A pesar de que ya han acabado las jornadas clasificatorias para las finales del Villa de Bilbao, nosotros seguimos finiquitando las crónicas pendientes mientras el jurado delibera y hace los deberes.
La jornada del viernes 16 de octubre nos dejo ver dos bandas con veteranos músicos que se dejaron la piel sobre el escenario, por un lado la formación de Etxebarri, Bizkaia, Niketz, con dos discos a sus espaldas y próximamente un tercero, y por otro The Flying Scarecrow.
Niketz es un power trÃo de rock metal cantado en euskera, con un sonido afianzado cuyas composiciones nos pueden recordar a Berri Txarrak. Ofrecieron un concierto compacto y sólido, donde las tablas de todos sus componentes salieron a relucir, además venÃan bien rodados de tocar y tocar por muchos de los garitos de la zona en muy poco tiempo.
Niketz lo forman Txaber a las voces, Mikel al bajo, con continuos movimientos y figuras con su instrumento, y Jorge a la baterÃa, mantienen su energÃa de principio a fin, consiguiendo que los temas como "Zabaltzen" de inicio, "Nahi Eta Ezin" o "Desertu" suenen con una fuerza capaz de no dejarnos de menear la cabeza. De un lado para otro, son temas con unos cambios de ritmo y estribillos increÃbles, rotundos y con un nivel emocional bastante fuerte.
Cerraron con "Saldu", crÃtica e ironÃa que demuestra que no hay que venderse dentro de este circo llamado música, donde acabaron por los suelos finiquitando una gran actuación.
Por otro lado, The Flying Scarecrow iniciaron su camino hacia la final con esa superbanda creada por músicos reconocidos de otras formaciones bizkaÃnas, como Space Octopus, No Drama, The Descent o Rise to Fall.
Un hÃbrido de metal alternativo donde resaltan varias cosas, por un lado la voz de Aimar, capaz de llegar a registros inimaginables, camuflando voces limpias con guturales y es que tenemos delante a uno de los vocalistas más versátiles del concurso, por otro los riffs de sus dos guitarristas, Hugo y Dann Hoyos, una base rÃtmica que empasta perfectamente con Asis y Xabi. Conclusión, un sonido sólido, limpio y contundente.
Propuesta de metalcore que tira hacia el metal más moderno, todo con muy buena pinta, por eso esperamos con muchas ganas su primer disco. Digamos que su actuación en la Bilborock fue toda una carta de presentación.
























