Si alguien nos hubiera dicho hace poco tiempo que iba a haber una actuación de rock o de metal en el Teatro Municipal Concha Espina de Torrelavega o en cualquier otro edificio municipal probablemente le hubiéramos dicho que era casi imposible, pero si, además, nos hubiese sugerido que en dicho recinto se iba a realizar un concierto de Death Metal, seguramente hubiésemos pensado que estaba bajo los efectos de alguna droga.
Pues bien, la gente de la Asociación Noche de Rock peleó porque esta idea saliese adelante como ha ocurrido en otros países y consiguieron que una banda como Karonte, que ya va por su 26 aniversario, actuase el día grande de las “No fiestas” de Torrelavega en el céntrico Teatro Municipal Concha Espina, dentro de estas10 fechas que dicha asociación ha organizado en colaboración con el ayuntamiento de Torrelavega.
Para todos era un día de incertidumbre, para la organización y el grupo por ver la afluencia de público ante tal evento, y para el personal del teatro por ver cual sería la reacción de la gente en un concierto de esta música: ambas pruebas se aprobaron con matricula ya que, y según nos comentaron las trabajadoras del local, no sólo el comportamiento de los presentes había sido excepcional, cosa que no dudábamos, sino que, además, prácticamente se llenaron las 150 localidades habilitadas.
Imaginando una gran afluencia de gente, me acerqué con prontitud a dicho recinto donde ya se habían ubicado un gran número de madrugadores, entre ellos muchos amigos y amigas, notándose esas ganas que había por ver en directo a una banda que en los últimos años se ha prodigado muy poco por diferentes razones, siendo la última vez que les pude ver en directo hace casi 9 meses.
Una vez sentado en mi localidad, ya era consciente de la primera sorpresa que nos iba a deparar el evento y es que a Kini, voz y guitarra, Isma al bajo y Rochar a la batería les iba a acompañar Javi Prieto de los míticos Mordor que sustituía para esta ocasión a Beli, algo que haría del concierto algo todavía más especial y entrañable.
Después de que por megafonía se recordase la forma en que teníamos que comportarnos, salía el cuarteto a un escenario con dos grandes paneles, uno a cada lado del escenario, con el logo de la banda, arrancando a degüello la actuación con “El ocaso”, la canción que abría su último disco, el compartido con Bloody Brotherhood “Alliance for death domination” del que aquí os hablamos cuando se publicó en 2017.
Karonte
Tras mostrarse agradecidos por nuestra presencia y confesar que probablemente fuesen los primeros “bestias” que actuaban en este recinto, agradecieron al ayuntamiento y a la gente de Noche de Rock la iniciativa, así como a los asistentes por apoyar el evento, siguiendo la velada con otro corte de ese disco compartido, concretamente la rápida “No hay vida sin dolor”, mientras sobre el escenario se proyectaban unas luces que dejaban el mismo en semi oscuridad, dando aún más magnetismo al concierto, a la vez que los presentes movían sus cabezas en las butacas,.
Reconocieron que no nos veían la cara así que no sabían si nos estaba gustando aunque los berridos de algunos de los presentes confirmaban que así estaba siendo, retrocediendo a su segundo disco, “Paraiso sin fe” del 2012, que supuso un enrome paso adelante para la banda gracias a piezas como la potente e intensa “El día de las alabanzas”, para, tras vacilarnos sobre que nos podíamos meter mano pero que mirásemos bien a quien, dedicar a su amigo el cineasta Johnny González, que no había podido venir por motivos de trabajo, el mítico y muy celebrado “Ciego por ver” de su primer trabajo “Letargo” del 2006, aunque ya aparecía en su Ep “Maldigo el día en que te conocí” del 2003.
No dejaron de lado su ópera prima y se atrevieron con un corte que hacía mucho que no tocaban, como ellos mismos nos dijeron y eso que les gusta mucho, “Dame vida”, con un fantástico duelo entre los dos guitarristas, sonando la pieza intensa y cañera y haciendo mover a los presentes sus cuellos, para, antes de seguir la actuación, agradecer a Javi Prieto el haberse aprendido el repertorio tan rápido y la enorme mano que les estaba echando, volviendo a su segundo disco con “Gris”, la que le cerraba y ese comienzo lento pero potente, siendo un tema con muchos matices y muy poderoso.
Tras un merecido respiro y tomarnos el pelo sobre como nos gustaba el A.O.R, regresaron a su último lanzamiento, el split del 2017 con Bloody Brotherhood, con “Dominación”, muy potente, fuerte y agresivo, tras el que confesaron que se les hacía muy raro tocar en la fiestas de Torrelavega y no oír tiovivos, lanzándose a toda pastilla con otro tema de su segundo disco, la genial “Falaris” que luego se vuelve más lento y pesado y con Kini, como durante toda la velada, mostrando lo genial guitarrista que es y encontrándose especialmente cómodo sobre las tablas.
Se tomaban el concierto con mucha tranquilidad, como saboreando cada segundo y disfrutando de este acontecimiento especial, continuando con el corte que daba nombre a su segundo trabajo “Paraíso sin fe”, con ese comienzo potente que luego coge más velocidad aún, tras la que quisieron reconocer, de manera más que merecida, la enorme labor de toda la gente que colabora en Noche de Rock a los que saludaron, pidiendo un fuerte abrazo de los presentes, antes de regresar a su primer plástico con “Norte”, dedicatoria incluida a Nando Agüeros, muy celebrado por los asistentes, con ese sonido tan marca de la casa y ese maravilloso final que tiene.
Karonte
De vuelta a su segundo lanzamiento era el turno de la maravillosa “Repta humano”, para mi su mejor tema, un auténtico rompecuellos y con un comienzo que es una delicia, quedándoles fantástico, tras la que nos anunciaron que iban a ir acabando, saludando a los hijos de Isma allí presentes, dos heavys más, recordando que eventos como éste si que incentivan el comercio local y a la ciudad en si y no otras cosas en las que se despilfarra el dinero, para recordar el corte que daba título a primera obra, es decir “Letargo”, con ese comienzo lento pero pesado y ese contraste de intensidad que les quedó realmente brillante, haciendo a la gente levantarse y que correspondió con una atronadora ovación.
No hubo pausa entre la anterior y “Mi epitafio” la última canción que sonaría esta noche y que estaba presente en su primer álbum, muy rápida y potente pero con una ejecución, como durante toda la noche, brutal por parte de toda la banda, concluyendo así su casi hora y media sobre las tablas.
Y así, entre muchos aplausos como reconocimiento a lo allí ejecutado, acabó la actuación de uno Karonte que nos dieron un maravilloso concierto, con un Kini que estuvo realmente desatado y el conjunto de la banda demostrando que son unos magníficos músicos, algo que está fuera de toda duda, con ese refuerzo de lujo con el que contaron esta noche.
Supieron repasar a partes iguales sus dos discos de larga duración publicados hasta la fecha, y los tres temas que aportaron a ese split del 2017, combinado, por tanto, todas las etapas de su discografía y, sobre todo, sonado genial y mostrándose mucho más dinámicos que otras veces, aprovechando el gran escenarios sobre el que se estaba desarrollando este acontecimiento.
¡Concierto magistral e inolvidable de los Karonte!
Y así, tras despedirme de algunos de los presentes, me fui con esa gran sensación que tienes cuando acudes a uno de esos eventos del que sabes o intuyes que se va a hablar durante mucho tiempo y que, esperemos, a tenor de lo allí vivido, el impecable comportamiento de los asistentes y la gran entrada que hubo, sea algo que se pueda seguir repitiendo a corto o medio plazo, como esta noche del día grande de las fiestas de Torrelavega en la que el Death Metal de Karonte fue el protagonista de un lleno en el Teatro Municipal Concha Espina.