COLABORACIONES
 Crónica
 
Madrid Fue una Ciudad Mundial 2022
  25/03/2022     
  Luis Miguel del Campo     
  Luis Miguel del Campo
  Madrid Fue una Ciudad Mundial
  Sala Story Live, Madrid, Madrid
www.insonoro.com

A principios de la década de 1980 Madrid todavía no era una ciudad europea por sus circunstancias sociopolíticas y económicas. Lo acabaría siendo, en cierta manera,  cuando entró a formar parte de la Comunidad Económica Europea a mediados de la década. Otro asunto bien diferente era la efervescencia cultural que se vivía entonces en la ciudad. El final del franquismo había propiciado y generado inquietudes y movimientos culturales que germinarían a comienzos de la década en la cultura en general, y en la música popular en particular, por ejemplo. No me refiero a la tan cacareada Movida sino al movimiento punk y de música alternativa que bullía en Madrid por aquellos años y que no se había dado en el Estado hasta entonces.

Madrid fue una Ciudad Mundial, el festival que tuvo lugar el 25 de marzo de este 2022 en la sala Story Live, pretendía únicamente juntar a algunos de los grupos madrileños más significativos de aquellos años. Y que hicieron que la música popular que se hacía en Madrid tuviera una entidad similar, al menos, a la que había en cualquier otra ciudad mundial de occidente en aquellos años ochenta.

El numeroso grupo de personas que formó Cadena Perpetua abriría el festival, siendo muy bien acogido por los escasos asistentes que a las 18 horas se encontraban ya en la sala. Se notaba que habían sido fieles seguidores de la banda, pues cantaban todas sus letras e incluso, los más lanzados, se atrevían a bailar sus canciones, entre las que no faltaron“Ku-Klux-Klan”, “Somos guerra”, “No preguntarás”, “Sangre”, “Liberación” y “Seres Inertes” (su composición más conocida y valorada). La tarde empezaba con sonidos de after punk alternativo madrileño de antaño.

De sus componentes, los que lucían atuendos más acordes con la música que sonaba eran aquellos que cantaban: las vocalistas y el teclista.

  
Cadena Perpetua
 

José María Calvo, cantante de Delincuencia Sonora, afirmaría que eran los más jóvenes de la reunión, que de alguna forma no deja de ser una ironía ya que llevan actuando ininterrumpidamente desde 1981. Lo que es innegable es que desde sus comienzos tuvieron muy claras sus intenciones; dónde, cómo y con quién querían estar en el mundo de la música. Por estos motivos, mientras que su primera maqueta era tan valorada lejos del Estado español que los llevó a compartir cartel en el festival de Berkeley con bandas tan legendarias como Dead Kennedys, Black Flag y DOA, y a que les editaran tres discos en Alemania, aquí eran demasiado poco conocidos y valorados. De hecho, tendría que llegar el final de la década para que el sello Basati Diskak les editara el EP “La Ley”. A partir de ese momento se les abrirían las puertas para llegar a grabar seis álbumes más en el Estado, siendo el último, “Estados Delincuentes” (2013).

No podía faltar en este festival, por tanto, una banda madrileña pionera del punk rock estatal como ésta en la que, ajeno al paso del tiempo y a todos los cambios en la formación, siempre se ha mantenido José María Calvo.

Un grupo de jovenes empezaría a tomar posiciones cerca del escenario poco antes de la siguiente actuación. Su aspecto no era nada punkarra (aunque la esencia del punk no consista esencialmente en una manera de vestir sino en una determinada forma de afrontar la vida, independientemente de que ese estilo musical esté muerto desde hace años, como dicen algunos, o no.

  
Delincuencia Sonora
 

Eran los familiares de los componentes de OX Pow; la mayoría, de los hermanos Saura. Su turno empezaría con “Esperando en la calle”, canción que grabaron para “La caja de  ritmos”, programa televisivo de Carlos Tena de principios de los años ochenta que los sábados por la mañana veían hasta en la redacción de ABC por si luego tenían que montar el pollo o sacarlo a pasear. A Las Vulpes se lo montaron.

Pedro había salido con su hijo, quien estuvo durante toda la actuación cantando sobre el escenario. Geli tocaba la batería con una fiereza que encantaba a Iván Santana, quien la observaba desde debajo del dintel de la puerta de acceso a los camerinos mientras sonaba “Políticos”. Desplegaron un derroche de energía de principio a fin, como si los años no hubieran pasado por ellos. Al final recordarían a Paul, su guitarrista y cantante, uno de los fallecidos que faltaron a esta fiesta.

  
OX Pow
 

Los gestos que hacía Manolo denotaban que estaba sintiendo profundas emociones mientras tocaba esas canciones de La UVI que tanto tiempo hacía que no ofrecía públicamente. Y buscaba con la mirada a Brasi, quizá para saber si a él le ocurría lo mismo. Habían reclutado a Pedro Sánchez (de Hamlet) a la guitarra para completar el trío (Guillermo, al final, había rechazado estar en la reunión). Sin embargo, tanto a Manolo como a Brasi les hacía mucha ilusión volver a aquellos años aunque tan solo fuera por una noche. El público también agradeció la participación del grupo en el festival. Y disfrutó mucho mientras escuchaba canciones como “El retorno de Alex”, “Equivocado”, “Generación terrorista”, “Ley y orden” y “La policía”. No  tocarían, sin embargo, “Ya está bien”, a pesar de que les indicaran que les daba tiempo a tocar una más cuando se disponían a abandonar el escenario. Manolo sabrá la razón.

Decir también que Manolo ayudó mucho a Delincuencia Sonora en sus comienzos, llegando incluso a ser el productor de uno de sus discos.   

  
LA UVI
 

Panadería Bollería Nuestra Señora del Karmen solo conserva de sus formaciónes de los años ochenta a su cantante Manolo Suicidio y a su bajista de siempre, Francisco Lanaquera, reconvertido ahora en guitarrista. También ha cambiado el envoltorio sonoro sobre el que viajan los misiles  verbales que lanzan. Pero siguen siendo tan punkis o más que hace cuarenta años. Tanto, que hasta desconcertaron a más de un punki ortodoxo que no esperaba esta transformación. Lo dejaban traslucir sus caras.

Gran parte de la culpa de este sonido industrial la tienen las nuevas incorporaciones: ElRicharl a la otra guitarra y Big Toxic, afamado productor y agitador musical, a las mezclas y programaciones. Estos concatenan sonidos con Francisco Lanaquera (Fat Trallanova) para que FDK dispare a quemarropa, de forma inesperada, sus mensajes subversivos e irreverentes. Cortos, muy cortos, y más certeros que los escupitajos de Rock-ola. A ráfagas; muy al contrario de las largas disertaciones que dedicaban al público en el pasado. De esta forma irían  repasando, uno a uno, los diecisiete temas que Potencial Hardcore editó en un vinilo naranja a principios de este año 2022.

Repiten en Madrid el 8 de abril en No Future Fest (vol.4).    

  
PBNSK
 

Fernando volvió a cantar en La Broma de Ssatán con motivo de este festival. Recordaría Charly y Pepino, sus compañeros desaparecidos. Jordi Vila (Trogloditas y Kinki Boys) se encargaría de tocar la batería, como ya había hecho en el regreso del grupo a principios de este siglo. Comenzarían con “No me cuelgues”, cantada por un siempre inquieto y animado Ixma.

El particular Retorno al pasado de Fernando vendría a continuación, en “No me toques”, en la que se pudo comprobar que su voz resistiría perfectamente el concierto y, no solo eso, sino que no había olvidado los trucos del oficio aunque lo hubiera abandonado hacía muchos años, como el de agacharse hacia el público mientras cantaba para conseguir su reacción.

Goma se mantenía en todo momento sonriente aunque más estático que los demás. Jordi no paraba de sudar tras la batería; tanto, que acabaría despojándose de la camisa. Los pogos se iban sucediendo tema tras tema hasta llegar a “Ahógate en el wáter”, “Sangre fría” y “Baila pogo sobre un nazi”. Ésta última, su más recordada y celebrada canción, sería con la que acabaría su turno mientras los asistentes no paraban de bailar enloquecidos.

  
La Broma de Ssatán
 

La anunciada despedida de Espasmódicos de los escenarios en este festival me resultó un tanto extraña. Ramsés se había caracterizado como batería de TDeK para la ocasión; Javito tocó con unas gafas de plástico sin cristales, propias de las fiestas de carnaval; y Danihell bebía de una lata de cerveza que llevaba en la mano cuando no cantaba. Únicamente J. Siemens parecía el mismo de siempre en esta fiesta de despedida. No está nada mal todo lo andado hasta aquí, ya que el puñado de canciones que el grupo compuso y publicó a principios de los años ochenta ha dado para mucho. Para llegar hasta la segunda década del siglo XXI. Bien es verdad que son muy buenas y han soportado perfectamente el paso de los años. Mientras tanto, el público bailaba enfebrecido…

Hasta que Danihell tuvo la brillante idea de lanzar parte del contenido de su lata de cerveza sobre la primera fila. Bueno, imagino que a la mayoría les resultaría indiferente esta circunstancia. A mí no. A partir de ese momento mi cámara quedó bloqueada; e hice lo que pude: pocas fotos de lo que quedaba de festival.

Afortunadamente, al día siguiente ya volvía a funcionar perfectamente. Por el contrario, la nieve que recibió de Filomena un año atrás la tuvo una semana bloqueada. Son los gajes del oficio de fotógrafo kamikaze.

El turno en el festival y de la existencia de Espasmódicos como grupo en activo terminó con “Enciendes tu motor” sonando, como no podía ser de otra manera.

  
Espasmódicos
 

Cuando salieron PVP ya se había desfogado bastante el público, se habían calmado las ansias de baile y se podía disfrutar tranquilamente de la música. Y de la incorporación de Iván Santana a la batería de la banda. Ha sustituido a Rafa PPM, quien ya no vive en Madrid. Todo transcurría perfectamente hasta que, de pronto, dejó de tocar y le reprochó airadamente a Juanjo Valmorisco que no era el turno de la canción que había comenzado a tocar. Manolo UVI lo observaba un tanto perplejo aunque admirado del arrojo del muchacho. Juanjo lo admitió de buena gana, casi divertido, y siguieron repasando la discografía de PVP. Los temas incluidos en los cuatro álbumes de los años ochenta y el de su regreso, editado en 2016. De “Miedo”, la canción, a “Que os den”, la cual Juanjo sugirió que la cantaran las mujeres cuando alguno se intentara pasar.

Antes de acabar su actuación Juanjo Valmorisco elogiaría como músicos a Iván y Manolo. Jesús Amodia no decía nada, pero su silencio avalaba las palabras de su compañero.

Terminarían con “El coche de la plas” y “Descontrol”. Dos temazos clásicos de PVP y del punk rock estatal, que el público festejó cantándolas y bailándolas como se merecían.

Todos los que estuvieron habían sido, pero faltaron otros que también fueron. Me hubiera encantado volver a ver y escuchar a Polanski y el Ardor, por ejemplo. Pero no puedes conseguir siempre lo que quieres, como decía alguna banda de cuyo nombre no consigo acordarme.

  
PVP
 
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