Aparte de hacerle los coros en La cocinera, el público, una ver acabada, también quiso saber. Como el señor que le preguntó cómo era Jota Mayúscula, en cuyo estudio y bajo su producción se grabó Lujo Ibérico. “Lo quería muchísimo –le respondió María Rodríguez-. Siempre inspirando a la gente que empezaba. Sé tú misma, decía, da lo que traigas dentro. Ser tú es tu mayor virtud”.
Enseguida aprovecharía para desahogarse preguntando si había alguien disfrazado de payaso entre el público para que la insultara. “Es que queríamos que viniera un profesional, pero no nos ha llegado el presupuesto…”, explicó. “Ya desde el primer disco había quien decía: ¿Rap? ¿Esto es rap?... Ahora, que si hago reguetón…” , siguió explayándose.
Cierto es que Mala Rodríguez no ha parado de colaborar y rodearse de todo tipo de artistas durante su carrera: flamencos (Raimundo Amador, Ketama…) y raperos (Kase O, Chulito Camacho…) desde sus comienzos; y en los últimos tiempos también se junta con reguetoneros. Con todos colabora, y de todos se van nutriendo sus composiciones. En su último trabajo hay ciertos ritmos y percusiones con influencias de ese estilo pero Mala Rodríguez sigue manteniendo un equilibrio entre la evolución, el buen gusto y la esencia de todo su trabajo anterior.
Sobre Kase O, precisamente, bromearía tras acabar de cantar En mi ciudad hace caló: “Nos acabábamos de conocer y ya estábamos hablando de sexo anal”.
Para quienes les gusta saber los repertorios de los conciertos, diremos que cantaría Tengo un trato, como ya habíamos adelantado, pero no escucharíamos ni Por la noche ni No pidas perdón, entre otras que faltaron…
Durante un momento del concierto se llegó a plantear el bajar al patio de butacas, pero lo desechó porque tendría que haberse puesto mascarilla y haber guardado la distancia de seguridad en todo momento. En otras circunstancias, si por ella hubiera sido, todos los asistentes se habrían ido a casa besados por La Mala. Así lo soltó. Ya había cantado al principio del concierto que “si la muerte se te acerca, se le da la bienvenida”. Pero las circunstancias sanitarias en las que nos encontramos lo desaconsejaban, así que se atuvo a las normas que rigen esta Navidad covid.
Tan solo, tras ponerse de pie para cantar con el público A jierro y considerar que aquello no funcionaba como ella quería, pidió que alguien que se supiera de verdad la letra subiera al escenario a cantarla con ella. Lo hizo una joven con mascarilla negra y traje de lentejuelas de colores. Daba la impresión de que había salido de su casa preparada por si tenía que actuar. O por si conseguía hacerlo… Porque aquello no estaba preparado.
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