Hay grupos de los que te quedas enganchado desde la primera vez que les ves en directo y que después no dejas de ir a verlos todas las veces que vienen por estas tierras, ya que sabes que en ese concierto lo vas a gozar.
A mí me pasa con Vendaval, grupo al que vi por vez primera hace 13 años y a los que conocía merced a un video clip que ponían mucho en Sol Rock; después de esa visita, les perdí la pista, ya que la banda tardó en volver por estas tierras, pero con el tiempo se han hecho asiduos de estos lares, forjando una gran amistad con grupos de aquí como Emboque o Aranea Adventus, y creo que sólo me he perdido una de sus visitas y fue por una causa de fuerza mayor.
A pocas semanas de grabar un disco en directo en su Xixón natal, como resumen a estos 17 años que la banda lleva en activo, volvían a tocar a Cantabria, en este caso a la camarguesa La Tribu, como colofón a la gira de su más reciente disco “Por el tiempo”, publicado a finales del 2017, y que, curiosamente, tuvo en esta sala una de sus primeras citas.
Lógicamente, tampoco me iba a perder esta cita, que, en parte servía como fin de gira, en parte como preparación de tan importante acontecimiento, pero también como una pequeña fiesta para disfrute de la banda y de todos los que allí quisimos estar.
Sin tener muy claro la hora del evento, ya que en el cartel no aparecía reflejada la misma, pero con la seguridad de que antes de las 22.00, con suerte, nunca empieza un concierto en dicho local, me presenté con tiempo para poder charlar con los miembros del grupo y con algunos de los asistentes, en un ambiente muy familiar, ya que no éramos muchos los presentes en la sala, aunque sí que aumentaría la presencia del público poco antes de comenzar, con buena representación de gente proveniente de la vecina comunidad.
Y con una into sonando de fondo, comenzaban su actuación Vendaval, es decir Txema a la voz, Nathan a la guitarra, Iván Batalla al bajo, Iván Peinado a los teclados y Alex a la batería, una formación que ya lleva unos cuantos años asentada y que fue la que grabó su último disco, que se cerraba con ese bello tema llamado “Ruinas de libertad”, el primero en sonar esta noche, con algún molesto acople como incómodo compañero.
Vendaval
Tras saludarnos y asegurarnos que venían a darnos calor, era el momento de la mítica “Guerra civil”, una de las piezas cumbres de su primer disco, llamado como la banda y publicado ahora hace 16 años, que metió aun más a la gente en el concierto, para recordarnos que estaban acabando la gira y que iban a salirse de lo que estaban siendo los conciertos habituales de la misma, sumergiéndonos por esos “Mares de cristal”, la canción que abría su tercer plástico “Estigmas”, del que se cumple una década de su edición, viéndose a la formación disfrutar encima del escenario y con mucha complicad entre ellos.
Y llegó la primera sorpresa, nunca mejor dicho, y es que no me esperaba que interpretasen nada de Nörthwind, la anterior banda de Txema, al menos no recuerdo que lo hubieran hecho en otros conciertos que hubiera visto, dejándonos con un maravilloso “Paraíso de sombras”, que estaba presente en el disco debut de la mencionada formación, “Viento del norte” del 2001, para continuar, regresando a la discografía de Vendaval, con otro tema que hace mucho que no tocaban hace mucho como es “El puente del ahorcado”, de su opera prima, que comenzaron solo Txema y Alex Peinado, continuando los acoples, que deslucirían ese momento, para luego incorporarse el reto de los instrumentos.
Con la gente aun un poco fría, quizás debido a esos problemas con el sonido, la banda nos preguntó si estábamos dormidos, con dubitativa respuesta de la gente, para lanzarse con una versión de una pieza por todos conocidos como fue el “Hail and kill” de los Manowar, mientras el sonido se iba y se venía, aunque, cuando éste ya pareció estabilizarse, la gente cantó el tema con ganas, para pasar a recordar ese segundo disco del grupo, publicado en el 2005 y llamado “Mi otra mitad”, que contenía canciones tan geniales como ese “Santa Compaña”, una de las fijas en su repertorio.
A la anterior canción se unió, mediante el teclado de Iván Peinado, el tema que da nombre al disco más reciente del quinteto, es decir “Por el tiempo”, con parte del público cantando a capela con la banda, hasta que un problema técnico hizo que la voz sonase repetida y con un volumen atronador, lo que provocó que, una vez solucionado, retomasen la pieza donde la habían dejado aunque con la lógica perdida de la magia que se había conseguido.
Vendaval
Preguntándonos si seguían o no, con positiva respuesta, continuaron la velada con “Prisionero”, un temazo de su cuarto disco “Arba'a”, del 2012, en el que estaba previsto la colaboración de Mario de Emboque que no puedo acudir por problemas físicos, para seguir en el mismo trabajo, primero con la intro disparada del tema que da nombre al mismo, unida, igual que endicha obra, con “El condenado”, mientras buscaban la reacción de un público frío interactuando con él, uniendo a la anterior pieza un fragmento de “Sin perdón”, publicada en su opera prima.
Sin tiempo que perder y buscando calentar a la gente, llegaba ese homenaje a Tino Casal que han editado en su actual trabajo, un “Embrujada” que puso a cantar a prácticamente todos los asistentes, siendo muy aplaudida, para invitar a Raúl de Emboque de manera improvisada a cantar con ellos “Sigo aquí”, también presente en su plástico del 2017, y que les quedó muy bien a pesar de no estar preparado.
La banda anunciaba que era el momento de la última canción y es que llegaba el turno de ese “Muerte al alba”, con la que me enganché a la banda hace 14 años y que estaba presente en su segundo disco, cantada por buena parte de los presentes con muchas ganas, tras la que hicieron ademán de irse.
Pero ya estaba por allí Frank, el jefe de La Tribu, con los míticos chupitos con los que obsequia a los grupos que acuden, tras la que Txema nos preguntó cual tocaban y algunos pedimos “Ítaca”, ese temazo realmente cañero que estaba registrada en su primer álbum, siendo el siguiente en sonar, tras el cual invitaron a Fran de Arenia, banda también asturiana, para que cantara con ellos un corte nuevo, que sonó muy bien y que estaba recién salido del horno, quedando también muy bien pese, a tampoco estar preparado y tener que tirar de chuleta para cantarlo y es que cuando hay calidad….
Encarando ya la recta final de su actuación, llegaba el turno de “Despertar”, la última canción que caería de su actual trabajo, despidiéndose de todos nosotros con “Buscando una señal”, ese pegadizo tema que estaba presente en su anterior obra, y con el que finiquitaron sus casi dos horas sobre las tablas.
La verdad es que no tuvieron mucha suerte Vendaval esta noche con las cuestiones técnicas, lo que hizo que parte del público se conectará y desconectase gradualmente del concierto, aunque, sobre todo en la recta final de su actuación, la banda consiguió enganchar a la gente.
Una pena que el sonido desluciera el evento, pero tanto la banda como buena parte de los seguidores de los asturianos nos los pasamos muy bien, y es que la calidad y la entrega de la banda están por encima de estos asuntos, y sus canciones son auténticos himnos para muchos de nosotros.
Ahora solo queda esperar a que llegué ese esperado día 16 de noviembre, en que grabaran el mencionado disco en directo, y que todo le salga bien a la banda, luchadora como pocas, lo cual, si todo va como debe, os contaré desde esta web.
Y así, con el buen sabor que siempre me dejan los conciertos de Vendaval, aunque algo triste por los problemas de sonido que sufrieron, me marché una noche más de ese local que la gente de Camargo tiene la suerte de tener y donde, vaciles aparte, siempre me tratan muy bien.
26/10/2019 
Txutxy Cano 
La Tribu, Muriedas, Cantabria
