Bajo el nombre de ”Contra todo pronóstico”, y por sorpresa añadiría yo, Joaquín Sabina nos anunció una gira que acompañaba al lanzamiento del documental “Sintiéndolo mucho” de Fernando León de Aranoa. Sabina vuelve a la actividad, a los titulares de prensa, a reventar en cuestión de horas recintos que se le quedan pequeños en lo que parece suena a alegre despedida. Y digo lo de alegre por que como bien apuntillo el nada mas comenzar la primera de las cuatro fechas programadas en el Wizink Center de Madrid, era complicado imaginar este momento cuando la ultima vez que piso un escenario, precisamente en el mismo recinto, salió en camilla dirección a un hospital para ser intervenido de urgencia.

Al maestro se le veía muy feliz, a pesar de que visualmente ver como aparecía en escena dirección a una silla alta situada en el centro del escenario, y que no abandono prácticamente en todo el concierto más que para acomodarse en una más baja para un par de temas, no es precisamente una imagen idílica pero, hay ciertos artistas a los que se les puede perdonar una serie de cosas, se les DEBE perdonar, incluso la adaptación de algunos temas para que la maltrecha voz del de Úbeda sufra lo menos posible, algo que por momentos no se llega a conseguir.

Joaquín Sabina es más que un cantante, es un maestro de las letras, y eso le lleva a que sea tan interesante la presentación de los temas como las propias canciones, y es así como siguiendo las indicaciones de su teleprompter emociono a sus fieles con frases como “esta canción es para una queridísima amiga que también se nos fue, en cualquier caso no esto no es para llorar su muerte si no para celebrar su fantástica vida” para dar paso a “El bulevar de los sueños rotos”, por cierto, la bebida de la noche sobre su mesa “es agua, que vergüenza ¡con lo que ha sido una!”. Era previsible, y como el mismo reconoció, “hay que canciones que yo ya no puedo cantar” por lo que, para tomar un respiro, Sabina cedido el protagonismo total a su banda para que interpretaran “Yo quiero ser una chica Almodóvar”, a cargo de Mara Barros, que, por cierto, de locos la copla “Y sin embargo te quiero” que se marcó y que puso de pie a todo un Wizink Center, y “La canción mas hermosa del mundo” que corrió a cargo del sempiterno Antonio Garcia de Diego.

Sabina seguía recordando aquella fatídica noche que abandono el Wizink center en camilla, indicando que por fin había roto el maleficio de volver y dejando claro que “hoy, aquí, con ustedes, no me cambio con nadie”, y es que es de justicia el reconocimiento y el cariño que está recibiendo Joaquín Sabina en esta gira, y es así como debe ser, en un país en el que el deporte nacional es destruir ídolos tan rápido como los ponemos en su pedestal, hay maravillosas excepciones que hay que tomar como ejemplo a a seguir. “Princesa” despedía a Joaquín antes de los bises ya con un publico al que le sobraban las sillas por completo.

La vuelta se demoró algo mas ya que “El caso de la rubia platino” fue interpretada a las voces por el ex Alarma Jaime Asúa que cedió de nuevo el protagonismo al maestro de la noche para la última frase únicamente. Como os comentaba anteriormente, la gira tiene aroma a despedida, aunque ninguno desearíamos que fuera así, el propio Sabia antes de cerrar la noche con “Pastillas para no soñar” lanzaba un deseo al aire, “ojalá, ojalá, ojalá, que volvamos a vernos”, y es un deseo que compartimos todos, por el momento, ese ojalá es una seguro en 3 fechas programadas más en la capital, después…solo el tiempo lo sabe.