“Hola Madrid!!!” “Estáis preparados!!!! ¡¡¡¡Estáis preparados!!!! ¡¡¡¡Estáis preparados!!!!” “One, two, three, four…” y ya estaría, “Lonesome day” daba el pistoletazo de salida a otra noche del predicador Bruce Springsteen. Y es que los conciertos del de Jersey son liturgias sagradas, van más allá del bien y del mail, no hay libro sagrado, únicamente un teleprompter para que jefe no tenga problemas con el sermón, y es que ya es una edad, setenta y cuatros vueltas al sol, y mal que me pese decirlo, aunque esto de la chuleta no es nuevo, se le va notando, y eso si que es un dolor en el corazón, comprobar que puede que estemos ante la última visita a nuestro país del más grande entre los grandes.
Bruce Springsteen
Pero como esto va de disfrutar, vamos a dejar las penas y los “…y si” para otro momento. Las dudas sobre si el jefe estaría en condiciones de dar los conciertos en nuestro país tras las recientes cancelaciones en el país vecino quedaron disipadas cuando uno a uno los chicos de la calle E, con sus vecinos mas recientes, fueron apareciendo sobre el escenario.
La voz de Bruce empieza a estar tocada, pero mantiene el tipo durante las tres horas sin problema, tres horas, cuantos pseudo músicos jovenzuelos quisieran, muchos no pueden ni tocar la mitad por que se cansan. Pero es tipo este hecho de otra pasta, esta bendecido, bueno, yo creo que el mismo se bendeció en su momento, por que el lo vale. Incluso un recinto como el Wanda, con un sonido masque regular, se amedrentaba ante el jefe sonando mejor en cualquiera de las veces que yo lo haya pisado, que no quiere decir que el ECO habitual no hiciera de las suyas, que sí, pero menos, o yo estaba a otra cosa.
Bruce Springsteen
No os voy a contar Setlist porque son los típicos detalles que podéis ver en cualquier sitio, además, es casi lo de menos, lo bueno es disfrutar del jefe, haciendo rock, el solo con su guitarra en plan íntimo, atreviéndose incluso con la música negra con el acompañamiento de ese coro de voces con toques góspel que te dejan boquiabierto, madre del amor hermoso Curtis ¿Cómo se puede tener ese terciopelo en la voz?, que bestialidad de “Nightshift” por favor. No hay pelea, ni discusión, pero esta claro que el segundo de la lista en cariño esta “el pequeño” Van Zandt, que sigue siendo su fiel escudero, su mano derecha y su bastón para caminar y eso hace que el cariño del respetable sea reverencial también hacia su persona, aunque no se quedan lejos Nils, Roy, Gary y el increíble Max, y es que ya son casi como los tíos de fuera que vienen a casa a la cena de Navidad, incluso diría que los queremos más.
Bruce Springsteen
El sermón de tres horas de duración pasa de la apoteosis inicial, a una parte algo más íntima que puede no ser apta para esos que van por el “yo estuve allí” para posteriormente terminar como un auténtico ciclón. Y es que la ultima hora de ayer es para enmarcar. Te pone la piel de gallina ver como con las luces totalmente encendidas de un Wanda Metropolitano lleno hasta la bandera, las dos que adornaban su escenario, una americana y una española, el chico de barrio hacia lo que le daba la gana con 55.000 personas.
Ahora cantáis, ahora levantáis las manos, ahora aplaudís…es su religión, es su palabra, bendito sea. Cuando parece que era momento de irse al ritmo del “Twist and shout” lo que hace es despedir uno a uno a sus discípulos, los mas allegados, esos que le siguen en su peregrinar diario, estrechando la mano y dando abrazos, para quedarse completamente solo sobre el escenario en un recinto nuevamente a oscuras en el que solo se pudiera sentir su harmónica, su acústica y una voz cálida diciéndonos que “nos vera en sus sueños”. No señor, no se equivoque, los que vamos a seguir viéndole en nuestros sueños somos nosotros a usted, ahora y en la hora de nuestra muerte…AMEN.