COLABORACIONES
 Crónica
 
Barcelona Rock Fest 2022: Alice Cooper + Mercyful Fate + Blind Guardian + Alestorm...
  01/07/2022     
  Rafa Pérez     
  Rafa Pérez
  Parc de Can Zam, Santa Coloma de Gramenet, Barcelona
  
www.insonoro.com

Dos años tienen muchos días, que parecen muchos más cuando estás a la espera. Pero el tiempo todo lo puede y no hay mal que cien años dure, por eso al fin hemos vuelto a poder disfrutar del Rock Fest nuevamente, y todo cambia.

Al salir a la calle desde o en el metro el porcentaje de camisetas negras con logotipos de grupos de Rock se multiplica exponencialmente. El destino es compartido,  lo puedes ver en las miradas que cruzas, sabéis que vais al mismo sitio. No se puede negar que reconforta.

El festival no puede estar mejor ubicado, el metro te deja a escasos cien metros de la entrada, eso hace que puedas cambiar coche o moto por cerveza sin ningún remilgo. No hay como empezar con buen pie, ya que el acceso es rápido y en nada estás en el recinto. El calor aprieta, normal siendo julio, y con alta humedad relativa que  por suerte se relativiza más en el lugar,  donde la influencia del rio Besós se hace notar, y el ambiente también aporta lo suyo para que esa circunstancia quede en un tercer o cuarto plano. No hay dificultad para ver los dos imponentes escenarios, el Rock y el Fest. A cada paso el sonido va mejorando y te diriges  como hipnotizado hacia el lugar de donde surge.

En mi caso, el primer grupo que pude ver este viernes fue Crisix. La formación de Igualada, a eso de las 18:30,  tenía atrapado al público con su aplastante thrash metal,  con canciones potentes como “Speak Your Brutal” o “Macarena Mosh” con la que arrancaron el bolo. Sus afiladas guitarras cortaban el calor, cual cuchillo caliente la mantequilla, y por si fuera poco formaron un buen Circle Pit al ir dando final a la actuación.

  
Ambiente
 

Antes de que el escenario contiguo y gemelo se llenara con Alestorm, y no solo de músicos como veremos después, me acerqué al escenario Rock Tent, la carpa lateral, donde Orange Goblin estaban haciendo de las suyas. El sonido de los británicos parecía un poco enlatado, tal vez algo contaminado por el sonido lateral que llega de los escenarios principales. Sus ritmos rápidos y de gran calibre dejaban un regusto a Mötorhead, cosa que no sienta nada mal.  Pude oír un puñado de canciones antes de irme al abrevadero y  explorar un poco.

No hay nada para echar en falta, el festival dispone de un punto de agua para refrescarse de forma gratuita, cosa pertinente y de agradecer,  diferentes sitios donde hacer fotos con inmensas guitarras Gipson, una batería apta para gigantes, un chulísimo fotocol con amplificadores Marshall o un hinchable del inigualable Rosendo con su Fender. Rincones todos perfectos para nutrir de imágenes las redes sociales y alimentar la envidia.

En esas estaba cuando Alestorm bajaban el telón y dejaban ver un patito de goma amarillo  que ocupaba medio escenario delante de un fondo donde se podía leer “Kings of Pirate Metal” sobre su nombre escrito al estilo de Manowar. ¿Qué puedes esperar tras esa visión? ¡Pues que te lo vas a pasar muy bien! Y así fue desde la primera canción, “Keelhauled”, hasta el final.

Estos piratas del metal hacen honor a su patria vistiendo con el refrescante Kilt escocés, siempre que bajo este haya libertad. Por lo menos así iba ataviado Christopher Bowes al micro, siempre con el  Keytar en las  manos, por cierto con un sonido muy opacado por las guitarras eléctricas. El rollo folk metal lo es menos con esta merma sonora,  aun así el concierto estuvo a la altura de lo esperado.  Pudimos oír “Mexico”, “Drink” o “P.A.R.T.Y.” El cachondeo estuvo asegurado siempre, no dudaron con presentarse con los nombres de los malogrados (para esta edición) Manowar,  poseídos por  una energía que parecía no tener fin.

  
Ambiente
 

Otro breve paseo antes de que UFO salieran a escena me dejó claro donde estaban los servicios, muy bien delimitados y en cantidad más que suficiente. Un poco más arriba un stand con camisetas oficiales del festival y de los grupos actuantes. Si seguías hacia la entrada podías ver la zona de comidas, para todos los gustos ¡oye!, no sería razonable quedarse sin comer ni beber. Por cierto,  había barras estratégicamente repartidas, que eran como ver un oasis en medio del Sahara. Aun así nada te impedía beber el líquido dorado en medio del tumulto, había muchachos expidiendo por doquier.

Los estilosos británicos UFO mantienen el tipo después de medio siglo sobre las tablas, ahí es nada. De inicio con “Fighting Man” hasta “Shoot Shoot”, con la que se despidieron de una hora de música tremenda. Nos deleitaron con temas más que reputados, como la vitoreada “Doctor Doctor” (no pude contener una sonrisa y acordarme de El Reno Renardo). Brillantes y fibrosos, no dejaron pasar la oportunidad de dejar claro que es lo que hay que hacer  para estar cincuenta años al pie del cañón. Virtuosidad, actitud y cuerdas vocales en perfecto estado de forma. Yo los renombraría como “UMO” “Unforgettable Musical Object” durante al menos otros tantos años.

  
Ambiente
 

El día y la noche empiezan a bailar mezclándose en esa hora que se  abrazan, para ir separándose hasta la mañana. Con los últimos girones de luz y los primeros signos de oscuridad el amo del Freak Show, el maestro de ceremonias,  dio comienzo a su particular shock rock. Desaparecido  el telón, con los ojos más tenebrosos del panorama, pudimos ver en su esplendor el castillo del terror, donde cualquier locura salida de una mente perturbada puede suceder.

Lo primero en ocurrir fue “Feed My Frankestein”, pero el teatro de Cooper tiene mucho más. Su chistera es muy profunda, casi tanto como su realidad de pesadillas infames e infinitas. Bastón de ordeno y mando en la mano Mister Cooper nos dio clases con la magnífica y siempre apreciable “Hey Stoopid”, para llevarnos a su veneno particular con “Poison” y ”Billion Dolar Babies”. Es ahí donde tomó más protagonismo, si cabe, la omnipresente Nita Straus. Indescriptible y pantagruélica a las seis cuerdas, con un solo no recomendable para propensos al infarto,   no para de recorrer el escenario y robar miradas.

La banda,  con tres guitarras Nita mas Tommy Henriksen y Ryan Roxie, suena impecable y con una contundencia increíble. Con  músicos así es fácil bajar al infierno y el de Detroit lo hizo con “Go to Hell” y con la banda en solitario, sin el frontman, en “Devil´s Food”.  

Cooper al timón  nos sumió en su pandemónium particular de sueños macabros, una vez más, con autenticidad y un desparpajo sublime, todo ello regado de terror y siniestra oscuridad hasta el punto de perder la cabeza en la guillotina, para después hacérnosla perder a los demás con “Dead Babies” y como escape la canción homónima.  Para acabar el tenebroso y adorable show nos dejó con “School´s Out”, guiño incluido a Pink Floyd. El muro cayó,  la diversión pudo con él.

  
Alice Cooper
 

Tal vez el plato principal del día ya había acabado,  pero había más. Sin apenas tiempo para fijar en la memoria la actuación de Cooper, el escenario contiguo empezó a cobrar actividad. Mercyful Fate eran los siguientes de la lista. No se puede negar que la puesta en escena de los daneses impresiona. La escenografía fúnebre-satánica, con una iluminada cruz invertida que corona el escenario, sobrecoge a esas horas, a eso hay que sumar la estética del cantante King Diamong.

No sabe uno si está ante un ritual satánico o un concierto de heavy metal. Sea a como fuere, que tal vez haya una mezcla de ambas, impacta. La oscuridad y los pesados riffs metálicos maridan bien con el shock visual. En la hora que les tocó repasaron temas como "The Oath",  para abrir boca, y "Satan´s Fall" para acabar. Entre medias, "A Dangeruos Meeting" o "Evil", por citar alguno. Realmente la apariencia te sorprende en directo, aunque sería más impactante si el resto de miembros fuesen vestidos en sintonía del sumo sacerdote oficiador de rituales demoniaco-metaleros.

A estas horas mis huesos empiezan a dar chirridos, las articulaciones se quejan y la espalda comienza a insultarme, vertebra a vertebra. Aun así queda jornada y un peso pesado. El vigilante ciego debe hacer su ronda.

  
Mercyful Fate
 

Al poco más de la media del recién estrenado sábado, Blind Guardian saltaban a escena. Los teutones son historia viva del metal, en sus treinta años de recorrido han marcado el rumbo de muchos. No dan tiempo para ninguna tregua y asaltan el escenario con la contundente "Into the Storm", para continuar con "Welcome to Dying". La conexión con el público es total. El sonido grueso y bien aplomado se amalgama con las voces del público, que canta a coro "Mirror Mirror" y "Valhalla", con las que cerraron una actuación de gran calibre y un buen sabor en boca.

Mi primera jornada acaba aquí. Aun tendrían su turno  Ross The Boss y  me habría gustado pasarme por la actuación de Nashville Pussy, pero ya no había tiempo para más y aun no domino el arte de la bilocación (ya me gustaría a mí y a mi jefe). Así que emprendo, junto con un buen puñado de parroquianos, el camino de vuelta con la memoria hirviendo y el pensamiento puesto en la jornada venidera que se antojaba, y lo fue, muy intensa como todo el festival. ¡Que ya había ganas!

  
Ambiente
  
 
 Fotos
 
  
 
Alice Cooper - Mercyful Fate - Ambiente
 
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