La verdad es que había muchas ganas por mi parte de ver a Saratoga por diferentes razones: la primera porque es una de mis bandas favoritas del metal estatal, la segunda porque estrenaban formación en Cantabria, la tercera porque no habían tocado en nuestra tierra desde hace 4 años y la cuarta y última, porque venían presentando su último disco, el genial “Morir en el bien, vivir en el mal”.

Atendiendo a lo anteriormente citado, cualquiera podría esperar que habría un ambientazo impresionante y que acudiría mucha gente, pero no fue así, ya que fallo la gente.

Poco más de 130 personas nos dejamos caer por el Escenario Santander, dejando una vez más muestras de que el Heavy Metal en Cantabria no tiene tirón, Es triste pero es la realidad y no valen excusas porque la baja asistencia a conciertos de este estilo es una constante, solo salvado por algún que otro grupo que arrastra más gente que la propiamente heavy (Barón Rojo, Obús, Mago de Oz,…). Después cada uno puede poner la justificación que se quiera, pero a este ritmo los conciertos de Heavy en Cantabria van a ser pocos y no de grupos punteros.

Mientras esperábamos el comienzo del concierto, charlé con muchos de los asistentes y me di cuenta que la realidad es que más o menos siempre estamos los mismos en este tipo de conciertos, lo que reafirma un poco lo expuesto arriba.

Centrándonos en lo que es propiamente el concierto, tras hacerse de rogar un poco, por fin empezaron su actuación Saratoga, igual que en el disco que presentaban, con “Perseguido” que tocaron a cañón y que de entrada nos hacía presagiar que íbamos a disfrutar de una gran velada.

Con “Ángel de barro” la banda nos trasladó al año 2004 y a ese gran disco que fue “El clan de la lucha”, disco que grabó la actual formación salvo Tete Novoa.

Tras darnos la bienvenida y presentarse ante los asistentes, la banda siguió con “Tras las rejas” de aquel mítico disco que fue “Agotaras”, con un breve vacile entre Tete y Jero intercambiando gritos y punteos, antes de regresar a “El clan de la lucha” con esa inigualable canción que es “Maldito corazón”. Impresionante.

De vuelta a su actual disco, llegó el turno de “Volverá”, canción que fue muy coreada por los asistentes, demostrando que el último disco ha calado entre los seguidores de la banda.

Tete nos pidió que cantásemos con él en la única canción que interpretaron de la etapa en que ni Jero ni Dani estaban en la banda y fue “No sufriré jamás por ti”, de aquel “Secretos y revelaciones” del 2009.

miento, llego el momento de “Mi venganza”, tocada con gran intensidad y con Tete demostrando lo gran cantante que es, por si a alguien le quedaba alguna duda.

Siguiendo con su reciente trabajo “Morir en el bien, vivir en el mal”, llegó el turno para la canción que le da título, tras la que el vocalista nos contó lo difícil que es hacer el repertorio de una banda como Saratoga, pero la que nunca puede faltar es “Vientos de guerra”, con Tete poniendo la voz al límite y dejándonos  una vez más con la boca abierta.

Tras un brillante solo de batería a cargo de Dani Pérez, llego el momento en que Tete Novoa fue presentando a los integrantes de la banda, antes interpretar ese himno y declaración de principios que es “Heavy Metal”.

No había tregua en el repertorio de la banda, que estaba sonando de manera fantástica y que hizo estallar aquello con ese gran tema que es “A morir”.

Después de este intenso momento del concierto, la banda interpretó, con Jero a la acústica y Tete a las voces, fragmentos de “En tu cuerpo”, “Lejos de ti” y “Si amaneciera”, ya con toda la banda sobre las tablas y con un Jero impresionante. Sin duda, uno de los grandes momentos de la noche y donde más aparecieron los móviles para grabar este fragmento del concierto.

Tras este momento de música más tranquila, volvimos a la caña con ese temazo que está incluido en su actual disco y que se llama “El vals de la rosa herida”, un alegato en contra de la violencia machista y que sonó genial en directo.

Cuando empezaron a sonar los acordes de “Resurrección” ya presumíamos que el final del concierto se acercaba y más tras marcharse la banda.

No tardaron mucho en volver para interpretar “Como el viento”, el primer single de su reciente trabajo, antes de despedirse de todos con “Perro traidor”, de su disco “Mi ciudad” del 1997, dejándonos una actuación memorable.

Durante poco más de hora y media, Saratoga demostró que es una banda en un momento dulce, con Tete que es un fuera de serie como cantante, Dani que es una máquina en la batería y que decir de Jero y Niko: impresionantes.

Viendo conciertos como lo de esta noche y escuchando discos como el actual, y si nada se tuerce, Saratoga nos va a deparar muchas noches inolvidables y muchas grandes canciones.

Ahora depende de nosotros el que queramos o no disfrutar de su música, porque si no apoyamos es difícil que las bandas subsistan.

¡¡Muy grandes Saratoga!!

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