En la noche del sábado 26 de noviembre, La Maravillosa Orquesta del Alcohol consiguió llenar con 12.000 personas el Wizink Center de Madrid, un concierto histórico que concluyó su gira ‘El nuevo cancionero burgalés’.

Este directo tan especial no solo se quedó registrado en los números, sino que supuso un mar de emociones tanto para los que estuvieron encima del escenario como para los de abajo.

Este año ha sido muy significativo para el grupo, ya que no solo han conseguido este ‘sold out’ en la capital, sino que anteriormente ya llenaron La Riviera en seis fechas, además de otras muchas más ciudades del tour.

La banda vino a la capital para cerrar su gira ‘El nuevo cancionero burgalés’, mismo nombre con el que denominaron al último disco presentado durante este año.

El Nido fue la banda invitada para abrir un espectáculo muy esperado en las agendas de los asistentes. Este grupo tradicional burgalés tocó durante aproximadamente 40 minutos varias canciones de su álbum “Huella y camino”.

El hecho de que esta banda, nada mainstream, abriera la noche ya quería decir mucho de lo que La MODA quería trasladar al Wizink Center aquella noche. Todo estuvo marcado por un conjunto de intenciones que se correspondieron con las raíces burgalesas que reivindica la banda y con toda esa tradición que lleva en su último trabajo.

De la misma forma que comienza la semana, empezaron ellos el concierto con “Un lunes”, que desató la euforia entre la gente. Para ir adentrando al público en el universo de sus raíces, las danzas Estampas Burgalesas acompañaron “La molinera” con uno de los bailes tradicionales de Burgos.

La escenografía también se enmarcaba en honor a las raíces. Un telón enorme desplegado detrás de los músicos mostraba elementos y símbolos tradicionales de Burgos.

Una de las sorpresas más especiales y bonitas de esta noche ocurrió al principio y fue la colaboración de Gorka Urbizu, voz y guitarra de Berri Txarrak, en el escenario. Como no podía ser de otra forma, el cantante navarro se subió para cantar “PRMVR”, un momento de subidón para los que hemos sido seguidores de su mítico grupo y de todos sus proyectos.

Su figura no podía faltar en este día tan especial, ya que ha sido el productor del último trabajo, ‘Cancionero Burgalés’. Urbizu se quedó a tocar varios temas y se despidió del escenario con la íntima ‘No canto yo’.

Si algo caracteriza al grupo es su humildad ante sus seguidores y con cada paso que van dando. “Nos sentimos agradecidos de toda la gente desde la primera a la última fila”, señaló David, voz principal y guitarra.

Lo bueno de estos conciertos tan multitudinarios es que siempre suelen traer sorpresas a modo de colaboración. En “Colectivo Nostalgia” contaron con la artista Gara Durán, que bordó con su voz un tema muy emocionante.

Pero, sin duda, uno de los grandes momentos vino cuando sonó “Campo Amarillo”, en el que participó el músico Diego Galaz tocando la zanfona, un instrumento tradicional de cuerda, y además el Coro Interludio de Burgos acompañó con sus voces.

La gente lo dio todo en cada acorde, con “Hay un fuego” se vivió uno de los momentos más tiernos, mientras que con “Los hijos de Johnny Cash” nos trasladaron a sus inicios y a ese lado más folk.

Para cerrar un directo lleno de emociones, las canciones elegidas fueron algunas de las más icónicas de la carrera profesional. No faltaron la mítica “Nómadas”, para quienes les hemos seguido desde el principio, junto con “1932”, en la que las voces del público sonaron al unísono en el estribillo.

Después, en “Héroes del sábado” se pudo vivir una de esas maravillosas estampas que siempre se quedan en la retina, puesto que las luces de los móviles alumbraron todo el espacio, mientras la frase “nunca te olvides de donde vienes” cobraba más sentido que nunca.

Como en los demás conciertos de la gira, para clausurar por todo lo alto el espectáculo la elegida fue “Mañana voy a Burgos”, haciendo de esta forma honor otra vez a su tierra.

Después de este día histórico, ellos regresaron a Burgos, pero un trocito de las personas que vivimos esa noche se nos quedó allí, en la magia del directo. Es lo que tienen estas fechas tan especiales, que siempre podremos decir “yo estuve allí”, o más bien, diremos “yo viví ese concierto”. Esperamos poder vivir muchos más en los siguientes años.