La Peraleda nos recibía un año más para celebrar dos jornadas del Toledo Beat Festival, una auténtica fiesta dedicada a los sonidos indie que, en esta edición, se consolidó como uno de los eventos de referencia del país, colgando el cartel de AGOTADO. Y no era para menos: tanto el entorno como el cartel, repleto de los nombres más destacados del panorama Indie actual, hacían presagiar un éxito rotundo. Solo podrían haberse añadido un par de nombres más para hacerlo insuperable, aunque eso ya entra en el terreno de los gustos personales.
Si bien escuchamos algunas quejas sobre la entrega de pulseras y los traslados, cuestiones que no podemos confirmar ni desmentir, la organización dentro del recinto fue impecable en todos los aspectos, incluyendo uno de los retos más difíciles de cualquier festival: el respeto a los horarios. Pero vamos al grano, porque hay muchos nombres de los que hablar, para bien y para no tan bien, y por qué no decirlo, quizá comentarios que generen cierta polémica o, al menos, distintas opiniones.
Ambiente
La fiesta comenzó con dos bandas "fuera de concurso": Hey Kid y Besmaya. Por decirlo de alguna forma, ellos fueron como ese equipo modesto de la Copa del Rey que, por azares del sorteo, termina jugando en el Santiago Bernabéu. Alguien tiene que abrir el festival, y seguro que para ellos fue una gran oportunidad. Eso sí, el hecho de actuar un viernes a las 18:00, bajo una intensa lluvia y mientras el público se resguardaba en las carpas de recarga de tarjetas o bailaba con un DJ que jamás había tenido tanta audiencia, no jugó precisamente a su favor.
Besmaya
Realmente, el Toledo Beat arrancó a las 20:00 con Zahara, que logró reunir a un nutrido grupo de personas dispuestas a saltar, bailar y corear sus canciones. La artista de Úbeda, expresiva y gran comunicadora como de costumbre, consiguió espantar la lluvia y los malos rollos, incluso cantando desde uno de los aseos portátiles del festival situados junto al escenario. Su propuesta, una mezcla de indie, pop y ritmos electrónicos quizás algo excesivos, provocó la primera gran ovación del evento. Ni su hijo pudo contenerse y, desde las primeras filas, le lanzaba besos y la llamaba emocionado, lo que provocó que Zahara bajase del escenario para saludarlo. Unas primeras filas que pudieron chocar la mano a una Zahara radiante cuando bajo a saludar a su público.
Zahara
A las 21:15 llegó una grata sorpresa para quien escribe estas líneas: Miss Caffeina. Aunque es una banda que siempre me ha parecido algo irregular, en directo ofrecieron una actuación de menos a más que terminó siendo uno de los primeros grandes momentos del festival. Muy sobrios, con un Setlist muy acertado y liderados por un impecable Alberto a la voz, se ganó su propio cántico personalizado. Concierto muy bueno en todos los sentidos, técnica y visualmente con una proyecciones traseras acordes al show. Gran acierto del festival. Con Miss Caffeina.
Miss Caffeina
El plato fuerte del viernes fue sin duda La La Love You, una banda cuya popularidad ha crecido como la espuma en los últimos tiempos gracias a su pop desenfadado y apto para todos los públicos. Son ese tipo de grupo que recurres cuando necesitas una sonrisa. Llevan ese buen rollo al escenario con un show festivo lleno de sorpresas: teléfonos hinchables para pedir pizzas, pelotas de aire en las que Roberto se mete dentro para ser paseado por el público, y cómo no, las pizzas lanzadas desde el escenario… de gomaespuma, por supuesto. Una actuación tan divertida como entrañable. Verlos en directo es, sin duda, un planazo.
La La Love You
Lori Meyers tenían la difícil tarea de mantener ese ambiente festivo, y no fue problema para Noni, acostumbrado a ser el puto alma de todas las fiestas, aunque en esta ocasión se mostró algo más comedido de lo habitual. Algo extraño en él, sí, pero que no le impidió ofrecer su habitual despliegue de carisma. A pesar de ser viernes y que muchos asistentes venían directamente de sus trabajos, nadie se movió del recinto: nadie quería perderse a una de las bandas más emblemáticas del indie nacional y una vez mas no defraudaron, cuando terminaron su tiempo el público continuaba mojado pero esta vez por el sudor de una intensa jornada, mejor que un día de gimnasio.
Un servidor ya había tenido bastante fiesta por un día y, como no soy muy amigo de los DJS, decidí emprender el regreso para recargar energías. Porque lo del sábado… eso sí que prometía ser un gran día.