El pasado 14 de abril la banda cordobesa Viva Belgrado ofreció un concierto en la sala Lula Club de Madrid. Tras dos bolos anteriores en la capital con restricciones sanitarias, el público tenía muchas ganas por disfrutar de su directo con total libertad de movimiento.

El día anterior a la actuación, el grupo ya recordó mediante un post de Instagram la cuenta pendiente que tenían por ofrecer un concierto en absoluta “normalidad”. En 2021 organizaron un directo de forma sentada y en enero de 2022 volvieron con el público en pie, pero las mascarillas seguían siendo obligatorias. Así que ya era hora de disfrutar de su música sin ninguna limitación.

Los madrileños Biela fueron los encargados de abrir una noche intensa de música y emociones. Biela se trata de una banda emergente originada en 2019 y formada por tres chicos que se enmarcan entre el pop y el indie con algunos tintes de rock.

“Un día más”, uno de los temas con el que dan nombre a su primer álbum de estudio, fue el elegido para comenzar el directo, y siguieron en el mismo orden que el disco con “Mil ganas”.

Se podía intuir entre el público que no solo había gente por Viva Belgrado, sino que también eran muchos los seguidores de Biela. Así se sintió con “Todo va a ir mejor”, una de las canciones recientes publicadas a principios de este año. Al igual que con “TFG”, un canto generacional que levantó también a gran parte de la sala.

Con “Siento si” y “Tobogán” cerraron un directo con mucha energía, del que podemos intuir un futuro prometedor para esta joven formación en el panorama.

Llegó el turno de Viva Belgrado y con ellos un contraste total en cuanto a la iluminación del escenario. En vez de los típicos focos de colores, intermitentes y cambiantes, esta vez la luz blanca fue la gran protagonista. Una apuesta, personalmente creo que arriesgada, ya que el público no está acostumbrado a un escenario de este estilo, no obstante, pienso que nadie echó en falta las características luces de colores

Además, la formación se sigue caracterizando por tener una distribución peculiar en el escenario. Como siempre, el bajista Ángel se colocó de espaldas al público, dando la cara al batería Álvaro. Y a los laterales se encontraban el guitarrista Pedro y la voz principal y guitarra, Cándido.

Ese sutil tono flamenco perfectamente incrustado en el estilo musical del grupo llegó con “Un collar”, en el que unas leves palmas sonaban entre medias para dar paso a la distorsión de guitarra y a la voz desgarrada de Cándido.

Después, siguieron con ese último álbum tocando las envolventes “Vicios” y “Shibari emocional”, en las que el público se entregó en alma y piel como los artistas.

También hubo hueco para cantar uno de los temas que conforman el EP “Paralelos/meridianos”. “Un relato” puso patas arribas la sala con esas preguntas que no tienen respuesta.

El ritmo se volvió más acelerado cuando regresaron al disco “Flores, Carne”, del que tocaron “Báltica”, “De Carne y Flor” y “Madreselva”, con las que se formaron unos cuántos pogos entre una masa de público que iba de un lado a otro. Mientras, en el escenario, se podía apreciar un baile de guitarras y cuerpos en contraste con las luces blancas que los iluminaban.

Para terminar, como acostumbran ya en otros directos, los platos fuertes fueron “Gran Danés” y “Ravenala”, y con esta última se dejaron la piel en el escenario y fueron distorsionando el sonido hasta que terminaron el directo.

Como apunte curioso, hay que destacar que Viva Belgrado había preparado en su setlist como penúltima canción “Qué hay detrás de la ventana”, una oda al trabajo del artista en el que la banda se dice así misma que ojalá no pasen cuatro años para volver a sacar un disco. Pero el grupo tuvo que prescindir de este himno porque les avisaron de que tenían que terminar en pocos minutos. Y fue una pena porque ese tema se merecía su espacio en el escenario… Así que esperemos que para la siguiente sea posible.

La espinita de ver a este grupo sin restricciones se quitó totalmente y fue todo un placer ver cómo Viva Belgrado sigue en su línea, arriesgando y sobre todo dándolo todo a una: a la música. Esperemos que no pase mucho para que vuelvan a dejarnos la piel de gallina por estos lugares. “Que no nos falten las canciones”, por favor.