La oportunidad de poder ver en directo a Sôber acompañado de la Unión Musical de Alaquás no podía desperdiciarse por la ILC (InsoLevante Crew), así que a pesar del frío y la humedad fui a recoger a David, el responsable de las fotos a las que hoy acompañan mis letras (sé que no leéis cabrones, solo os interesan las fotos jejeje).

La sala presenta un lleno considerable y es que el Paradÿsso de Sôber tuvo mucho peso en su momento. Al no ser un seguidor acérrimo, desconozco si alguno de sus demás discos tuvieron tan buena acogida.

Poco antes de la entrada de la Unión Musical de Alaquás y de la propia banda, una conversación ebria llega a mis oídos.

— “Pues a mí solo me gusta el Paradÿsso y aun así son los OBK del rock, tío.”

No voy a citar la airada respuesta de una fan, podrían leerlo niños, pero os podéis hacer una idea. Y aun a riesgo que me linchéis, eso caló en mí e hizo que incluso disfrutando como un enano del concierto, los vea con otros ojos y eso se afianza cuando, después de los músicos de la Unión Musical, aparecen los músicos de Sôber. Carlos lleva una americana con lentejuelas que inmediatamente hacen saltar un recuerdo de otra canción. No creo que haga falta deciros ni la canción ni el enorme grupo que la canta.

Pese a todo, me dejo llevar por la intro que nos conduce hasta “Animal”, una poderosa canción con un contundente mensaje que, quizá con otra voz menos melódica (o era OBK ), tendría más impacto. Quizá todo ese odio contenido en “Animal” se deba a un mal “Reencuentro”, que esté hiriendo sus mentes y por ello se dedique a hurgar en los recuerdos imposibles de olvidar. Blancanieve sigue caldeando el ambiente cuando, al mirar a mi alrededor, veo la edad media de la sala y me acuerdo de “Presuntos Implicados” y su “Como hemos cambiado” y entre ese pensamiento, las letras y los violines que acompañan desde el  fondo de la sala, no sé si cortarme las venas, o dejármelas largas.

En esos menesteres me encuentro cuando “Eternidad” entra en escena. Debo reconocer que en su momento fue una de mis favoritas y la disfruto como un enano…¿quién no se ha encontrado algún envidioso en su camino? Eso sí, hay que ir con cuidado, de creer que alguien te tiene envidia a la altanería, hay un paso. “Lejos” para mí es magnífica y una de las mejores canciones que hay en la rica lengua de Cervantes.

Con “Náufrago”, la “sinfónica” nos deleita con algunos bellísimos pasajes que encajan a la perfección y realzan la belleza de la composición. Carlos está pletórico y a estas alturas nos tiene a todos en el bolsillo…”y juntos emprenderemos una ruta sin destino, un romance en el camino”…absolutamente hermoso y que da paso a otro himno del “Paradÿsso”, en forma de potente “Cápsula” que debemos tomar para evitar creer que tenemos el control sobre ella o creer poder soportar nuestra triste adicción por ella. Hay una frase de “El Viaje” me ha encantado siempre “Jamás olvidaré los momentos que pasé ocultando mi opinión, escribiéndola después”…y aquí estamos, escribiendo.

Otro de los himnos de estos madrileños y que no podía faltar es “Hemoglobina”…”diciendo lo que pienso, mostrando el pensamiento”…yo voy poniendo frases suyas  para que no me odien tanto, recordad que el comentario sobre OBK, pese a que me hizo gracia, no es mío jejeje.

De himno en himno y tiro porque me toca y le toca el turno a ese “Hombre de hielo” en el que todos sin remedio nos convertimos en algún momento, con el riesgo de quedarte “Vacío” y sentir que nadie es suficiente y que toda la gente sobra. Los arreglos orquestales cohesionan mucho más si cabe la solidez de estas canciones y cuando entra “Paradysso” que, como una aguja que enhebra canciones, une las dos anteriores a sí misma en una singular catarsis de desamor, te recuerda esa maldita frase grabada en tus entrañas. Cuando menos lo esperas encuentras a Carlos vagando entre el público buscando una “Estrella polar”. Aunque a veces duela mucho no verla cuando despiertas y sea una copa vacía la que te acompaña, pero tranquilo, dicen por ahí que sin embargo, nunca llueve eternamente.

Con “No perdones” ha llegado el punto en el que me pregunto si Jorge y Carlos conocen el perdón (carita feliz), espero que sí y tengan sentido del humor, sino…mal me veo jajaja (Dejando a un lado coñas, me parece un acertado mensaje a todas las mujeres maltratadas, NI UNA MÁS).

Me queda algo de esperanza cuando suena “Arrepentido” y espero que no sea tarde para llorar y arrodillarme pidiendo perdón y de “Mis cenizas” volveré a resurgir y seguiré luchando por cambiar vuestra sonrisa y obligaros a soñar, mostrando integridad hacia un sistema cargado de crueldad…aguantaré mucho más, lo prometo y seguiré diciendo SÍ a ser libre uno,  “Diez años”, o los que sean necesarios. Aquí debo interrumpir mis desvaríos mentales para hacer mención a Pau Monteagudo (Corazones eléctricos), todo un huracán sobre el escenario con una presencia soberbia…¿O era Superbia? Que como colofón a la noche nos despidió de manera sublime dejando, la Unión Musical de Alaquás, el listón bien alto como corresponde a estos menesteres en tierras valencianas. Tras el momento selfie y después de dos horas de buena música muchos nos vamos a casa con un recuerdo imborrable de una enorme banda que se ha ganado a pulso estar en lo más alto del panorama musical desplazando incluso a OBK….ups…wait…es broma, no odiéis al mensajero. ¡¡Gran concierto!!