Subimos las escaleras que llevan al escenario de Adimusik, que es donde se celebra la III edición del Neska Rock, festival auto gestionado por mujeres hecho con el objetivo de dar visibilidad a la mujer dentro del rock, con lo cual en todas las bandas que amenizan el festival es imprescindible que haya presencia femenina. Las organizadoras han elegido para el cartel a Ingot, Brutus' Daughters, Miss Octubre y la joven banda Desorden. Arrancan el festival los vizcaínos Ingot, una banda que nace en 2017 y que no se cierran a un estilo concreto: su rock mezcla diferentes influencias y sus letras, en euskera. A la voz, Itziar, quien lleva una máscara roja pintada en la zona de los ojos. Abren con "Itzalak", un tema melódico donde el teclado tiene fuerte presencia (lo que se convierte en una constante el resto de la actuación), y que tiene el efecto inmediato de relajar al expectante público. No sé los demás, pero yo voy a ciegas y la sorpresa es a bien. Propuesta cálida, bien ejecutada y que entra muy bien. Un acierto para abrir el festival. De hecho suena más acelerado que el tema grabado, con lo cual la respuesta de los presentes es inmediata. Siguen en la misma línea con "Zuloa", y la energía que desprenden no deja de crecer. En "Begitu aurrera" la melodía se vuelve algo más setentera sin perder el toque melódico, y la voz de Itziar tiene la oportunidad perfecta para lucirse en los tonos más elevados. La actitud en el escenario es de humildad, de querer ofrecer una actuación en la que todo el mundo disfrute, y lo están consiguiendo. A veces sorprenden con temas más suaves, de esos que son para interiorizar, como "Ama landara", pero enseguida cambian de tercio con algo más movido y con mucha fuerza, "Zantiritu". Y así, por sorpresa, llega "Tightropean". Y se despiden, dejando atrás poco más de cuarenta minutos de concierto que dejan con ganas de más. |
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Llega el turno para Brutus' Daughters, desde Madrid. Arrancan tocando aún cuando la pantalla del proyector no ha subido, mientras lo hace, descubrimos que sólo están cinco en el escenario tocando su punk-folk. La cantante, Ainhoa, se une pocos segundos después, aunque la primera canción es prácticamente instrumental, "De hueso y madera". Enlazan con "Mala prensa" y "No battle", ambas de su segundo disco "Beating beyond folk ashes". Si hay que describir el tono del concierto diría que tiene la sonrisa de Rebe, batera, que no la pierde ni un segundo, y la mala hostia de Ainhoa o Lorena, violinista. La melodía de Xipla a la gaita, y el tesón de Miki y Pablo, que se encargan de que todo acabe de funcionar. La mezcla resulta en una música bailable pero nada insulsa, ruda en sentimiento, elegante en ejecución. Son seis, ¡seis!, en el reducido espacio, y nadie estorba a nadie. Todo el mundo sabe qué hacer y aporta lo suyo tema tras tema. El ambiente está caldeado y nadie deja de bailar. Los cortes son rápidos y eficaces, el calor inunda la sala. Y ellos siguen, oscilando entre un rock celta más suave, punk y toques oi!. "A lo lejos", "Big fish and fisherwomen", "They won't turn back", "Barrios mestizos". Un dato reseñable es que tanto Ainhoa como Miki se estrenan con la banda justo este día. Nunca los había visto, pero estoy segura de que han superado la prueba de fuego con creces. Dicho esto, llega el final con "La hermandad de la costa", rematando una actuación en la que se han dejado la piel tanto en el escenario como en el público. |
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Tras un rato, vuelve a subir el proyector que anuncia la actuación de Miss Octubre. Toman el escenario, y yo, que nunca he estado en una actuación de la banda, intuyo desde el primer momento que aquí va a haber potencia. Es la manera de estar de Agnes, vocalista, con dominio de la situación, aplomo. Es la actitud del resto de la banda. Suena "Miss Octubre" y voy confirmando lo que pensaba: fuerza, saber estar y una elegancia macarra que les da mucho juego. |
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Desorden, banda originaria de Portugalete, es la encargada de cerrar la noche con su actuación. No es la primera vez que veo al grupo en directo así que ya sé qué esperar, sin embargo algo me dice que hoy van a ir un poco más allá: juegan en casa, arropados por su gente y además, este concierto era una cuenta pendiente ya que en su día formaron parte del cartel de la segunda edición y no pudieron actuar finalmente. Las generadas por las bandas participantes, todas tan diferentes pero a la vez con algo muy en común: la fuerza y las ganas de dar guerra. Las sensaciones del festival en sí, muy peleado, con mucho esfuerzo detrás por parte de las organizadoras, y con la colaboración y mucha implicación de lxs demás participantes y colaboradores. Buen trabajo, hasta la próxima edición. |
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