Cuesta recordar la última ocasión en la que esta ciudad de la meseta tuvo aroma a norte galego, más concretamente, a la capital del marisco, Vigo. Servidor ha intentado asistir siempre que ha podido a los concis de este cuarteto que tan bien sabe moverse entre el nu metal, el metal alternativo, y hasta el metal melódico. Y esta fecha ha sido la primera en dos años a la que he podido acudir, que se dice pronto.

Las tablas elegidas para cobijarlos de la fría noche de diciembre que tuvimos fueron las que alberga la sala Cientocero, que regentan las buenas gentes de Vadeocio, entre otras grandes personas amantes de la música en directo. Hoy tampoco había teloneros, por lo que se esperaba que el comienzo fuera temprano, con una apertura de puertas programada a las 20:30, y un directo que no se hizo esperar demasiado; el reloj nos marcaba las 9 y cuarto cuando empezó a sonar la intro de “Saw” que tan característica se ha convertido de la banda.

Sin embargo, ocurrió un primer cambio importante, y es que en sus últimos set list, la tradición mandaba que su primera toma de contacto con el público fuera “Amarga despedida”, la que es el track más relevante a nivel personal de su discografía, y me supuso una decepción que no se encontrara entre su selección en esta gira. En su lugar, fueron dos temas de su penúltimo disco, muy queridos por los seguidores, los que empezaron a abrir los tímpanos, con “Osos color salmón” y “Aquellos maravillosos”.

Esta sigue siendo la gira de “La reina”, su último disco hasta la fecha, y que tuvo que pelearse con los tiempos pandémicos que tenemos ahora, pues tuvieron la valentía de lanzarlo el año pasado, y es por ello que su presentación por las salas se vio un poco interrumpida. “Kaleborrockandroll” fue su primer exponente de esos once cortes que componen su trabajo, y a los pocos minutos, interpretaron el que fue el sencillo de la promoción, que también supuso su primer videoclip del disco. “En globo”, toda una crítica social al capitalismo, al consumismo y a la indiferencia que gobierna esta sociedad.

De sus dos discos de 2020 y 2016, respectivamente, dieron buena cuenta, y hubo lugar también para “Héroes”, el álbum que más les abriría las puertas al público general, puesto que con él fueron capaces de llenar escenarios en los festivales y salas nacionales. De ahí surgieron temazos como “Luz y Fer” y sobre todo, “Mi capitán”, que gran parte de los asistentes (yo incluido) demostramos que conocemos de viva voz. Y quedó demostrado que, hasta la fecha, su trabajo más querido y aplaudido sigue siendo “Indomables”, pese a que ya hayan transcurrido cinco años desde que lo lanzaron.

Con “Ombligos”, “Cunfía” y “Cíclopes”, se fue acabando de consumir la llama de esta noche norteña que había empezado a entrar en calor hora y cuarto antes, que fue cuando se apagaron las llamas de los micrófonos, instrumentos y altavoces, para dar paso a una oleada de simpatía por parte de estos cuatro muyayos, que no dudaron en acercarse a charlas con nosotros, tanto en el merchan como entre las barras.

Si algo se puede sacar de crítica de este concierto, es que el sonido no era tan contundente como se podría esperar, nosotros estábamos a la mitad de la sala, y quizás por una columna demasiado grande en medio, o por una ecualización no muy conseguida, las guitarras no nos llegaban, si bien la voz de Chechu se distinguía como si lo tuvieras a tu lado.

Lo mismo se puede decir de la iluminación, que era algo escasa y sin demasiado protagonismo, aunque también es cierto que según fue avanzando el directo, esas cuestiones se fueron solucionando, los técnicos fueron haciendo mejor su trabajo. Es una de las salas de esta ciudad en las que menos he asistido, así que espero que en próximos conciertos, pueda volver a ser testigo de esas mejoras que vayan haciendo.

Lo que no cambian demasiado son las sensaciones, porque estar cerca de estos chicos de Vigo siempre te carga las energías, y destilan buen rollo desde su música hasta su actitud. Grandes personas arriba del escenario y a nuestro mismo nivel, ojalá nuestras ganas de música y de vernos se cruzasen más a menudo.