches. Luego también nos llamó la atención ver unas cuantas personas que vendían camisetas de la banda, es lo que tiene la crisis que hace agudizar el ingenio y la gente se busca las habichuelas para comer y para sacarse unos euros extras.
A eso de las diez de la noche entramos al recinto del Palacio de los Deportes, recinto que se fue llenando poco a poco hasta estar hasta los topes. El grupo se dejó caer por el escenario casi a las diez y media. Mientras esperábamos a que comenzase la actuación nos llamó la atención el montaje del escenario, con unas lonas que simulaban estar en un muelle de carga, y Extremoduro salieron a escena después de que bajasen desde las alturas hasta el escenario un enorme contendor.
Antes de que empezara una gran actuación, subieron el volumen de la música de ambiente y sonó “Al cantar” de Platero y Tú. Esto provocó la respuesta oportuna en el público que coreó el tema como si no hubiese un mañana.
Además como si se tratase de un espectáculo en un teatro o en el cine escuchamos una voz grabada que nos pedía que por favor que apagásemos los teléfonos móviles ya que provocaban interferencias con los instrumentos y demás. Pero el público no estaba muy por la labor y se podía ver en diferentes canciones cómo las grababan con el teléfono. |
Por otra parte debo comentar que la actuación de Extremoduro fue un auténtico espectáculo, desde estas líneas quiero alabar el buen trabajo del técnico de sonido y del técnico de luces, sin duda alguna llevaron a cabo una gran labor. En cuanto al sonido ha sido la vez que mejor ha sonado de las que yo he estado en el Palacio de Deportes, y en cuanto a las luces, éstas arropaban perfectamente a todas las canciones, consiguiendo el efecto oportuno.
Como está siendo habitual en esta gira el grupo divide su actuación en dos partes de aproximadamente una hora y media de duración cada una. La primera parte el bolo estuvo avalada por las canciones más nuevas, las composiciones de los últimos discos de los de Extremadura. Empezaron su actuación con “Sol de invierno” y “Mi espíritu imperecedero”. Y así continuaron con una nueva, con “Entre interiores”. Después de la cual Robe dio las gracias al público por volver a arroparles una vez más y dijo: ¡¡Se os queremos!!. Y poco o nada más diría el showman durante toda la actuación y durante esa noche en la que nos regalaron unas magníficas canciones.
Un toque más añejo se puso de manifiesto con “La vereda de la puerta de atrás”, y la novedad nos volvió a sacudir como una bofetada de la mano de “Pequeño Rocanrol endémico” y “Locura transitoria”.
A estas canciones le siguieron “Si te vas” y un tema inédito, sorpresa de la gira y que nos gustó mucho.
La gente se iba empapando de estas canciones, y de repente sonó la “Dulce introducción al caos”. Y seguíamos con las novedades a través de “Segundo movimiento” y “Primer movimiento: el sueño”.
Entonces llegó el momento del parón y de hacer balance de lo hasta ahora escuchado. Sinceramente opino que para la gente que no haya escuchado los últimos discos de Extremoduro el escuchar todas las canciones nuevas de sopetón puede resultar un poco indigesto, sobre todo para aquellos fans de vieja escuela. Para mí fue un auténtico subidón de energía, y es que los temas del disco nuevo, de ese “Para todos los públicos”, suenan cañón en directo. |
Después del tiempo prudencial del descanso, volvieron a salir los Extremoduro con energías renovadas. A este respecto se me hace raro que hagan un parón, ya que no son tan mayores como para cansarse y hemos visto conciertazos de tres horas de otros coetáneos y no se han quedado calvos ni se han muerto en el intento. Hacer un parón en medio del concierto es como un gatillazo en medio de una noche de pasión, pero bueno, el artista es el artista y hay que respetar que haga lo que buenamente le parezca (o lo que le salga de los cojones, si somos menos finos).
Salieron los Extremoduro de nuevo, pero ahora cargados de canciones míticas, empezando por “Prometeo” y “Jesucristo García”, y entonces sí que se desató la euforia generalizada. Personalmente odio la canción de “Jesucristo García”, pero en el público en general desata pasiones. Luego llegó el turno de otra nueva, “Poema sobrecogido”. Pero era sólo una breve incursión, ya que seguían dando tiza con los clásicos, y le tocó el turno a la mítica “Amor castuo”. Y nos volvieron a dejar con otra nueva, “Mi voluntad”.
“Autorretrato” siguió dando las pinceladas de buena música, en una noche mágica en la que también pudimos escuchar “Standby”, “Salir” y “Puta”. Estas tres canciones así a bocajarro, una detrás de otra, y sin concesiones, configuraron uno de los mejores momentos de la noche, ¡¡y es que vaya tres temazos!!.
El concierto estaba tocando a su fin y nos regalaron otro tema recién salidito del horno, “¡Qué borde era mi valle!”. Casi dando los últimos coletazos de una gran noche, llegó la mítica “Ama, ama, ama y ensancha el alma”. Y la noche se acabó con “El pájaro azul”. Vimos a los Extremoduro despidiéndose de todo el público a ritmo de la música de “Ama, ama, ama y ensancha el alma”.
En el tintero se quedaron muchas canciones míticas, pero es lo que tiene tener tantos clásicos, que no se pueden tocar todas en tres horas. La verdad es que Extremoduro nos dejaron con ganas de más, esperamos ansiosos la siguiente ocasión de verles. |