Ya vamos mediando el mes de mayo, como quien no quiere la cosa, y llegaba otro fin de semana, que empezaba, para mí, en lo musical, en el Rock Beer The New de Santander, en donde, esta noche, íbamos a tener la visita de los bilbaínos Amann and the Wayward Sons, una banda que se iba a presentar en la sala cántabra en solitario, pero ofreciéndonos una extensa actuación y de mucha calidad.
Este grupo se crea en el año 2016 y está formado por Pablo Amann, voz y guitarra, Israel Santamaría, teclados y coros, Jon Ander Madina, bajo y coros, y Txema Arana, batería, los cuales han editado cuatro discos de estudio, “Free soul”, del 2018, “Drive home”, del 2019, “Hymns of hope and rage”, del 2022, y “When the day goes slow”, del pasado 2024, además de un directo llamado “Live in Bilbao”, del 2021.
Pese a que había poca presencia de gente cuando llegué, aquello se animó, aunque no tanto como se podía esperar, cuando la banda, con una exquisita puntualidad, comenzó su concierto con esa intro llamada “Intro devil”, con la que sus músicos subieron al escenario y empezaron a trastear, para dar paso a “Devil knows my name”, el tema que abría su anterior disco, el cual empezó lento y machacón, mostrándonos un corte pegadizo, con un buen sonido guitarra y que resultó muy constante y poderoso.
Sin casi pausa, continuaron con “Free soul”, el corte que daba nombre a su ópera prima, el cual comenzó con el sonido de batería, haciéndolo de manera relajada, pero con clase, ofreciéndonos un tema quedón y movido, en donde hubo espacio para el lucimiento primero de la guitarra y luego de los teclados, concluyendo con un intenso final, para pasar a saludarnos y mostrarse encantados de estar aquí, anunciando que harían un repaso por toda su discografía, prosiguiendo, tras cambiar la guitarra por una resonadora, con “In the cove of the dead corpses”, también de ese primer álbum, una canción que empezó con el sonido de los teclados, seguido por una guitarra tranquila, que fue ganando fuerza progresivamente y energía, contando un solo de teclados y un muy buen sonido, calmándose al final con elegancia.
Amann & The Wayward Sons
Tras un nuevo cambio de guitarra, nos comentaron que iban a tocar algunos temas nuevos, como era el caso de “Mystery woman”, el cual empezó con fuerza y de manera animada, siendo un corte muy pegadizo y con partes potentes, en el que hubo momento para un muy buen solo de teclados, siendo precisamente estos los que dieron paso a “I have to change to stay the same”, de su último trabajo, una pieza que comenzó calmada y con uno muy buenos coros, intensificándose por momentos, dejándonos una canción quedona y movida, que se relajó para que diéramos palmas y coreásemos, antes de volver a coger mucha energía.
Llegaba el momento de una versión, en este caso del “Bright lights” de Gary Clark Jr., un tema que tuvo un inicio con ese sonido seco de guitarra, pasando a ser un corte con un ritmo animado y un estribillo quedón, además de muy movido, contando con un gran solo de guitarra y acabando de forma muy machacona, tras el cual se refrescaron y continuaron con “Till the end of the world”, de su ópera prima, que Pablo dedicó a la persona que le sigue hasta el fin del mundo, una pieza que empezó relajada, muy calmada y con un aire dulce, intensificándose levemente en el estribillo, dejándonos una bella canción, con sentimiento y que fue acabada con delicadeza.
Después de un nuevo cambio de guitarra, regresaron a su anterior obra con “Under pouring rain”, un tema que fue iniciado por la batería, con mucha fuerza y que resultó ser un corte animado, además de pegadizo, el cual contó con un solo de bajo antes de uno de guitarra y que nos dejó con una juguetón final, para ser unido con “Feel it in my bones”, compañera del anterior en ese mismo disco, una pieza con un ritmo movido, muy quedona y contagiosa, que tuvo un buen solo de guitarra y un gran final.
Pablo recuperó su guitarra resonadora, para regresar a este último trabajo que venían presentándonos, siendo el turno de “Filthy train”, un tema que empezó con unos teclados relajados y luego ser la guitarra la que hiciese que cogiera más intensidad progresivamente, un corte con un aire misterioso y un pegadizo estribillo, pero manteniendo ese tempo, para dar paso a un solo de guitarra, calmándose el mismo y ofreciéndonos un solo de teclados, antes de endurecerse de nuevo.
Un nuevo cambio de guitarra nos llevó al tema que da nombre y abre su actual disco, “When the day goes slow”, recordando que tenían un puesto de merchán y agradeciendo a la gente que los acompañaban, siendo un corte que se inició con un ritmo quedón y animado, teniendo un sonido constante y en el que su guitarra bajó a tocar entre el público durante el solo de guitarra.
Amann & The Wayward Sons
Muy guitarrera comenzó “Interstellar trip”, de su ópera prima, una pieza movida y quedona, además de con ritmo, parándose y haciendo sonar una grabación de fondo, a la vez que mantenía el tempo, antes de recuperar la fuerza e intensidad previa de esta buena canción, para pasar a tocar una versión de Julián Maeso, “Someday maybe someday”, un gran artista, según reconoció la banda y del que dijeron que tenían mucho que aprender, dedicándosela a él y a nosotros, un tema con energía, pero que luego fue relajándose, aunque con un ritmo poderoso y cogiendo más potencia paulatinamente, siendo un corte pegadizo, que se sosegó antes de un brillante solo de guitarra y un no menos lúcido de teclados, sirviendo como presentación de los músicos y volviéndose más eléctrico de nuevo.
Continuaron con otro tema no publicado, “Show up around”, con el que esperaban que bailásemos, el cual resultó muy movido inicialmente, ofreciéndonos un corte pegadizo y machacón, con un breve solo de batería, para recuperar el estribillo y acabar en seco, siguiendo su velada con “The difter”, una pieza que tampoco tienen editada y que empezó rápida y con fuerza, mostrándonos una canción con mucha intensidad en el estribillo y con un solo de bajo, mientras su cantante utilizaba temporalmente un magnetófono, además de contar con una importante presencia de los teclados y dejarnos con un explosivo final.
Después de un nuevo cambio de guitarra, nos anunciaron que ya iban acabando y que estaban hartos de tantas mentiras, siendo el momento de “Lies”, un tema que estaba en su ópera prima, pero que le han dado otro aire para cerrar su actual disco, comenzando con una locución grabada, siendo un corte que tuvo un sonido guitarrero, pegadizo y con un brillante sonido de guitarra, el cual fue cantado con fuerza y en el que hubo un buen solo de teclados.
Turno ahora para la última pieza que han subido a redes este mismo año, “Too good to be true”, la cual tuvo un inicio juguetón y que fue cogiendo fuerza, con un estribillo muy pegadizo y quedón, de esos que se te quedan grabado, para dar paso a un gran solo de guitarra, parándose después para que todos coreásemos y diésemos palmas, antes de que los teclados diesen otro grado de intensidad a la canción y con la que se despidieron momentáneamente.
Amann & The Wayward Sons
Sin embargo, ni la banda ni los presentes queríamos que aquello concluyese y tras consultar con la dirección de la sala si había tiempo, con el beneplácito de la misma, nos reconocieron como sus héroes, siendo el momento de tocar “Heroes new”, de su segundo disco, agradeciendo a los presentes nuestra asistencia y a Juan, del Rock Beer The New, el trato recibido, una pieza que empezó con mucha fuerza y potencia, siendo, además, muy guitarrera, con partes calmadas y otras más intensas, antes de relajarse en su parte central, para luego ir recuperando energía y terminar con un ritmo movido y quedón.
Con Pablo recuperando su guitarra resonadora, era el turno de su versión de “Lonely boy”, de The Black Keys, agradeciendo ese respetuoso silencio con el que habíamos escuchado el concierto, animándonos a gritar con ella, contando con un inicio movido y con ritmo, siendo un tema muy pegadizo y bailable, con esa parte para que diésemos palmas, dejándonos un corte con mucha intensidad, muy coreado y con un buen solo de guitarra.
De esta manera y tras estar sobre el escenario casi dos horas, concluía esta actuación de Amann and the Wayward Sons, los cuales nos ofrecieron un concierto con mucha clase y estilo, demostrando la maestría de sus integrantes, que no solamente se basaron en exhibir sus contrastadas habilidades, sino que lo hicieron con una música de calidad y con la que lograron llegar a los allí congregados.
Y es que la música, tal y como yo la concibo, te tiene que llegar muy adentro y ha de tener sentimiento, además de calidad, y lo que nos ofreció esta banda bizcaína rebosó de ambas cualidades, dejando pinceladas más que evidentes del virtuosismo de sus componentes, pero siempre teniendo a la canción en si como verdadero eje central de su propuesta musical.
Sin duda alguna, una banda de mucho nivel, estos Amann and the Wayward Sons, que nos regalaron una gran actuación y a los que os animo vayáis a ver en directo, en cuanto tengáis la posibilidad.
Después de adquirir el último cd de la banda y tras saludar a algunos de sus integrantes, me fui del Rock Beer The New, en donde la actividad musical nunca tiene fin, después de disfrutar con la propuesta de este cuarteto, que hizo que entrase en el fin de semana con una sonrisa de oreja a oreja, gracias a lo allí vivido, ya que solo falto un poco más de asistencia de público, pero todo lo demás salió a pedir de boca. Gracias al grupo y a la sala por esta velada.