El concierto que hoy va a ocupar estas líneas viene a tener un significado como de punto de inflexión, de novedad, de reinicio. Y es que, servidor, que lleva la friolera de un año viviendo en Asturias, aún no había asistido a un concierto en sala, ni realizado una crónica en tierras del principado (exceptuando las del Tsunami Xixón de verano). Es por ello que, asistir a la sala Gong de Oviedo, también me supuso un añadido, pues no conocía este punto de referencia dentro de la escena musical de este reducto del norte.
En cuanto supimos de la gira internacional de Ignite, nos informamos de las fechas fijadas en el calendario, y fue esta de Oviedo en concreto la que mejor se ajustó a nuestras preferencias y disponibilidad. Con Flashback de teloneros, los cinco de California iban a calentar pero bien la noche ovetense, pues, un par de horas antes del bolo, supimos que habían colgado, literalmente, un cartel de “sold out” en la puerta, como pudimos ver por nosotros mismos al llegar.
Punktuales a más no poder, a las 21:00 vibraban las tablas con la salida de los cinco asturianos que forman esta banda, y a quienes yo ya estaba ansioso por ver, pues ya hubo una vez que, por cuestiones personales, se me escaparon, en el Tsunami 2023 cuando no pudieron actuar en las pistas de skate. En cambio, ya tengo bien conocido a Tiby, su frontman, pues su banda paralela, Me Fritos and the Gimme Cheetos, son unos asiduos frecuentes a los festivales de verano de medio país.
Flashback
De los dos discos que poseen en las estanterías y librerías, hicieron un gran repaso en los 45 minutos que las ondas estuvieron conectadas para ellos. Arrancando con “Y ahora qué”, continuaron con “Otra realidad” y “Soñar”, para que nos fuéramos dando cuenta de que el sonido de la sala, con Isaac a los mandos, estaba muy bien ecualizado, con unos ajustes muy limpios, y las voces y los coros perfectamente entendibles.
La iluminación de la sala, en cambio, fue predominantemente roja, provocando unas sombras oscuras durante gran parte del tiempo, si bien se dejaron ver algunos tonos más claros y encendidos en los focos. “Carroñeros”, uno de sus temas más conocidos, se coló a la mitad del set list, para ofrecer al público lo mejor de la banda justo en el ecuador, y a partir de ahí, “Cicatrices”, “Contra la pared”, “No te dejaré caer” y “Nueva dirección” fueron los nombres propios de su último disco (Balance, 2022) que nos hicieron saltar, botar y brincar.
Para ir rematando aquel primer acto de la noche, Tiby se vino arriba, se bajó a la altura de los asistentes y desde ahí entonarse unos coros y marcarse unos bailes, entre “Lucharé” y “Somos”, que respondieron encantados levantándole entre unos cuantos pares de brazos, y de esta forma, poner el punto y final a un bolo con sabor y presencia asturiana, que gustó mucho. Y como anécdota, la que dijeron respecto a que fue su primera vez en 20 años con un cartel de sold out.
Flashback
Entre medias de bolos, hubo un descanso como de media hora, en el que, además del incesante movimiento del público entre las barras y la salida, hubo también pinchada de temas míticos que conocemos de sobra, con bandas como Linkin Park, Bon Jovi, y Evanesence. Igualmente puntuales, a las 22:15 se fueron abriendo las puertas de las tablas superiores, y los californianos hicieron acto de presencia, uno por uno, con su frontman, Eli Santana, luciendo su melena en último lugar de aparición.
Con sus cinco álbumes de estudio como material de sobra para encendernos la llama de la noche, “Veteran” fue de las primeras bombas sonoras en caernos encima, y es que yo me atrevería a decir que es su tema más conocido, que quedó en un segundo lugar del setlist, algo que nos extrañó un poco a los presentes. “Poverty for all” tampoco faltó en estos primeros compases, y es que su estribillo y ritmo es bien conocido por todos los que colaboramos en que se colgase el cartel de “sin entradas”.
En este primer tramo del bolo, hubo un momento en el que la voz de Eli se fue un poco del compás, y se subió un poco la ecualización de la guitarra, y fue algo que ocurrió poco antes de que otro temazo como “Let it burn” nos abrazase con fuerza. “Bleeding” es otro de esos nombres propios de la banda, nacido en uno del que, para mí, es uno de sus mejores trabajos largos (Our Darkest Days, 2006). Le siguió su célebre y conocida versión de “Sunday Bloody Sunday” de U2, que unió en una única voz los coros de muchos de los asistentes.
Ignite
“Slow down” fue otro gran exponente de ese disco del 2006 del que hablaba un párrafo más arriba, y precedió a uno de los mejores momentos de la noche, cuando el bajista hizo un crowdsurfing hasta la barra, para disponerse a tocar desde allí, pero se encontró con la falta de entendimiento del público, que no supo captar la idea de que, además de él, también tenía que llegar su instrumento, algo que no ocurrió. “This day” fue conformando el final del set list, y por tanto, también de la propia noche de punk que teníamos sobre nosotros.
Hubo algunos momentos en los que las guitarras estuvieron por encima de la voz, y ya de cara a ir alcanzando el punto de despedida, “Run”, un tema de su segundo álbum, fue de los integrantes de la traca final, durante los cuales, Eli se soltó la melena. Con “Fear is our tradition” protagonizó un crowdsurfing entre el respetable, y con “Live for better days”, no dudó en bajarse al público para estar con sus acérrimos mano a mano. Y fue así como, con todo ese subidón, alcanzamos casi sin darnos cuenta el final del espectáculo, que nos llegó de lleno a las 23:30, de una forma tan redonda como los dos directos que vimos reunidos en esta misma sala.