Ni al mismísimo Errico Malatesta hubiera podido escribir esta historia mejor, una historia que ya cuenta con más de un cuarto de siglo, un camino escrito a contra corriente, cual rio de la vida. Marcado con el tesón de la lucha y en la senda del apoyo mutuo, un camino con parada más que obligatoria aquel quinto día de Marzo, en el mejor enclave posible Marinaleda.

En la provincia de Sevilla, en corazón de la Andalucía guerrera, un pequeño pueblo blanco, aquel que un día se levantó gritándole al mundo que la tierra tenía que ser  para el que la trabajara. Con la gran utopía por la paz de fondo, El Noi del Sucre nos iba a deleitar con un concierto más que especial, con la grabación del directo para la nueva obra A mi manera.

Pasadas las cinco de la tarde y comidos como si del norte se tratara, llegamos al teatro de los sueños de Marinaleda, más conocido como sala Palo Palo, en la entrada la puerta de acceso, nos hacia presagiar lo que ya sabíamos, la noche iba a ser única. Una gran pancarta que rezaba; “Lee, lucha, organízate, estudia, trabaja, culturízate”… Consignas básicas en la carrera de El Noi del Sucre (anteriormente Los muertos de Cristo) que le han llevado a estos  años a ser un auténtico referente musical, ideológico y de autogestión. Con una amplia exposición de fotos y un gran ambiente, la tarde pasó tremendamente rápida, nos encaminábamos al colofón de esta fiesta, guiados por megafonía, a adentrarnos en aquel teatro de los sueños tan particular.

Comienza el primer acto, detrás de las cortinas se esconde una disposición escénica totalmente diferente a lo habitual, como distinto a la par de sorprendente fue lo que como empezó a sonar “Ave Fénix”  sutil, en un formato acústico totalmente inesperado y poco visto en la andadura del grupo, de la mano de un teclado con una tremenda ejecución por parte Álvaro Moscoso, que nos hace súbitamente emprender el vuelo cual viento que avanza. Con la sala completamente abarrota, Lorenzo ataviado con sus pinturas de guerra, comienza a esgrimir numeroso agradecimientos, gran momento para hacer gala de su característica solidaridad, rompiendo una lanza contra los represaliados.

Comienza “Los gritos del silencio” dándole voz a millones de presos con las palabras del gran Xose Tarrío, basada en su más que necesaria obra “Huye hombre huye” .Momento en que este pintoresco acústico se tornaba en tinte épicos, gracias a la impresionante voz de Kristina Filipovska como si de una sirena se tratase, sus coros y segundas voces le imprimía un toque extraordinario.

Si cuando en un concierto, su segunda canción te hace estremecerte como en este,  es totalmente necesario afinar cada uno de los sentidos, porque el espectáculo de aquel concierto así lo iba a requerir. Luces, introducciones en gran proyector, como en “Pan y circo” y en “Muerte accidental de un anarquista” la oda antiglobalización dedicada a la muerte del compañero  Carlo Giulian, dejando en entredicho el terrorismo de estado.

Emotivo y totalmente comprometido, siendo esto último, una constante en la carrera de esta banda. Seguíamos volando gracias al trombón, a la trompeta, al violín y sobre todo, muy destacable durante todas sus aportaciones,  Dani Zurita (13 Bats) a golpe de bordón de su majestuoso contrabajo negro alado, el cual arrancó, (en este acústico) los primeros pogos, incluso haciendo levantar de su silla a Lorenzo Morales (seguro, esta acción no estuviera en aquel genial guion del este primer acto) con el tema “Los pobres no tiene patria” y en “Los olvidados”.

Canciones de siempre reconvertidas a un medio tiempo más que trabajadas y cuidadas, desprendían una musicalidad que no hubiéramos podido imaginar. En la última parte de este primer episodio, dos marionetas de dos políticos, que cuyo nombre nunca quise aprenderme, satirizan, cual títeres un posible pacto.  Es momento de escuchar las mejores adaptaciones a este formato,  suena “La tela de araña”, “En el corredor” y la mejor, las más completa “Abre los ojos” con la presentación de la parte de la banda que abandonaría el escenario en la segunda parte.

Una pausa, merecido descanso y pasamos al segundo de los actos, Ivan Cueto a golpe trepidante de caja, desato la locura con “Los Miserables” y a partir de aquí la abarrotada sala no paro. Este formato más que conocido de esta banda, pero ojo, después de llevar media viéndolos, puedo decir, que salieron con una fuerza descomunal jamás vista. Sonaron clásicos como “Lágrimas de sangre”, “Por quién doblan las campanas, “Paloma de la paz” la más que necesaria en un concierto de El Noi del Sucre, como “Cualquier noche puede salir el sol”… Bien enlazadas con temas de sus últimas obras, como  “Luces sobre Bagdad”, “Vivan las cadenas”, “El día que el pueblo tomó la palabra”, con un impulso tremendo del respetable aupando a  Ivan, Ignacio (al bajo), Álvaro (teclados) “Mosti” (Guitarra), Rafa (Coros) y al ideólogo Lorenzo, a lo más alto durante toda la noche. Los cuales funcionan como grupo tanto arriba como abajo del escenario, repartiéndose, durante todo este tiempo, las numerosas labores que en un evento así hay que realizar. Igual te cuelgan un cuadro de la exposición de la tarde, que te hacen un solo a la guitarra, igual se preocupan en facilitar el trabajo a loa medios (Gracias Rafa) como te arengan encima del escenario con coros y energía constantes. Esa es la idiosincrasia de la verdadera autogestión, que ha llevado a El Noi del Sucre a ser una de las bandas mejores y más queridas del estado.

Con la mejor canción de este segundo acto “Ni dios ni amo” en su nueva versión, con un comienzo sublime, para luego descargar la fuerza que este tema siempre ha tenido, súbitamente llegamos al final.

Sin darnos tiempo ni a frotarnos los ojos (este gesto lo hicimos varias veces durante toda la noche), el tercer y último acto da comienzo, corrimos por última vez  el telón, para dejarnos ver una improvisada partida de ajedrez, Lorenzo vestido de bufón contra un adversario más que odiado, como es Felipe VI, si el nuevo rey por la gracia (que yo nunca se la he visto) de Dios. La partida es interrumpida por una llamada telefónica de Juan Carlos de Borbón (Otro que también tenía gracia). En una distendida conversación Lorenzo nos regala el momento más irónico y teatral de toda la noche, con la clásica rotura de la foto del hijo… del Rey y el comienzo de “Dios salve al rey”.

Y quizás se nos podía pasar por la cabeza de que este gran espectáculo de teatro, música, cine y rabia, estaba a punto de concluir, de que estas casi tres de horas  diversión lo habíamos visto todo… Con un tono solemne, Lorenzo, el maestro de ceremonias, pide un momento de atención, se vuelve a deshacer en halagos hacia todo aquel que ha participado en este sueño, primero Los Muertos de Cristo y después El Noi del Sucre, haciendo gala de esa solidaridad que siempre ha llevado por bandera y apelando a la justicia, rememora tiempos pasados introduciéndonos en la historia de una persona verdaderamente importante no solo en su sueño (su grupo) sino en su vida.

La gigantesca pantalla, comienza un más que emotivo video de la vida de David Silva Lianes, Tatuador , dibujante y gran artista incombustible, el cual participo en la creación der la portada del 2º disco de Los Muertos de Cristo “Cualquier Noche puede salir el sol” y en la  mayor parte de portadas y dibujos de la banda. Apasionado por su trabajo, desinteresado, solidario, amigo de sus amigos, decidiendo abandonar este mundo el 5 de septiembre de 2014, ese mismo día se nos fue una gran persona y un gran artista, pero nos dejó, a todos un legado que jamás podremos olvidar.

Concluyendo el video con un; “Nunca te olvidaremos” .Un homenaje que incluso a los que no conocíamos a David no hizo soltar una lagrima, llegaba el momento de poner el broche, suena el “El pasajero” siendo el mejor de los cierres con el bueno de Zurita al contrabajo.

Felicitar a todos aquellos que participaron en aquel concierto, Sala Palo Palo, miembro y ex miembros (Muy presentes por la sala) de la banda, habitantes de Marinaleda y público en general. Habíamos asistido a uno de los mejores conciertos que podíamos presenciar, algo más que una fiesta, algo más que una celebración, algo más que un homenaje a Tarrió, David Silva, Salvador Seguí, a la lucha obrera y el apoyo mutuo…

Acabábamos de vivir la perpetuación de una gran obra, la cual estamos deseando de volver a ver. Pero eso será otra historia, que deberá ser contada como se merece en otra ocasión, hasta entonces, seguiremos peleando por ese mundo más justo.