Prácticamente dos años después, por unos días no lo son, volvía al mismo lugar, aunque con distinto nombre, con el mismo protagonista, Don Joaquín Ramon Martinez Sabina. Estamos de despedida, triste y alegre, “Hola y Adiós”, que puto canalla, que arte tiene hasta para poner nombre a su retiro, esto es una fiesta por mucho que nos duela saber que se nos acaba eso de darle a F5 como locos para “ocupar tu localidad” en la nueva gira de Sabina. Por el momento, vamos a reír, ya tendremos tiempo de llorar, lo que toca ahora es disfrutar el hoy antes de dejar caer el telón.
Están claros los motivos de la despedida pero aun asi, siempre en una gozada disfrutar del maestro, y somos muchos los que pensamos asi, tantos como para que un comienzo con el video clip completo de “El últimos vals”, lo que es, y posiblemente será, su último tema, fuera coreado y cantado como si el estuviera ya sobre el escenario, algo que sucedió unos minutos después, con una tremenda ovación, con “Yo me bajo en Atocha”. “Buenas noches, gracias por venir ¡Por fin en Madrid!”, para que queramos más, si necesitabais alguna muestra de que los cimientos del Movistar Arena son my consistentes, aquí la tenéis, “Ya sabéis que está en mi última gira pero por suerte aun me quedan algunos conciertos mas en Madrid, la ciudad, no donde nací, pero si donde elegí vivir y la que le debo absolutamente todo lo que soy, incluidas mis canciones”, ya tenemos refugio antinuclear.
Joaquín Sabina
Son muchos los que van amagando, jugando al escondite con un “que me voy” que luego resulta mentira, pero no sé porque, tengo la sensación de que en este caso en concreto es cierto, y todo eso teniendo en cuenta que en esta ocasión he visto al maestro mas mayor pero mejor en todos los aspectos, que eso no quita el que con toda la lógica del mundo decida que hasta aquí, ha llegado el momentos de descansar. El cambio de tono en algunos de sus clásicos no los hace menos emocionales, y si no vivir por vosotros mismo un “Calle Melancolía” y me decís que no se os pone hasta el ultimo pelo de punta. Esa es otra, el Setlist, brutal, vale que como no podía ser de otra forma se quedan fueran mil clásicos pero, chapeau por la elección, esa trilogía que comenzó con la antes mencionada a la que siguieron “19 días y 500 noches” y “¿Quién me ha robado el mes de abril?” es como para sacarse el bombín y alzar el whisky para brindar por este tipo.
Muy curiosa resulto su anécdota con Chavela Vargas, a la que conoció en Madrid un día que fue a verla cantar y en la que le dijo que “vivía en el bulevar de los sueños rotos, y yo pensé que me estaba regalando un maravilloso verso para una canción asi que seguí escribiéndola. Tuve la suerte y el honor de poder cantársela a Chavela en vivo y mirándola a los ojos”, mientras en la pantalla trasera salían imágenes ambientada en México finalizadas con una dedicatoria y firma que decía “Te amo Joaquín, tu amiga. Chavela”, lo que hubiera dado por vivir ese momento, a ver si da tiempo antes de que desaparezcamos todos e inventen la dichosa maquinita para viajar al pasado, ya tengo otra fecha mas apuntada, hala.
Joaquín Sabina
Donde no llega el maestro esta la banda, desde una impresionante Mara Barros, que tan pronto te hace un “Camas Vacías” como te canta “Y sin embargo te quiero” por copla, pasando por Jaime haciendo “Pacto Entre Caballeros”, aunque eso si que es un pastel envenenado, tener en tu voz la responsabilidad de uno de más grandes clásicos de Sabina, es mucho que perder y poco que ganar, y la verdad es que aunque la recepción es muy buena por parte del público, deja un regusto amargo el no poder, y digo bien, no se puede, disfrutarla en la voz que la hizo una de las canciones más míticas e inmortales de nuestro Rock. Antonio también tuvo su momento a las voces en “La Canción Mas Bonita Del Mundo” como primer bis de la noche, que por cierto, maestro, que no se nos pase por alto a ninguno, a usted también, Don Antonio Garcia de Diego, muchísimas gracias por todos estos años regalándonos su arte, que tenga usted un maravilloso retiro.
La emoción embargo a nuestro querido Sabina que, a duras penas, pudo contener las lágrimas, pero ¡Qué demonios! Si es que a nosotros también se nos hizo un nudo en la garganta cuando volvimos a recibirle para que nos regalara los últimos temas de la noche coronados con “Princesa”. Que privilegio el poder aun disfrutarle en directo y que autentica lastima el saber que esa voz cazallera y rota por los excesos se apagara para siempre dentro de muy poco, demasiado poco teniendo en cuenta que no hay ni habrá nadie como él, puto tiempo este que va pasando inexorablemente y que hace que cada vez tengamos menos disco duro libre en la cabeza, pero, afortunadamente, mientras no se nos rompa seguiremos tirando de ella para decir “¿Te acuerdas de ese tipo de Úbeda que eligió Madrid para tocar el cielo?”