Los amantes del hard rock melódico tuvimos que esperar mucho tiempo hasta que una de las divas del género, la neoyorkina Robin Beck, girara en 2014 por primera vez por nuestro país, pero no ha tenido que pasar ni un año para una segunda visita, con fecha única en Madrid, en medio del tour que está realizando por los países escandinavos. Sin embargo en esta ocasión la imagen que presentó la Sala Caracol de Madrid, a nivel de público, fue muy pobre, con algo más de un centenar de espectadores que se fueron acercando muy poco a poco al recinto y que, por esto, se perdieron la actuación sobresaliente de los locales Phase To Phase que dieron un estupendo concierto para las pocas decenas de espectadores que allí nos encontrábamos. La banda presentaba su disco Origin, un hard rock melódico con pegada, buenas guitarras y melodías AOR enérgicas y pegadizas. Algo más de media hora de concierto que dejó muy buenas sensaciones y que les une a la cantera de bandas hard rockeras españolas que están saliendo a la luz en los últimos tiempos.
Lo de Robin Beck fue un concierto de mínimos. ¿Malo?. No. ¿Destacable?. Tampoco. Con una formación que incluía a su marido James Christian al bajo y nuestro polifacético Jorge Salán a la guitarra solista, en esta ocasión no contaron con el magnífico Jimi Bell dando la réplica al madrileño, se limitaron a tocar una docena de canciones (Salán tuvo su momento protagonista rindiendo homenaje al fallecido B.B. King interpretando The Thrill Is Gone, incluido en su último cd) que si bien es cierto incluyeron la mayor parte de sus clásicos: la inicial If You Were A Woman, la impresionante Don´t Lose Any Sleep, Hold Back The Night, Hide Your Heart, Save Up All Your Tears, la pausada Tears In The Rain o la televisiva y multiplatino First Time (todas ellas de su tótem discográfico Trouble Or Nothin, publicado ya hace más de 25 años), no fueron suficientes para acaparar la atención del respetable más allá de la admiración del buen estado físico ,y vocal, de la protagonista a sus 60 años. Robin, al igual que su marido, decidió tomárselo como un bastante filosofía y calma y nos habló (en demasía) entre canción y canción contando anécdotas de sus “años mozos” , se entretuvo con su móvil tomando fotos a los espectadores y, para colmo, sacó al escenario a su hija adolescente a estropear la magia que suponía escuchar, y corear, First Time, con un dueto vocal muy prescindible y que personalmente me pareció una falta de respeto mayúscula, máxime cuando la mozalbeta se pasó medio tema haciéndose selfies con el móvil. |
Pocas gemas de sus últimas obras, solo Wrecking Ball y Catfight (esta me gustó) de su último trabajo Underneath, y The Great Escape de su anterior lanzamiento e incluso desdeño del set list la final Follow You para despacharnos con raquítica hora y cuarto de show que no deja en buen lugar a la protagonista, a pesar de que luego departió amablemente en el puesto de merchan con cuantos se acercaban. La situación a nivel de afluencia a los conciertos cada vez es más preocupante y la situación económica actual hace que la gente tengo que hilar muy fino para elegir a que shows va a poder poder acudir. No es inteligente tirar piedras contra tu tejado. Dicho esto espero que no sea esta la última ocasión en que Robin Beck aparezca por nuestros escenarios. |