En un principio el concierto de la banda brasileña Soulfly se tenía que haber celebrado en el Kafe Antzoki de Bilbao pero por problemas burocráticos en cuanto al aforo permitido, los organizadores se vieron obligados a buscar una nueva ubicación, siendo finalmente la Rock Star Live (Barakaldo), la privilegiada de albergarlo.

Una hora antes de la apertura de puertas ya se respiraba un buen ambiente en las proximidades de la sala, muchos seguidores con camisetas de la banda aprovechaban para coger fuerzas y calentar motores en las cervecerías del centro comercial, sabedores que lo que vendría después iba ser un derroche de energía considerable.

Así lo fue, tuvimos la oportunidad de presenciar una tremenda descarga de los brasileños, que por fin ofrecieron un show largo e intenso. Atrás quedan esos conciertos en los que un servidor y creo que muchos hemos salido un poco decepcionados de los mismos por la poca entrega y duración. Esa noche volvimos a recuperar la ilusión por la banda y es que lo que pudimos contemplar fue a unos músicos entregados, dando todo de si y confirmando su sensacional estado de gracia.

Antes de la descarga del grupo liderado por Max Cavalera saltaron a escena Incite, el grupo de su hijastro, Richie Cavalera, que en menos de media hora puso la sala patas arriba.

A pesar de tener solamente un Ep en el mercado los de Phoenix no se anduvieron con chiquitas e incitaron al público a que se desinhibiera por completo, pidiendo que llevaran a cabo movimientos como pogos e incluso retando a hacer un círculo. Unos cuantos se animaron provocando que muchos otros optasen alejarse para verlo más pausadamente. Tan bien lo hicieron que fueron despedidos con una merecida ovación.

A escasos minutos del comienzo de la actuación de Soulfly la sala presentaba una estupenda buena entrada, ¾ de su aforo y es que muchos, como he tenido la fortuna de comprobar en otros conciertos, prefieren pasar de los teloneros y apurar hasta los últimos compases. A veces no saben lo que se pierden, una entrega y entusiasmo superior al de los grupos estrellas de la noche.

Poco hubo que esperar para que los brasileños Soulfly hicieran acto de presencia sobre las tablas. Max Cavalera (guitarra/voces), Joe Nunez (batería), Marc Rizzo (guitarra) y Bobby Burns (bajo) visitaban de nuevo Euskadi en su gira de presentación de su sexto trabajo de estudio “Conquer”, el cual fue grabado en los estudios Porch de Florida con la participación de músicos de la talla de David Vincent (Morbil Angel) y Dave Peters (Throwdown). Esta vez se hizo un poco extraño verles actuar en otra sala puesto que en anteriores visitas siempre han optado por la magnífica sala Jam de Bergara.

Entrando más de lleno en la actuación, los brasileños estuvieron sembrados, desde el comienzo consiguieron imprimir un ritmo endiablado que provocó rápidamente una buena respuesta por parte del público, en las primeras filas se vivió un autentico infierno, un continuo movimiento que dificultaba la tarea de quienes querían una foto de su tan amado ídolo, Max. Yo lo pude vivir en persona y creerme que era salvaje e inaguantable.

Tras una Intro “Blood Fire War Hate”, “Sanctuary", un tema de Calavera Conspiracy, con el que abrieron esa noche, mostrándonos a unos músicos muy compenetrados y entregados a sus fans, tras ésta, nos transportarían al pasado con “Prophecy” y “Primitive” comenzando una verdadera lección de destreza. Los potentes riffs fueron perfectamente acompañados por una base rítmica arrolladora, consiguiendo su evidente propósito, el de alterar el estado normal de cualquiera, tan salvajes discurrían los sonidos que hacían templar por momentos el suelo de la sala, el mismo parecía que iba a ceder, viniéndome rápidamente a la memoria la catástrofe que sucedió hace muchos años en el concierto Bad Religion en Oiartzun. Menos mal que al final no ocurrió nada.

No tardo en llegar el recuerdo a la banda que dio a conocer mundialmente a Max, Sepultura “Refuse/Resist” y con la que muchos sueñan y esperan vuelva a reunirse. No fue la única en sonar, también interpretaron su clásico “Roots Bloody Roots” siendo sin duda el momento más álgido de la noche. Tan buen rollo había que Max invitó a una chaval a subirse y que le ayudará a tocar los timbales en “Molotov”, siendo la envidia de muchos.

No interpretaron muchas composiciones de su último trabajo pero las que cayeron, tales como “Fall Of The Psycophants” y “Unleash” dejaron muestras de la buena evolución de la banda, en cuanto a madurez y creatividad musical. Inesperada fue “Red War”, la canción incluida en Probot el proyecto de Dave Grohl, en la que Joe Nunez estuvo incombustible.

El reciente single “Unleash” dio paso a los bises “Roots Bloody Roots”, “Napalm Death” y “Eye For An Eye”, pero antes de ejecutarlos Joe nos deleitaría los oídos con un estupendo solo de batería, pidiendo la colaboración del respetable.

En la parte final  Marc Rizzo cautivo a la parroquia con unos acordes del “Creeping Death” (Metallica), dejándonos con la miel en los labios.

No fui el único que salio eclipsado del buen hacer de los brasileños y es que viendo la cara de felicidad de la mayoría de sus seguidores al final del show, creo que la opinión generalizada fue rotunda y unánime, Soulfly triunfaron en Barakaldo. Una actuación que será recordada durante mucho tiempo por la entrega en directo y profesionalidad de sus músicos.

Esperemos que vuelvan muy pronto por nuestras tierras, mientras tanto les esperaremos con los brazos abiertos.