Otro año más el Viña llegó pisando fuerte los cinco primeros días de mayo y, con ello, los mejores grupos nacionales y aquellos que se han hecho hueco en nuestro país.

El 1 de mayo comenzó la fiesta de bienvenida como lo ha hecho los últimos años, pasado por agua. Abrió el Viña Valira, el nuevo proyecto de Juan Zanza, guitarrista de la Raíz. El recinto todavía no se había llenado mucho, pero no pudieron faltar los fans que le han seguido desde sus inicios con la Raíz. Presentó el disco “Ecos de aventura”, con temas que le dan una diferencia y personalidad de lo que ha llevado hasta ahora, como son “Guerra fría”, “Corazones ambulantes” o “La exiliada multitud”.

Tras ellos, hicimos un descanso hasta que se presentó en el escenario Iratxo. Tocó por séptimo y último año en el ViñaRock, ya que se van a retirar de la escena musical, moviendo al público a tope desde el momento cero. No pudieron faltar los gritos de “No pasarán” entre la gente, al igual que no paraban de pedirle que no se fuera, por lo que Iratxo estuvo recordando varias veces el tiempo que le quedaba para terminar su último Viñarock. A pesar de la lluvia, Juan Manuel decidió quitarse la camiseta para tocar canciones como “Mi droga” o “Si tú supieras”, dando cera a la gente en un momento en el que la motivación ya se notaba en el ambiente.

Dejó que los viñarockeros se sintieran participes en el concierto, como cuando cogió el trípode con el micrófono para que terminaran de cantar.

Y este último concierto para ellos en el Viña tenía que ser más especial de lo normal, por lo que salió Kata, el cantante de Kamikazes, a despedirse de ellos. Juntos cantaron “El aire que da la vida” mientras, entre el público, continuaban los pogos uno tras otro. Una vez terminado el tema, Kata se despidió presentando al grupo.

Los siguientes en salir al escenario fueron Los Zigarros, que salieron como unos súper estrellas del rock, acompañados de aplausos del público y con una escena de los más simple y, a su vez, elegante. Tocaron temas como “Apaga la radio”, “A todo que sí” o “¿Qué demonios hago yo aquí?”. Álvaro, el guitarrista, hizo un mal movimiento y tuvo la mala suerte de lesionarse la pierna derecha en mitad de este increíble directo. 

Para ser un rollo rock and roll diferente a lo que estamos acostumbrados a ver, ya había más de dieciocho mil personas viéndoles, una pasada teniendo en cuenta las condiciones climatológicas, y  que era la fiesta de bienvenida, pero no hay quien pare a un buen viñarockero.

Los de La Pegatina pasaron por el Viña un año más, tras una gran gira que se han marcado presentando su último disco “Ahora o nunca”. Comenzaron con una cuenta atrás acompañados de todos los presentes, estando el recinto hasta reventar en este momento. No faltaron los confetis que tiran siempre al principio de su show para animar el ambiente y dejarlo todo lleno de colores. Tocaron tanto temas de su último disco como los que les han acompañado en sus años de trayectoria: “Y volar”, “Non è Facile”, “Lloverá y lloveré”, “Mama” y, como no, el tema estrella “Maricarmen”.

Siempre queriendo hacer un espectáculo encima del escenario, en esta ocasión Tamu usó una llave para dar cuerda a los músicos del grupo catalán, mientras estos tocaban. Y, como ya sabemos, no todo el espectáculo está encima del escenario cuando Rubén, como en todos sus conciertos, se terminó tirando al público.  

Cuando llegó el turno de Alamedadosoulna ya estaba cayendo el diluvio universal en Villarrobledo. Pero la fiesta que se pegaron los madrileños con su estilo ska-reggae-soul, hizo que el agua fuera el menor de nuestros problemas. Además de tocar temas como “Optimista”, “La Guasa” o “Camaleón”, hicieron covers como “Crazy in love”o “killing in the name”, hasta que al final del concierto, la tormenta hizo que saliera una chispa de la guitarra y tuvieran que tapar el equipo y terminar sin el ritual final de sus conciertos de dejar a la gente agachada.