Erik Martensson ejerció de frontman carismático y no dejó de moverse y contactar con la audiencia en todo momento. Se quitó la guitarra para afrontar “The Storm”, que terminó con público cantándola al unísono, para después caldear aún más el ambiente con “Vértigo”. Tras “Shelter Me” llegó “United”, un auténtico himno para los fans de Eclipse y con el clásico “Downfall To Eden” y “When The Winter Ends” pusieron a todo el mundo de nuevo a botar.
Frenaron en seco el ritmo cuando tocaron en acústico “Take Me Home” y “Battlegroud”, una licencia, con solo de batería incluido, que ralentizó en exceso un show que estaba en todo lo alto y que sólo sirvió para que Erik se luciera como cantante.
Afortunadamente tiraron de uno de sus temas más potentes “Black Rain” para retomar el pulso y volver a enganchar al público. Había llegado el momento de pisar el acelerador y descerrajaron “Blood Enemies”, “Stand In Your Feet” y “Runaways” con las que pusieron la Sala Mon patas arribas.
Para los bises habían reservado “I Don’t Wanna Say I’m Sorry” y “Never Look Back”, dos pepinazos con los que cerraron un concierto que hecho para disfrutar. Todos contentos. |