En la recta final del ciclo de conciertos de Madrid Brillante por fin le tocó el turno a Viva Belgrado. Puesto que el grupo estuvo programado para diciembre, pero por motivos de salud no pudo ser posible. Así que el sábado 27 de marzo la actuación del grupo cordobés tuvo lugar en el Teatro La Latina de Madrid.

Hace unos años tuve la oportunidad de ver a Viva Belgrado en la gira “Denbora da poligrafo bakarra tour” de Berri Txarrak cuando tocaron en La Riviera en 2017 como banda invitada. Pero por aquel entonces no era consciente de lo que me estaba perdiendo y llegué solo para el turno de Berri. Por lo que nunca me hubiera imaginado que años después estaría deseando verlos en directo.

Cada vez soy más consciente de que la música es capaz de salvarnos, Berri Txarrak lo hizo conmigo en su día, y Viva Belgrado me salvó en gran parte mi confinamiento. Así que confirmamos que no soy de esas personas que los escuchaba cuando tenían un sonido más hardcore y con más gritos guturales, pero ahora me encanta Viva Belgrado en todas sus formas. Siento esta pequeña introducción personal, pero con esto os quería animar a que deis muchas oportunidades a grupos que quizás no os llamaron la atención en su día, ya que la pasión por cualquier estilo musical o banda puede llegar en cualquier momento. Pero ya paro y os cuento lo que viví aquella mañana.

El grupo empezó haciendo honor a sus letras, así que se subió al escenario y saludó a toda la afición a través de “La soga”, con esa increíble fuerza desgarradora que tiene el tema. Y siguió con “Bellavista” y “Cerecita Blues”, todas pertenecientes al último disco “Bellavista”, que vio la luz en pleno confinamiento, el 30 de abril de 2020.

La parte más poética vino con “Apaga la llum” y “Annapurnas”, y pasaron a un sonido más hardcore con “Erida”. Después volvieron a tocar canciones del último trabajo, como “Vicios”, en el que el público acompañó con algunas palmas parte del estribillo. Siguieron con “Shibari emocional”, y la gente se dejó la voz cantando “creo que esta noche no vamos a acabar muy bien” con “Ikebukuro Sunshine”.

El grupo vino a darnos un espectáculo de sentimientos a través de sus letras y riffs, por lo que solo hubo unas palabras en mitad del concierto. Cándido, guitarra y voz, comentó que siempre se quejaban de que en España no se guarda silencio en los conciertos, pero esta vez comprobaron que sí. Por lo que agradecieron que guardáramos ese silencio, pero sobre todo que asistiéramos.

En la última parte volvieron a los anteriores discos, empezando con la delicadeza de “Por la mañana, temprano” y después dieron un buen repaso al álbum de “Flores, carne”, con temas como “Báltica”, “De carne y flor” y “Madreselva”, en los que se desbordó energía y sensibilidad a partes iguales.

Para cerrar este espectáculo lleno de emociones, la elegida fue “¿Qué hay detrás de la ventana?”, una declaración de intenciones, en la que señalan: “Que no nos falten los conciertos, que vengan pocos desencuentros, y que no pasen cuatro años”. Unos versos que ahora cobran mucho más significado por los tiempos que vivimos.

Fue muy emocionante escuchar esas frases en grito al final de la actuación. Esperemos que se cumpla la letra y que no pasen otros cuatro años para que Viva Belgrado saque un disco tan maravilloso. Pero sobre todo que no nos falten estos conciertos que nos emocionan y nos llegan al alma.