El Real JardÃn Botánico Alfonso XIII, Madrid, Madrid
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Se abre la temporada de Las Noches del Botanico para Insonoro, el que es, sin ningún lugar a dudas, uno de los mejores festivales del país nos recibía un año mas para disfrutar de la mejor música en un entorno privilegiado. Como no podía ser también, valga la redundancia, llego el concierto de la tormenta, no hay Botanico sin incidencia meteorológica pero en este caso, al de arriba se le fue la mano y además de las dos tremendas descargas de agua que obligaron a los asistentes a refugiarse en cualquier sitio cubierto, el cielo se venía abajo con unas bolas de granizo del tamaño de pelotas de ping-pong. Lo que si nos permitió descubrir esta borrasca es un detalle mas de calidad de este festival, a la entrada se iba entregando a cada asistente un chubasquero de bolsa para protegerse, chapeau.
La meteorología impidió que disfrutáramos de Red Moon Yard, la banda encargada de abrir el concierto que fue reprogramada hasta en dos ocasiones antes de llegar al desenlace final, algo por cierto, mas que esperado, evidentemente. Esta circunstancia no afecto en exceso al respetable que, una vez despejado el cielo, disfruto un rato mas del entorno, la comida y la bebida, asi como la distendida charla con su, o sus, acompañante, que por cierto, no creo que llegue a entender jamás para que pagues un concierto y estas el noventa por cierto del mismo hablando, a gritos, contándole tu vida al lado, o en la barra, pasando completamente de lo que sucede en el escenario. Debería rellenarse un cuestionario antes de salir de los conciertos con preguntas del mismo y el que no lo aprobara multa, porque no importa si pasan del show, importa que joden a todos alrededor.
Duncan Dhu
Con paso firme y calmado aparecía por fin sobre las tablas del Botanico Mikel Erentxun, un artista que no tiene nada que demostrar a nadie y que pisa el escenario como el que va al super, y es que su sola presencia bajo ese sombrero ya consigue llevarse a su publico de calle, pero si además en el cartel el anuncio es de Duncan Dhu, tienes mas de tres cuartos de concierto hecho. Desde que el donostiarra entona la primera nota de “Capricornio” aquello se viene abajo y da igual lo mojado que se encuentre el césped artificial que cubre la pista o si al andar aquello chapotea o salpica, lo que realmente importante es que allí la gente se dejaba la voz haciendo los coros a estos “Duncan Dhu”.
Esta gira nos deja la pena de la no participación de Diego pero, a veces las razones vencen a las ganas y no ha podido ser. Lo que si puedo ser es comprobar como la música de los 80 y 90 sigue más viva que nunca y por mucho “artista” nuevo que aparezca donde se ponga un concierto revival con esos tema quemados hasta la saciedad que salen el todas las listas de karaoke del país, que se quite todo lo demás. Y eso lo sabia Mikel, y cada vez mas artistas, y por eso ha querido hacer este regalo a sus seguidores más fieles volviendo a recuperar la esencia de esa banda que marco a tanta gente. “Rosa Gris”, “A Tu Lado”, “Mundo de Cristal”, ¿quién no ha cantado esos temas mas de una vez?, el público estaba disfrutando muchísimo y su mente se llenaba de recuerdo de juventud de los que salen a la luz al escuchar una canción, la magia de la música.
Duncan Dhu
Mikel no es muy de hablar, de hecho creo que no lo hizo hasta casi llegado el final del show donde se lanzó explicando a su público la historia detrás de “El Rio Del Silencio”, el primer bis de la noche, y es que el tema que apareciera en “El Grito Del Silencio”, según nos comento el donostiarra, genero un cisma en el estudio ya que el productor no quería que apareciera en el disco pero fue Diego el que impuso su voluntad y finalmente quedo registrada en el mismo, pero el grupo más allá de tocarla en esa gira la metió posteriormente en el cajón para, incluso, considerarla un tema tabú, hasta ahora que tras la interpretación Mikel exclamo un “Diego tenia razón”. La traca final con “No Puedo Evitar Pensar En Ti”, “Esos Ojos Negro”, “Jardín De Rosas”, “Cien Gaviotas” y la despedida con una enorme sonrisa en la cara de “En Algún Lugar” que hizo saltar por los aires “ese lugar”.
Han pasado cuarenta años, que se dice pronto, pero la esencia sigue estando, el espíritu es el mismo y las canciones, pues eso, las canciones, eran, son y siempre serán, un enorme libro de recuerdos de toda una vida de mucha gente, resumiendo, un retrato de días felices y no tanto, de vivencias, de eso que queda al final del camino cuando todo se funde a negro y esos momentos siguen ahí por que son inmortales.