Jorge Herrera abrió el concierto tirándose una cerveza encima de su sudadera de Motorhëad y a partir de ahí comenzó el desparrame. The Casualities es una banda con muchísimo rodaje, 25 años de formación y un gran número de conciertos en cada una de sus giras, y eso se nota en del escenario. A pesar de que el bolo comenzó con un sonido un poco pobre supieron meterse a la gente en bolsillo desde el minuto uno. Al grito de ¿queréis punk? Herrera regaba con birra a un público que bailaba enloquecido. Fan confeso de Eskorbuto, nos comentaba que la primera vez que escuchó punk en español fue gracias a unas cintas de cassette de Kortatu, La Polla y Decibelios, atreviéndose incluso con unos acordes del Antes de la guerra de la banda de Josu Expósito.
Los neoyorkinos nos bombardearon tema a tema sin apenas descanso, las canciones iban cayendo en el escenario como gotas de sudor por la espalda del público. No faltaron clásicos como "Tomorrow belong to us", "Unknow soldiers", "Criminal class", "Ugly bastards" o "Chaos punk" en el formato de directo potente y compacto como bien nos tienen acostumbrados.
El ecuatoriano afincado en Estados Unidos se mostró participativo durante todo el concierto, no quiso olvidar sus raíces: heavies, skins y latinas, y de la forma más simpática hizo mover las caderitas a un puñado de punkis con ritmos tan dispares como la cucaracha o del "Run to the hills" de Iron Maiden.
Con un gran sonido, amenizaron el concierto con un Wall of death y una pelea de gallos donde instaron al público a bailar por parejas, subidos a hombros, en un tremendo pogo. Cerraron el bolo con su "We are all we" have que fue tan coreado como bailado por todos dejando un gran sabor de boca entre los fans.
Algo más de una hora de punk, sudor, violencia macarra y pelos de colores entre las paredes de un Gruta 77 que celebra en el presente mes su decimoquinto aniversario. |