La verdad es que me gustan bastante las fiestas de los pueblos, ya que es uno de esos sitios donde de verdad se saben disfrutar de la esencia de lo que es una fiesta, generalmente con no muchos medios, pero con mucha más ilusión que los grandes fastos que se realizan en las urbes.

Cerca de donde viví hasta los 32 años, en Helguera de Reocin, tiene lugar la fiesta de San Antonio, un buen resumen de lo que eran las fiestas de toda la vida, con un viejo templete con su toldo azul, una barra con sus sillas y mesas situadas frente al escenario, un sola atracción y algún puesto de golosinas; lo dicho, unas fiestas de las de toda la vida.

Para mi alegría, en su programación contaban con la actuación de A Duras Penas, lo que me movió a acercarme a dicha localidad para, primero disfrutar del concierto de la banda, una de las de mayor crecimiento en Cantabria en los últimos meses, y, porque no, recordar mi juventud cuando aquellas eran las primeras fiestas que disfrutábamos en la zona.

Para esta ocasión, la formación de la banda era la de cuarteto, que es el formato trío con el que han recorrido buena parte de Cantabria, integrado por Toño al voz y la guitarra, Ángel  guitarra y coros, y Jesus a la percusión, más Valentín al bajo, que le han añadido para dar más consistencia a este combo más reducido.

Hasta el momento solo los había visto en el formato grande, por lo que era una incógnita para mí como sonarían esta noche, pero lo que si tenía seguro es que lo iban a hacer bien, repasando su reciente disco “Narcovadonga” de menos de 2 meses de vida, pero sin olvidar “Reproches”, su primer trabajo, de hace un par de años.

Como lo hacen en su actual obra, arrancaron la velada con “Rock del barrio”, siendo un buen inicio y con el sonido más crudo que cuando tocan  con toda la banda, para seguir, tras presentarse y saludar al público que en buen numero estaba presente en la zona de fiestas, con la mítica “A duras penas”, el primer recuerdo a su disco debut.

Pero aquí la banda venía a defender su nuevo disco, del que acabaron tocando todas la canciones, recordando que le tenían a la venta por si alguno quería comprarlo, y para muestra siguieron repasándolo con “Oro entre basura”, un gran tema, para mostrarse felices de estar allí y seguir con otra de su nuevo trabajo llamada “Lobo de mar”, que suena muy bien en directo.

Era el momento de agradecer a la gente que les había traído allí esta noche, así como a todos los presentes, antes de continuar con más temas de su “Narcovadonga”, ahora con esa genial “Huellas de libertad;”, deseando que todos seamos libres, corte que, pese a algún acople molesto, es de los que más me calaron esta noche, para, después de preguntar que tal sonaba, con la aprobación mayoritaria, volver a su opera prima con ese “Me esperará”, que estuvo muy bien tocada y es que son unos animales de directo.

Si hay una canción que me encanta de su nuevo disco es el que le da nombre, “Narcovadonga”, un temazo que refleja como es y ha sido  la vida en el Barrio Covadonga, el popular barrio torrelaveguense de donde procede el embrión de la banda, para seguir contando algunas anécdotas y mostrar más temas de este nuevo trabajo como ese “Tinta y desquicio”, que sonó genial.

Siguieron recorriendo este reciente disco con “Espina etílica”, un tema que sonó con mucha consistencia y que es muy bailable, para, después de pedir uso tragos, dedicar a Sergio García, el boxeador torrelaveguense, la canción “Contra las cuerdas”, un gran corte de su anterior disco que va ganando en intensidad a medida que la pieza va avanzando.

Como curiosidad, si antes habían pedido bebida, primero les traen los de Redneck, una cerveza artesanal que se fabrica cerca de donde tenía lugar el evento, una caja llena de dicho liquido, para disfrute de la banda, que volvieron a su actual disco con “Aire bajo cero”, dedicado a uno de los asistentes y que sonó muy bella en este formato.

Tras agradecer de nuevo el que les hubieran llamado para este evento, no dejaron el presente trabajo para tocar “Caprichosa y perra”, vacilando con el sonido de la atracción, cuya música se oía casi más que a la propia banda, para seguir con otro corte de este nuevo disco, siendo el turno de “Kemasda”, una canción en la que jugaron con diferentes intensidades para que la pieza se enriquezca más.

Llegaba el turno de recordar algunas canciones de su anterior trabajo, comenzando con ese himno que se llama “Reloj de arena”, tras la que nos animaron a disfrutar de la vida, prosiguiendo el repaso a su anterior obra con “Mari Fe”, viéndose a la banda en todo momento disfrutar con lo que hacían.

Uno de los momentos más emotivos de sus conciertos es “Filosofía del mozín”, ese corte que estaba presente en su anterior disco y que dedican a un amigo de la banda fallecido, con Jesús luciéndose al cajón, para empezar a despedirse, agradeciéndonos nuestra presencia y recordando los conciertos que tenían en próximas fechas, y regresar a su actual disco con la muy demandada “Cromosoma delincuente”, que está llena de vitalidad.

Nos avisaron que ya iban acabando, pero aun tenían un par de temas de su actual disco que no habían tocado esta noche, siendo la primera pieza “Las palabras hieren”, con esa intensidad que tiene en la parte final, para continuar con “Dos cuchillos en el pecho”, un corte muy tranquilo y muy íntimo que aun no había escuchado en directo pero que está muy bien.

Para la traca final nos dejaron un par de cortes de su primer disco, siendo el primero “Reproches”, la pieza que le daba nombre, para despedirse definitivamente con ese pegadizo “Pretérito imperfecto”, uno de los temas que me hizo engancharme a la banda y con el que dieron por terminada su más de hora y media de concierto.

Lo de A Duras Penas es algo digno de estudio, porque no paran de dar conciertos, esa semana creo recordar que tenían 3, todos ellos de gran calidad, sea el formato que sea, y, sobre todo, consiguiendo gustar a todos, seas o no seguidor de su estilo. Son una banda que va a llegar muy alto si o si.

La verdad es que, una vez más, dieron un concierto muy bueno y no me extraña que los llamen de todos los lados porque, sinceramente, se salen en directo. Si todavía no los has visto en vivo no sabes lo que te pierdes.

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Y así, nada más acabar la actuación de A Duras Penas, me marché, que al día siguiente había que trabajar, contento por la experiencia vivida y agradecido porque la comisión de fiestas de Helguera hubiera contado con un grupo con canciones propias en vez de las típicas orquestas; así sí.