El viernes amaneció con un día aún más caluroso que el anterior. Diversas adversidades se nos presentaron durante el día, lo que nos obligó a retrasar nuestra llegada a Santa Coloma hasta bien entrada la tarde. Con unos 35°, llegamos justo para ver finalizar a La Gripe y Tú, en ese momento, el tema "Juliete" sonaba en el escenario del Stage Fest.
Acabando su actuación, nos dio tiempo para asentarnos y estar listos para presenciar uno de los platos fuertes del día: la presentación de los suecos Hellacopters. La banda, fortalecida, comenzó a lo grande con "Token Apologies" de su LP "Overdriver". "Toys and Flavors" encendió a los allí presentes con ese rock de garage de principios de los dos mil, de su disco "High Visibility", con el que su cantante y guitarrista, Nick Royale, se dejaba la piel, ataviado con su mítico sombrero de oficial. Continuó con "By the Grace of God"; estaba claro que se iban a entretener y, seguidamente, cayó "Carry Me Home", ambas de su gran disco "By the Grace of God".
“So sorry I could die” bajo un poco la intensidad, con este tema mostraban su lado más blusero, con ciertos toques soul que quedaban que ni pintado con la que estaba cayendo.
“The Devil Stole the Beat From the Lord” nos devolvió a ese garage rock con pinceladas stonianas con las que esta banda se hizo famosa en sus inicios. Como si de una apisonadora con la marcha puesta y sin freno se tratara, pusieron fin a su actuación con la legendaria “I’m in the Band”, un tema rockanrolero donde los haya, que nos dejó con ganas de más. Esperamos con ansias que vuelvan pronto, a poder ser con gira propia.
Hellacopters
Sin prisa pero sin pausa, nos dirigimos al otro escenario para presenciar el evento del año para muchos de los allí presentes, que no era otra cosa que la actuación de los alemanes Running Wild. Los piratas desembarcaban tras muchos años sin pisar tierras catalanas.
Últimamente, los de Rolf Kasparek no se prodigan mucho por los escenarios y esta ocasión era muy esperada por sus fieles. Con un barco pirata en la pantalla, comenzó la potente "Fistful of Dynamite". Con Rock 'n' Rolf enfundado en su mítica casaca y pañuelo en la cabeza, comenzaron el abordaje.
La sorpresa llegaba con "Fistful of Dynamite" de su álbum menos reconocido, "Shadowmaker".
El fuego llegó con los cañonazos de "Bad to the Bone" y "Riding the Storm" de su aclamado "Death or Glory". Las pantallas emitían imágenes de tesoros, calaveras piratas y toda clase de elementos que caracterizan a los germanos. "Locomotive" nos trasladaba de nuevo a su disco "Shadowmaker". Un solo de batería a cargo de Michael Wolpers desencadenaba en la descarga “De Little Big Horn” con el que repasaron su mítico “Blazon Stone” de 1991fue el siguiente. Las llamas calentaban la ya de por sí noche cuando “Branded and Exiled” daba un fiel repaso al disco del mismo título. El público, muy entregado a pesar del desgaste que muchos llevaban debido a la ola de calor que arrasaba el recinto, aguantaba como acérrimos tripulantes de la nave gobernada por su capitán Kasparek.
Running Wild
“Lead or Gold” nos llevaba de paseo hasta 1992, con la imagen de la portada “Pile of Skulls” en la pantalla mientras Se lucía Peter Jordan con uno de sus solos más celebrados por la audiencia. De vuelta a los noventa con “Soulless” de "Black Hand Inn". Una pena que no revisitaron otros discos más célebres de esa época, como “Marquerade”. Pero En fin, ya se sabe que con esta gente las sorpresas con el setlist están aseguradas unas veces para bien y otras no del agrado de todos. Claro está que, con la larga ausencia de los escenarios , los piratas querrían dar un repaso extenso a su carrera y, con el tiempo tan ajustado que tenían, muchos temas se iban a quedar fuera.
Una llamada a la batalla y unos cañonazos ponían en alerta al personal. No era otra que la introducción de su célebre “Under Jolly Roger”, con el que el capitán se colocó su traje de capitán y su sombrero picudo, además de la casaca tres cuartos para interpretar este solemne himno. Haciendo las delicias de sus acérrimos grumetes.
Acabaron donde empezaron, en sus orígenes, y con “Treasure Island”, con gran tesoro en la pantallao, finalizaron su actuación los de Hamburgo. Una gran actuación que quedó un poco deslucida por el setlist escogido, pero que, sin embargo, dejó satisfecho a la mayoría.
Running Wild
Con menos de 15 minutos de descanso, la pantalla principal comenzó a emitir imágenes de lás tierras pantanosas de EE. UU. Para dar paso a la historia de la música. Los de Jacksonville visitaban Cataluña tras la cancelación programada anteriormente, después de un repaso por la historia de la banda en imágenes.
Salían a escena con un Ronny Van Zant enfundado en su ya clásico chaleco y su pie de micrófono adornado con su bandera de las barras y estrellas. “What’s Your Name” daba el pistoletazo de salida con el que sus componentes, acompañados de las coristas, entonaban esa melodía que acompaña el estribillo. “Workin’ for MCA” fue la siguiente, de su glorioso “Second Helping”. “You Got That Right” mostraba ese rock sureño, marca de la casa, con el que Damon Johnson nos deleitaba con esos acordes y toques de slide que tanto caracterizan a esta banda. Con “That Smell” abrazaban su disco "Street Survivors", en el que una vez más Damon jonshon se mezclaba con las coristas a la vez que un fabuloso Peter Keys al piano entonaban el estribillo.
"Saturday Night Special" repasaba su "Nuthin’ Fancy". La dupla Rickey Medlocke y Mark Matejka se hacía fuerte. En "The Needle and the Spoon", de vuelta a su "Second Helping",se volvia a poner en relieve la importancia de los tres guitarristas: Rickey Medlocke, Mark Matejka y Damon Johnson, quienes en todo momento aportan los elementos necesarios para alcanzar la perfección, siempre arropados por el teclista Peter Keys.
Un solo de guitarra a cargo de Mark Matejka nos adelantaba "Swamp Music" de su LP "Second Helping". En el meridiano de la actuación, continuaban con "Gimme Back My Bullets" de su disco con el mismo nombre.
Momento especial y muy emotivo el que vivimos cuando interpretaron "Tuesday's Gone", dando lugar al homenaje a su guitarrista Gary Rossington, quien falleció en 2023. Imágenes del guitarrista se iban sucediendo a la vez que se repasaba la trayectoria de la banda, terminando con un emotivo final con ese piano, marca de la casa, a cargo de Peter Keys.
La emblemática “Simple Man” ponía de relieve todo lo que esta gran banda representa. Un piano que nos retrocede a un salón del oeste, esos slides de guitarras que nos hacen sentir el olor a bourbon, unos coros que parecen salir de un cuarteto de gospel y, cómo no, la inconfundible voz del Hermanísimo, que, como buen sureño, no dejó de mascar chicle durante todo el bolo.
Lynyrd Skynyrd
Tras “Simple Man”, nos lanzaron a botar a todos con la bailable “Gimme Three Steps” de su primer disco. La batería de Michael Cartellone ponía a todo el mundo en pie cuando el trío de guitarristas, apoyados por el incombustible pianista, también de pie, interpretaban este gran clásico.
Y es que de clásicos andaba sobrada esta legendaria agrupación que, como ya nos dijeron en la introducción, formaba parte del exclusivo elenco del Rock&Roll Hall of fame. “Call Me the Breeze” nos adelantó que el final estaba asomándose y que no podía ser menos que con este temazo que en su día popularizó J.J. Cale.
Los primeros acordes del siguiente tema no confundieron a nadie y rápidamente todo el mundo en pie comenzó a corear ese inconfundible intro de guitarra de "Sweet Home Alabama". La euforia desatada entre los presentes, con una banda correteando de lado a lado, añadiendo un toque de rock crudo con esas guitarras al ya de por sí legendario tema, no hizo más que ensalzarlo aún más.
Pero como todo lo bueno se acaba... ¡ojo! que faltaba la guinda: la perla, esa piedra preciosa que todo tesoro esconde, el botín que todos desean, y no era otra que la magistral "Free Bird".
Algunos la conocerán por la banda, otros por la mítica escena de los descerebrados primos de Slipknot en "Los renegados del diablo", otros simplemente porque sí, pero el caso es que varias generaciones enteras se alzaron en pie para gritar todos juntos eso de "And the bird you cannot change". ¡Freeeee Bird! Y la locura estalló en el escenario con sus tres guitarras, todos a su vez interpretando el solo más largo de la historia. Las coristas, el pianista y la batería que no cesaba, una y otra vez, se iban repitiendo las melodías de esas guitarras que no paraban . Ese solo totalmente apoteósico, que solo ellos saben interpretar a la perfección, imitado una y mil veces por diferentes formaciones, seguía y seguía sonando en Santa Coloma. Y cuando creíamos que ya se acababa, el bueno de Rickey Medlocke y sus secuaces volvían a lo suyo, hasta acabar, totalmente extasiados, como salidos del tiroteo de la mítica escena de la película en la que para, muchos nos quedó grabado este tema.
Broche de oro macizo el que nos brindaron los americanos, que ya terminaron de reventar nuestro ya de por si maltrecho cuerpo. Con los clásicos y ya 33° de temperatura, decidimos retirarnos.
Cuando íbamos abandonando el recinto, se oía de fondo a Jevo y sus Reno Renardo interpretar “Camino moría”. Gran momento cuando, mientras alababa al público catalán, siempre fiel, suplicaba que, por favor, no se llevaran a Nico Williams.
Y con los colegas del Reno abandonamos el recinto de Cam Zam