Una noche tan mágica y misteriosa como la de reyes, en la que miles de corazones infantiles rebosan felicidad, ilusión y fe, esperando con total nerviosismo la llegada de los Reyes Magos de oriente, cuyo cometido primordial consiste año tras año en intentar cumplir con todos los deseos de esas almas.
Reinando desde tiempos ancestrales una bonita tradición, la cabalgata de reyes, en donde las calles de las ciudades y pueblos ponen el colorió, se inundan de carrozas, produciendo satisfacción y alegría, a niños y adultos, quienes radiantes ven pasar a sus majestades acompañados de sus pajes, intentando atrapar el mayor números de caramelos, lanzados y obsequiados por éstos.
Aunque sea así de bonito y fiestero, otros, en los que me incluyo, preferimos celebrarla de otra manera bien distinta, refugiándonos en otro tipo de ambientes, en bares, típicos cotillones o eventos culturales.
El kafe antzoki de Bilbo quiso celebrar esa noche de una manera bastante acorde a la festividad, con un acontecimiento musical cuyo lema era la mar de atrayente “Los Reyes Son Rockeros”, contando con el espectáculo explosivo de los barakaldeses Porco Bravo y el magistral show de una de las mejores bandas tributo, de los legendarios neoyorquinos Ramones, me estoy refiriendo a los gasteiztarras Gramones. Dos formaciones con bastantes similitudes, unas propuestas musicales incendiarias y totalmente fulminantes en directo, capaces de acaparar adeptos.
Sinceramente era una estupenda opción para reunirnos los roqueros de siempre y pasar una velada agradable e inolvidable, en familia, sin importarnos un pimiento que fuera ese día tan señalado.
Ambiente
La velada no podía empezar más potente que con el puro rock salvaje de Porco Bravo. Unos músicos que sobre un escenario se crecen, despachándose a sus anchas y acabando prácticamente envueltos en sudor. Les da lo mismo actuar en un garito pequeño para un número reducido de personas, tipo el Edaska, que en plenas fiestas de un pueblo, teloneando a un grupo grande, que el espectáculo y la entrega son del mismo calibre, demoledoras y sin concesiones.
La banda desprende mucha energía y provocación en vivo, salteado con un buen hacer de sus protagonistas. Lo que más llama la atención es su estupenda predisposición de ellos, intentan involucrar y captar al espectador, en base a un Rock & Roll cargado de provocación y gamberrismo. Su líder, Manu, es una pura bestia. Un animal intratable, con una actitud totalmente alocada, quedándole totalmente pequeño cualquier escenario que se osa pisar. Un frontman con todas las de la ley, una persona capaz de dejarse la piel en el escenario, con un comportamiento totalmente avasallante y desmedido, desde el primer minuto, contagiado de buenas maneras, una impecable y brillante interpretación, un derroche físico descomunal y el uso todo tipo de artimañas.
A eso de las 9 y media arrancaba el espectáculo con ”Porco Show”, cuya letra alude a la banda “Porco Bravo en tu ciudad……..1, 2,3 vamos a empezar el show”, y que razón tienen….
No se si por un tipo de encantamiento o ritual hipnótico lograron que ya desde ese instante estuviéramos rendimos a sus pies, ansiosos de recibir, sin rechistar, esa dosis adrenalítica, en plan si fuéramos una especie de zombies o muertos vivientes enfurecidos.
Presentaban de manera oficial su primer trabajo “Show” en la capital vizcaína, no era la primera vez que pisaban ese susodicho escenario, con anterioridad ya lo habían llevado a cabo en un par de ocasiones, una de ellas compartiendo noche con los californianos The Bellrays.
Son unos músicos que se manejan como pez en el agua, además de contar con una calidad musical aplastante. Creo que la gran mayoría no podemos poner ninguna pega de lo visto, un show potente, intenso y sobretodo divertido.
Porco Bravo
Por momentos parecía que estaba cayendo una fuerte lluvia de granizo sobre nuestras cabezas, una tras otra nos arrojaban sus rugidos en forma de canciones, con la intensidad y energía precisa para que no se rompiera la química y buen rollo imperante.
La cabeza de Puerco, uno de sus peculiares artilugios escénicos, no cesaba de volar por encima de nuestras cabezas, algunos temerosos de recibir tal espeluznante golpetazo.
“Entra La Noche” fue el segundo tema de la noche, confirmando que cuentan con muchas cualidades para convertirse en algo más grande de lo que son. Su directo y estilo musical cautiva por novedoso y fresco, calificativos que muchos grupos no logran, a pesar de contar con integrantes habilidosos y afanosos.
Sin duda alguna, una de las bazas para tener éxito, es ofrecer algo ingenioso y lo más ameno posible y si se puede que sea de puro sentimiento y total dedicación.
“Antes De Nacer”, “Di Ke No” y “Deseo Verte” confirmaban la tendencia de llevar a cabo un recital potente dentro de sus posibilidades, además entre tema y tema, Manu se despachaba con sarcasmo, casi siempre aludiendo “¿Estáis cachondos?”
Las peripecias por parte de éste continuaban, sin descanso, siendo cada vez más alocadas, de autentica vesania y disparate, pongamos el caso de algunas de ellas como cuando con una taladradora se taladra el listado en su pecho, para darlo de inmediato fuego, bromeando que “el Berria no arde”, o cuando se lanza al público, incitándolo “no tenéis huevos a cogerme”.
Tanta garra y eficacia debía desembocar en un final vertiginoso y delirante, en un climax en el que las personas allí reunidas explotarán de entusiasmo y hablasen durante tiempo de lo acontecido esa noche y la verdad lo rayaron a la perfección con una estupenda versión de Rose Tatoo, “Nice Boys Don´t Play Rock & Roll” en la que cambiaron el estribillo por “Los Porco Tocan Rock & Roll” y el numerito de la bengala en el culo en el tema “Sin Ti”. Un truco que siempre consigue meter al público en el bolsillo y en el que el carismático vocalista comparte protagonismo con uno de sus guitarras, quien aparece en paños menores, para desprenderse posteriormente de sus llamativos calzones y acabar totalmente como su madre le dio a luz, eso si, ocultado su miembro viril detrás de su guitarra.
Tres palabras podría resumir su actuación “Turbulencia”, “Provocación” y “Brillantez”
Porco Bravo
Resultaba una heroicidad que los gasteiztarras Gramones le quitaran la corona a los grandes triunfadores de esa noche, Porco Bravo. Ese triunfal adversario se presentaba como un duro hueso de roer, casi imbatible, aunque los vitorianos no se dejaron amedrentar y nos sirvieron en bandeja una recreación real del disco “It´s Alive”. Vestidos con las vestimentas de ellos, con su chupas de cuero, gafas negras y unas pelucas supieron transportarnos muy atrás en el tiempo, a esa nochevieja de 1976 en la que se grabo ese fabuloso disco en vivo. Para los que nunca hemos tenido la suerte de verlos en vida, supuso como cumplir en gran parte ese lindo sueño y regocijarnos de sumo gusto.
En nuestro país desde un tiempo atrás están emergiendo muchas bandas tributo, algunas versionando con acierto el repertorio de sus tan queridos ídolos, por citar The Bon Scott Band, Tokame La Polla, Pink Tones, Metalmania.... y otros con menor fortuna. A Gramones lo podríamos encasillar en los primeros, ejecutan los himnos tal como lo hacían sus creadores, con un sonido crudo y sucio y una actitud totalmente despiadada. El grupo se gestó en 1997 con miembros del grupo Obligaciones, con el deseo de hacer una fiesta en homenaje a ese mítico combo, en un día concreto, en nochevieja, como fue grabado ese directo y con el deseo de celebrar por todo lo alto el vigésimo aniversario de aquella grabación.
Al final no pudo llevarse a cabo ese día y se tuvieron que conformar con tocar en nochebuena, pero menos es nada . En principio solo iba a tratarse de algo puntual pero tal fue el éxito y repercusión, que continúan repitiéndolo en contadas ocasiones y siempre por mera diversión.
Gramones
“Rockaway Beach” y “Teenage Lobotomy” fueron los primeros entrantes, ramalazos macarras que buscaban las primeras reacciones del público, aunque fueron inyectadas de mucha fuerza y vitalidad, los músicos no pecaron en mostrar otra cara bien distinta y ajena al que la banda californiana desprendía en sus directos, esa frenética forma de tocar y su pose (piernas abiertas con guitarras a la altura de las rodillas).
El recital continuaba a cargo de una contundente ración de hits, en las que no faltaron “Blitzkrieg Bop”, “Sheena Is A Punk Rocker”, “I Don´t Care”, y “California Sun”, composiciones simplonas y rápidas, cuya duración no superan nunca los tres minutos. Sin darnos tiempo a respirar y tomar fuerzas llegaba “Pinhead” en el que una pancarta irrumpía en el escenario y en donde se podía leer sus palabras de guerra “Gabba, Gabba, Hey”, continuando con “Do You Wana Dance?” y enlazando con momentos destacables “Suzy Is A Headbanger” y “We´re A Happy Family”, buscando desesperadamente una aprobación bien merecida.
Hasta entonces el show estaba dejando un buen sabor de boca pero sabíamos que con esa última se cerraba ese disco en directo, lo que nos hacía suponer que ese podría ser el final. Pero no se podían olvidar de hacer un pequeño recorrido a otros trabajos, era obligado tocar “Mamas Boy”, “Pet Sematary”, “I Believe in Miracles” o “Psycho Therapy”, por lo que gozamos de un tanda extra de éxitos, unas fulminantes últimas dosis punkeras de la noche.
Esa noche los más escépticos volvieron a creer en la magia de los reyes magos, ilusionados que el año que viene les traigan un evento musical de mismas características. Lo dicho en estos casos, a ser buenos durante todo el año sino los reyes os traerán mucho pero que mucho carbón.