A veces te decantas por los conciertos a los que asistes más que por las bandas, que puedes no conocerlas, por la gente que los organiza, ya que suelen tener buen criterio a la hora de traer grupos interesantes y es eso lo que te puede impulsar a ir a ese evento.
Algo así me ocurrió a mi esta jornada de sábado después del llamado puente de la constitución, donde, por tercera vez esa semana, iba acudir al Rock Beer The New a ver a las bandas Lóstregos y Sons of Decay, a las que apenas había escuchado, solamente un poco los días previos, y que venían de la mano de la gente de Primitive Noise, lo que me animó a ir.
La noche era, para variar, lluviosa y fría, pero me alentaban las ganas de desconectar de la rutina semanal y, sobre todo, el descubrir a bandas que no había seguido, un ejercicio que siempre os aconsejó, el de acudir a una sala cercana para ver grupos que no conoces y que probablemente te vayan a sorprender.
Igual que en la jornada anterior, el concierto era sentado, con aforo limitado y había que mostrar el pasaporte Covid para acceder al céntrico local santanderino, debido al aumento de los casos en nuestra tierruca. Pese a todo, la sala tuvo una muy buena afluencia, ocupándose prácticamente todos los asientos disponibles.
El concierto se demoró de manera importante, casi una hora después de la fijada, debido a que la primera banda en actuar, los gipuzkoanos Sons of Decay se había retrasado en su viaje desde Portugal donde habían actuado la noche anterior dentro de esa gira 10 días 10 conciertos que estaban llevando a cabo en la península durante estos primeros días de diciembre.
Sons Of Decay
componentes, los cuales son Fres a la voz y el bajo, Kepa a las guitarras e Ibai a la batería, que llevan juntos desde el 2018 y que el pasado año publicaron su primer y hasta el momento único disco “Nothing Remains”.
Su concierto se basó en repasar dicho disco en su totalidad, obviando la intro, y en el mismo orden, y eso fue lo que nos encontramos cuando subieron al escenario, arrancando con “Baptism in pain”, con un comienzo lento y potente, y en medio de la cual se presentaron antes de pasar a la parte más cañera, con esas intensas voces que nos mostraron.
Tras tomarnos el pelo sobre que era raro vernos sentados y tranquilos, continuaron con “The unstoppable advance of time”, empezando lenta pero acelerándose después y dejándonos una pieza potente e intensa aunque con un final más relajado, continuando con “Beyond the black rainbow” que se inicia de manera tranquila, con la sección rítmica en primer plano y con mucha fuerza, pero luego cogiendo velocidad y jugando con diferentes intensidades.
De la siguiente canción, “In the name of war”, habían sacado un video clip el pasado año, como allí mismo nos recordaron, siendo un tema muy rápido y potente pero al mismo tiempo muy elaborado, con diferentes cambios de ritmo, para, satisfaciendo a aquellos que pedían algo más rápido, ser el turno de “Hellraisers”, y es que ciertamente es un corte muy veloz, con la batería realmente dándolo todo, pero sin renunciar a la melodía.
Era el momento de “Predator”, condenando que no hay nada divertido en una violación, arrancando de manera rápida y cañera, y que fue de las que más llegó por esas alternancias en las intensidades y la laboriosidad de la misma, anunciando que la siguiente era más tranquila para que estuviésemos a gusto sentados, siendo el turno de “Lágrimas innumerables”, que realmente fue una pieza con un sonido potente e intenso, más pesada y con un ritmo algo más lento hacia la mitad, para volver a endurecerse y coger velocidad en la recta final.
Sons Of Decay
Nos avisaron de que casi habían acabado, consiguiendo una buena interacción, con vaciles mutuos, con el público, siendo el turno de “The other lamb”, comenzando de manera relajada pero con una buena combinación de intensidades y mostrando voces limpias en las partes más lentas, quedándoles muy bien, para despedirse, disculpándose por el retraso y dando las gracias a los presentes, la organización, la sala y a sus compañeros de cartel, dejándonos con “Gimme alcohol or gimme death”, ese tema rapidísimo que cierra su trabajo y que tiene un pegadizo estribillo.
Y, aunque su repertorio estaba finiquitado y ante la insistencia de la gente, se lanzaron a tocar un tema nuevo, que creo se llamaba “Mengele zoo”, a toda velocidad, muy rápido y potente, pero relajándose hacia la mitad, para luego volver a coger fuerza, acabando así su media hora sobre las tablas.
El de Sons of Decay fue un concierto corto pero muy intenso y demostrando la calidad que tienen sus componentes, que son ya veteranos en esto y saben lo que quieren, dándolo todo pese a llevar diez días seguidos tocando con esta velocidad y fuerza con la que los gipuzkoanos lo hacen.
Realmente me pareció un concierto muy interesante, así como su propuesta, y eso que, como dije algo más arriba, apenas los había escuchado, pero cuando hay buenos músicos sobre las tablas y temas con fuerza y potencia, enseguida te enganchas a su música.
Y tras la actuación del trío vasco, llegaba el turno de los gallegos Lóstregos, un cuarteto de A Coruña formado en el 2014 e integrado en la actualidad por C. Lukwos al bajo y la voz, I. Endv a la guitarra y voz, J. Ur a la guitarra y A. Ffynidwydeen a la bateria.
Hasta el momento han grabado tres trabajos; el Ep “Alzamento no norte” del 2016 y los larga duración “Lendas Baixo o Luar” del 2017 y su más reciente disco, “Onde Calan os Corazóns, Ruxen as Pedras”, publicado este mismo año.
Y parece que la cosa se complicaba porque el cabezal del ampli de una de las guitarras no iba bien, lo que demoró un poco el comienzo del concierto y provocó momentos de dudas. pero al final se pudo subsanar y aquello pudo arrancar.
El concierto comenzó, tras encender unas velas situadas delante del escenario, como lo hace su último disco, que repasarían en su integridad y en el mismo orden que se publicó, es decir con “Deidades da noite / Ritos de morte”, empezando a fuego, con unas guitarras contundentes, pasando luego a un ritmo lento y pesado, para luego mostrarse más cañero y, de repente, la canción girar diametralmente, con un sonido más ambiental e instrumental y la batería sonando mucho y bien, llevándonos a ese final más rockero y con voces más limpias. Brutal.
Tras un breve respiro, era el turno de “Lamentos no medulio”, la que le sigue en el disco, que empieza con una guitarra relativamente tranquila en primer plano y en una primera parte instrumental, para, cuando entra la voz, convertirse en una pieza lenta y pesada, alternando las voces, para luego coger velocidad, con ese sonido que te hace mover la cabeza con fuerza, pasando por una fase más machacona y luego acelérese de manera paulatina y terminar con ese sonido más relajado que sonó de fondo y que les sirvió para descansar un poco tras una extensa y elaborada canción.
Lóstregos
No querían que ese ambiente que se había generado se perdiese y era el turno, como en el disco, de “O meigo das pedras”, que empieza a toda velocidad, sonando aplastantes y brutales, con ese sonido especial de la batería y con una voces muy cortantes, pasando a ralentizar la canción y luego por una fase donde demostraron su calidad instrumental, con el bajo muy marcado, para luego endurecerse y acabar de manera más lenta y pesada, aunque con un último momento de rapidez.
Se despidieron de todos nosotros, afirmando que la siguiente era la última, agradeciéndonos nuestra presencia, así como a la organización, a la sala y a Sons of Decay, siendo el turno de la genial “Bisbar que emana do ventre da terra”, la que también cierra su actual disco, con ese sonido tan lento y pesado que tan rápido te engancha, para, poco a poco, coger más velocidad y fuerza y luego ir tranquilizándose esta pieza magistral y muy elaborada, que realmente es una enorme demostración de los sonidos que la banda abarca.
Pese a que la banda había concluido su repertorio, nuestra insistencia hizo que ésta se animase a tocar una más, en este caso “Gallaecia”, de su anterior disco, con vivas a Galiza y con un rollo más folk metal, por decirlo de alguna manera, al principio para luego empezar a meter tiza y con la sección rítmica sonando brutal, manteniendo esa intensidad y terminando con esas voces cortantes finales que tan bien les quedaron.
Y así, tras algo menos de una hora sobre las tablas, concluía la actuación de unos Lóstregos que simplemente fueron una auténtica apisonadora, sonando genial y consiguiendo engancharnos desde el principio con su propuesta, muy intensa pero con muchos cambios de ritmo e intensidad, que hace que en todo momento mantengas la atención con lo que está sucediendo encima de las tablas.
Lóstregos
No conocía la propuesta de la banda pero, habiéndolos visto en directo, os puedo recomendar esa experiencia que es verlos en un concierto ya que te enganchan en todo momento y saben conjugar muy bien esos cambios de tiempo para que, canciones de una extensión por encima de lo habitual, mantengan en todo momento el interés de quienes les estábamos escuchando y viendo.
Sin duda una banda que recomiendo para todos los seguidores del metal extremo y que debería tener un mayor peso, al menos dentro de la escena estatal y peninsular.
Y de esta manera, tras descubrir a dos bandas más que interesante de metal extremo, me fui del Rock Beer The New donde, una vez más, disfrutamos de la buena música en directo y, en este caso, conociendo a grupos que no tenía controlados y es que pocas experiencias hay más bonitas que ver por vez primera nuevas formaciones y que, además, te gusten.
11/12/2021 
Txutxy Cano 
Txutxy Cano
Rock Beer The New, Santander, Cantabria
