La facilidad para usar el lenguaje a tu antojo y que aquello resulte coherente es un don que pocas personas tienen y es que, aunque las herramientas las podemos tener todos al alcance, son pocos los que saben dar con las teclas adecuadas para ello, sobre todo en estos tiempos en los que el vocabulario que usamos es tan limitado, por no hablar ya de las conversaciones en redes sociales y los malditos audios de voz.
Sin duda Juan Abarca es una de esas personas capaces de encandilarnos con su fluidez para hacer letras para sus diferentes proyectos, como su banda principal, Mama Ladilla, o esos otros grupos en los que está o ha estado, como Engendro o Dislexia, sin olvidarnos de sus diferentes libros o esos palíndromos con los que mucha gente, suscrita a su patreon, se desayuna cada mañana y la facilidad para adaptar a su estilo canciones por todos conocidas.
Lo cierto es que, para despedir febrero, el artista madrileño visitaba Cantabria con dos fechas, la del viernes en casa de nuestros amigos de la Asociación Cultural Los Bancos de Atrás en Unquera y el sábado en la Sala Rocambole de Santander, a donde hacía muchísimos años que no acudía y en donde se presentaba gracias a Black Bird Producciones y Eventos.
Por todo ello y aunque había muchos conciertos programados para ese día, no dudé ni un instante en volver a encontrarme con Juan Abarca en solitario más de 3 años después, siendo, si no me falla la cabeza, la cuarta vez que le iba a ver en este formato; con Mama Ladilla le he visto muchas más veces y la última este mismo otoño.
Juan Abarca
Allí me presente, con cierta antelación, para reencontrarme también con el jefe de esta web, con el que no había vuelto a coincidir desde primeros de diciembre, por lo que allí nos fuimos poniendo al día, uniéndose a la charla el protagonista de la velada y aprovechando también para saludar a Chena, de la Black Bird Producciones y Eventos, con el que no hablaba en persona desde antes de la pandemia.
Tras esperar un poco a que aquello fuese cogiendo forma, comenzó la velada con Juan Abarca, guitarra en mano, sentado en una silla y saludándonos, pasando a interpretar ese “Starbucks”, que se ha convertido ya en un clásico de su repertorio y que fue muy coreado, continuando con su adaptación del “Resistiré” del Dúo Dinámico, de cuando la gente salíamos a aplaudir durante la pandemia, rebautizado algo así como “Le trincharé” y que resultó muy divertido.
Siguiendo con la temática pandémica, era el momento de hablar sobre aquellos que se quejaban de que no podían respirar con la mascarilla o de los que creían que nos iban a incrustar chips en las vacunas, con guiño a Miguel Bosé incluido, para pasar a comentarnos que tenía una página de patreon, algo sobre lo que hizo mucho hincapié, regalándonos a todos los presentes un marcapáginas con la dirección de la misma y un palíndromo escrito en la parte superior, para adaptar una canción de Los Pecos llamada “Háblame de tú”, sobre ese momento en que te hablan de usted por vez primera.
Uno de los instantes más divertidos de la velada fue cuando se puso a relatar los “Grandes momentos en la vida de un músico”, con diferentes pasajes, muy logrados y que fueron acogidos con risas y aplausos, con varios músicos en la sala asintiendo, pasando a quejarse de la manía que se les tiene a los de Madrid en el resto del estado, con esa adaptación de la popular canción de Los Payaos de la Tele y en donde relataba cómo hasta pueblos rivales se ponían de acuerdo para enfrentarse a los de la capital.
Juan Abarca
Allá por el año 2012 publicó su único disco en solitario llamado “La caja de nada”, del que tocaría algún tema como ese “Teazotan”, muy conocido por todos sus seguidores, que le cantamos con ganas, para recordar más canciones que había destrozado, unas por encargo y otras por placer, como esa de Los Secretos rebautizada como “Véjame”, muy divertida y que fue muy bien acogida.
La familia real española daría para un disco conceptual en plan humorístico y Juan Abarca de momento ya se lanzó a unir una canción de Loquillo Y Los Trogloditas y otra de Radio Futura haciendo referencia a Felipe de Borbón, demostrándonos, una vez más, no solo la gran imaginación que posee, sino esa destreza con la guitara, algo que los que le llevamos siguiendo hace mucho tiempo ya hemos constatado.
De vuelta a su único disco en solitario llegaba el momento de la divertida “Llurriligomí”, que nos hizo sonreír y disfrutar de esta revisión del clásico de The Kinks, para pasar, tras afinar, a destrozar, como él mismo dijo, otra de la misma formación, rebautizada como “Te suda la polla”, una cachonda pieza, con una letra muy bien enlazada y que nos hizo reír mucho.
Tampoco se salvaría de sus revisiones Enya, con esa adaptación de su tema más conocido y que el renombró como “Ser un buey”, y es que las músicas con que nos han venido bombardeando desde las radiofórmulas dan para mucho, antes de lanzase a una pieza de sus Mama Ladilla como es esa titulada “Mofándose están”, quizás no de los más habituales en sus últimos conciertos, pero que siempre gusta escuchar.
Nos recordó sus inicios en la música cuando estaba en un grupo llamado Mata Curas y tenían un tema llamado “Los feligreses”, con ese toque punkarra y directo, para pasar a hacer referencia a una posible resurrección de Charlie Parker y la reacción que hubiera tenido, en otra alocada pieza.
Juan Abarca
Momento de recordar su pasado con Engendro, empezando con su versión del clásico de Barón Rojo “Que rollo es el rock”, de cuando el Sherpa no era de Vox, con la gente participando y cantando esta divertida adaptación, para recuperar la fenomenal “Pijo de la tuna” que la citada formación hizo en referencia al conocido tema de Mecano y que, como nos confesó, fue una revisión sobre otra revisión, que también provocó las risas de los presentes.
Ni Marisol se libraba de sus adaptaciones, como la de aquella pieza conocida por todos que él renombró como “Proctóloga”, muy divertida esta historia de amor y que nos hizo sonreír, para pasar a un desafío que le habían lanzado en redes y era el de hacer revisiones de clásicos de George Dawn Mix, algo que le quedó muy bien, pasando por allí temas que fueron rebautizados como “La paradoja”, “El infinito” o “Un libro de Hegel”, entre otros y en donde dejó ver, una vez más, la facilidad para improvisar que tiene este artista.
Regresando a su etapa en Engendro, reconocía que les gustaban destrozar canciones, como esa de Zapato Veloz, que ellos titularon “Detractor amarillo”, muy animada, o la más conocida de Antonio Flores que llamaron “No duraría”, con una temática realmente loca y en la que nos pidió nuestra participación, como haría en diversos momentos de la velada.
Más de aquella aventura como Engendro, las cuales nos dijo que serían las últimas, como la adaptación del clásico de Rocío Dúrcal, que bautizaron como “Chucho Valdés”, para pasar a tocar ese “homenaje” a David Bisbal, que titularon “La bruja se avería”, con la música de La Bola de Cristal, muy buena y que fue tocada a petición de alguno de los presentes, pese a que confesó que igual no se acordaba, aunque al final sí que lo hizo.
Juan Abarca
Seguíamos con el turno de las peticiones y era el momento de “La misa negra”, esa revisión del corte de Juanes que hicieron Engendro, una de las que más me gusta y que fue muy cantada, para pasar a ese medley con el que solían cerrar sus actuaciones la citada banda, es decir ese “Llorones mix”, que comenzó con el clásico de Andy Lucas titulado “Son llorones”, para seguir con el conocido tema de James Blunt rebautizado como “Son pútridos “, continuando con “Su santidad tiene un pastón”, de Los Payasos de la Tele, hasta llegar al esperado “Manuel Machado”, sobre la pieza de Mike Oldfield y que fue muy cantada por todos los asistentes.
Y aunque en un principio hizo amago de irse, ante la insistencia de los presentes, se lanzó a tocar una versión acústica del “Flight of Icarus” de los Iron Maiden, tan sorprendente como lograda y que nos dejó a todos embobados, poniendo, así, el punto y final a esta velada, tras más o menos 80 minutos sobre las tablas.
Una vez más Juan Abarca supo entretenernos y divertirnos con todas sus cualidades, tanto de letrista como de músico, consiguiendo hacernos pasar un buen rato y disfrutar con sus ocurrencias, todo ello de manera amena y logrando que se nos pasará la velada en un suspiro.
Da igual las veces que le hayas visto en directo o que muchos de los temas te los sepas de memoria, lo cierto es que Juan Abarca nunca deja de sorprenderte ni de hacer que disfrutes con sus actuaciones; ojalá podamos volver a verlo pronto por aquí y, si tenéis la mínima oportunidad de verlo en vivo en vuestra localidad, ni lo dudéis.
Después de adquirir el disco del artista y de despedirme de algunos de los presentes, me fui rumbo a otros lares con la alegría de haber disfrutado de una gran actuación del cantante y escritor madrileño, en un sitio como el Rocambole, que, esperemos, le coja gusto a esto de hacer conciertos y tengamos, por tanto, otro local de referencia en Cantabria que nunca viene mal. Estaremos expectantes.
25/02/2023 
Txutxy Cano 
Sala Rocambole, Santander, Cantabria
