PONCHO-K volvió a visitar Euskadi, esta vez vino a la localidad Vizcaína de Ermua, gracias a la labor del ayuntamiento, que lleva una política cultural excelente, organizando actos musicales y teatrales para sus habitantes.
Esa noche lo que vimos no fue un concierto eléctrico, como nos tiene acostumbrados sino un show acústico, con un formato más íntimo, en el cual las canciones quedan más desnudas, donde vimos el gran talento, maestría y el carisma del Alfonso.
Llegamos al cine de Ermua antes de la hora prevista para el comienzo y nos empezamos a dar cuenta de que no iba ser una noche con excesivo público. Quizás la poca afluencia de fue debida a la poca promoción que el evento tuvo, muy pocos medios de comunicación lo anunciaron en su agenda. Al final, lo dicho, cuatro gatos, unas 60 personas en un recinto con un aforo de unas 600 personas. Un panorama muy pobre y desértico, muy diferente comparando a cuando tocaron hace meses atrás el grupo LA FUGA, en el que colgaron el letrero de “no hay entradas”. A pesar de todo esto, la entrega de los artistas fue plena no dejándose llevar por la poca asistencia.
Poncho K
Salieron al escenario con un cierto retraso, pero menuda sorpresa nos llevamos al ver que en el caso de este acústico, Alfonso fue acompañado por el guitarra de su grupo, el maravilloso Ernesto, ya que en los que viene realizando últimamente, los lleva a cabo el solo. Tras sentarse en sus sillas y dejar sus cubatas en el suelo, al que de vez en cuando le daban un trago, empezaron a descargar sus canciones, sin seguir el orden establecido según su “setlist”. Si les apetecía tocar una, pues la tocaban, ventajas de estar tocando como en familia, aunque al final no supieran cuales faltaban por tocar.
En la hora y media que duró la actuación tuvimos el placer de escuchar tanto temas de su último disco “Cantes y Valientes” como otros muchos de sus trabajos anteriores, “¿Colegas?”, “Duermes”, “Estoy”, ”Santurce”, “Así Me Lo Invento…, eso si, mucho más íntimos y con matices más melosos.
Poncho K
El sonido, impecable. Al comienzo hubo unos pequeños acoples, que rápidamente se subsanaron. Las luces no estuvieron a la altura, pero esto no nos impidió disfrutar de una gran velada, fue un privilegio único la cercanía de los artistas. Alfonso, estuvo soberbio, muy comunicativo y vacilón, haciendo alusión a la ausencia de barra en el teatro y preguntando donde seguir la noche, como buenos “borrachos de la madrugá”, incluso se atrevió a contar un chiste imitando a Eugenio. Muchas risas.
El escaso público se lo pasó en grande, en conversación continua con los artistas y acompañando las canciones con palmas, riéndose y cantando cuando se olvidaba de las letras. Otra anécdota de la noche fue cuando Ernesto se quedo solo demostrando su talento tocando flamenco y Alfonso al regresar lo vaciló diciendo que todavía no llegaba a su nivel. Pero el mejor momento de la noche fue cuando llegando al final del concierto, interpretaron la canción de “Extremoduro” “Bribriblibli”. Para finalizar el show tocaron canciones del último disco “Corrientes Demolientes”, “Pescaitos” y “La Cuenca”.
No hay palabras para describir lo que vivimos, arte, poesía y uno grandes artistas que lo dieron todo.