Aquella podría ser otra  noche más de un Viernes cualquiera, pero no era así porque en esta ocasión íbamos a disfrutar del primer concierto de la temporada otoño-invierno en la sala Heaven Dance Club.

Para abrir la veda de la campaña de conciertos además de esperar juntarnos con varios cientos de personas íbamos a estar estupendamente arropados por Dark Aladas, Alimaña HC y Narco.

Llegamos a la sala sobre las ocho y media de la tarde y allí no había ni un alma, ¡y eso que teníamos miedo de no poder aparcar!. Bueno, suponíamos que era demasiado pronto. El tiempo pasó y la gente fue entrando tímidamente a la sala. Y allí nos encontramos con esas personas que sólo vemos en las salas, porque el verano ya había acabado y porque la gente que acude a festivales gratuitos (o casi) para ver de lejos a los grupos o ni verlos se había quedado en casa.

¿Por qué?, pues simple y llanamente porque en realidad la música importa un pito y se va a los festivales a emborracharse y a mojar el pizzarín. Que sí, que claro, que pagar en anticipada 4 euros por ver a cada grupo es imposible para cualquier bolsillo, y bueno ya ni hablamos de pagar 5 en taquilla, ¡qué despropósito!, ¡apaga y vámonos!.

Y luego decimos, si es que no hay conciertos en Cantabria…, si es que nunca veo a grupazos que me encantan porque no les trae nadie… ¿pero realmente importa?. Ante el panorama que forman los espectadores poco o nada pueden exigir porque la simple idea de plantearse traer a un grupo no muy conocido o que cobre mucho es como construir un castillo de naipes.

Pues nada, no comento más porque simplemente me parece bochornoso, y además no soy nadie para tratar de predicar nada, ni con el ejemplo ni sin él. Y al que se le ocurra pensar que la prensa lo tenemos muy fácil porque nos dan acreditación lo lleva claro. Porque como bien se sabe nadie da duros a pesetas, y el trabajo de escribir unas líneas y sacar unas cuantas fotos (que se suelen ver 20 de 200) y todo lo demás lleva su tiempo. Nosotros encantados de la vida que lo hacemos porque nos gusta y lo hacemos con ganas y con ilusión, pero la sensación de ver tan solo a 300 personas en un concierto como el de esa noche fue bastante decepcionante. Espero que al final no se tire tanto de la cuerda que se acabe rompiendo en mil pedazos.

Los fervientes ganadores del  Certamen de Música Joven de Cantabria 2.010 en la modalidad rock – metal, Dark Aladas, fueron los encargados de abrir la velada de este atractivo cartel, no todos los días podemos ver a Narco en directo en una sala, en festivales, lo que quieras, pero en salas, lo cuento con los dedos de la mano.

En su comienzo, esta vez no hubo intro, de forma sincera nos comentaros que se les había olvidado el disco en casa, una pena, porque su intro es de lo más original que nos hemos encontrado en estos últimos meses, una canción extraída de la serie de dibujos de Los Simpson, la que interpreta el Sr. Burns sobre unos animales, seguro que ya sabéis cual es.

Aún no han editado su esperado disco, seguimos esperando, ya hemos escuchado por activa y por pasiva las “nuevas” canciones, pero sobre el disco, na de na… ¿Cuánto tendremos que esperar?, seguro que pronto, el premio conseguido por ser los ganadores del Certamen de este año les ha venido de perlas.

Comenzaron del mismo modo que en el pasado Salcedorock, el primer tema “Zorra viste Zorra” y el segundo “Tu Laberinto” pero de forma “Slayerosa”, así ponía en el set list y creo que sé por dónde iban los tiros. Sonaron brutales, directos y contundentes, se les veía cómodos, seguro que la gente que se arrimó a las primeras filas les ayudaron a sentirse a gusto sobre las tablas.

Quizás sea uno de los grupos de Cantabria que están en pleno auge, su progresión es notable y eso lo demuestran en cada directo. Para finalizar, su último bloque de canciones fue iniciada con una versión de Soziedad Alkohólika “Criminalización”, para seguir con “Error del Sistema” y poner punto final con “Patadas en la Boca”.

Desde Soria y con mucho amor por repartir llegaron los Alimaña HC. Este es uno de esos grupos que derrochan potencial y buen hacer por los cuatro costados. Empezando por una buena puesta en escena y acabando por la energía y la solidez que demuestran sus temas y porque aunque hayan tenido experiencia en otras formaciones, con ésta sólo han sacado dos disco y el futuro que se les presenta si siguen así es prometedor. Tal vez haya que tirarles un poco de las orejas porque tenemos ganas de escuchar algo nuevo, ¡jejejeje!.

El público no era demasiado numeroso y se mostró algo tímido al principio, pero creo recordar que enseguida ante la llamada de los sorianos se acercaron a primeras filas. Yo desde luego no me iba a quedar detrás mirando como de soslayo. Y es que habiendo destripado hasta la saciedad esa “Desolación” imposible de olvidar, las ganas de tenerles bien cerquita eran inevitables.

Y por qué no decirlo este grupo me atrae como un imán, y salvando y mucho las distancias, en cuanto a tiempo y experiencia se refiere, no se me vayan a asustar, no me da vergüenza decirlo, y pondría la mano en el fuego afirmando que tienen poco o nada que envidiar a grupos que ya han volado bien alto batiendo sus alas con fuerza. Y es que como bien todos sabemos a veces la única diferencia entre un buen grupo y un grupazo es que al grupazo le han escuchado millones de personas y al grupo sólo miles.

Aquella noche abrimos los oídos y mucho para escuchar tanto ese genial “Desolación” como el más antiguo, “La rabia de los condenados”.

Abrieron el bolo tras una intro y con el tema homónimo de su más reciente trabajo. Después se centraron en el anterior para dejarnos con “Tu Dios” y “Mundo enfermo”. Y así se sucedió la noche, en un combate entre lo más reciente y lo más clásico, en una guerra llena de rabia, de lucha y de energía. Aquello fue una batalla que tuvo como absoluto vencedor como no podía ser de otra manera a Alimaña H.C.

La cuarta canción que se marcaron es uno de esos pocos temas que realmente logran ponerme los pelos de punta y que le dan el verdadero sentido que tiene a esa expresión, ni más ni menos que “Vuestra cara es nuestra cruz”.
Los minutos pasaron sin casi darnos cuenta y sonaron “Mi lucha”, “Marionetas del diablo”, en la que curiosamente colabora en el disco Vikingo M.D. al que no dudaron en dedicarle el tema, y “Tiempos de veneno”.

Muy a nuestro pesar aquello llegaba a su fin y la explosión llegó a su máxima potencia con dos grandes temazos de “Desolación”: “Su imperio del terror” y “Hardcore”. Y por si todavía nos quedábamos con ganas de más y no habíamos bailado suficiente se despidieron con “Nos vimos en Berlín”. Por cierto, este último tema me gustó infinitamente más que la versión original. Dicho esto ya me pueden crucificar, `¡jejejeje!.

Fue todo un placer haber visto de nuevo en directo a Alimaña H.C. ofreciendo un concierto más que intenso.

Los sevillanos Narco fueron los encargados de dar por cerrada aquella estupenda velada de sudor y lágrimas de gozo. Y como bien ellos comentaron aunque fuésemos pocos y pocas seguramente seríamos los y las mejores.

Dieron todo un conciertazo y además no escatimaron en temas, marcándose más de una veintena y siendo unos de los culpables de que llegásemos a casa pasadas las tres de la madrugada pero más contentos que unos niños con zapatos nuevos.

Supongo que en todas partes cuecen habas, habichuelas y habichuelones y que el grupo ya estará más que acostumbrado a que les toquen las narices en directo, pero dice mucho de una banda (y de unas personas, no olvidemos lo que somos) cuando te toca lidiar con el “encantador” borracho de turno que no para de intentar subirse al escenario y reventar el bolo. Distorsion Morales trató en todo momento de que la cosa no llegase a mayores, hablando con el chaval, pasándole el micrófono desde el escenario y hasta bajándose de las tablas para cantar con él.

Los Narco nos dejaron exhaustos con su actuación y aquello fue un sin parar de canciones y de botes y más botes desde esa primera genial intro del “Alita de mosca”. El grupo consiguió animar al respetable y metérselo en el bolsillo, aunque todo hay que decirlo, y tampoco hacía falta demasiado para ello, y es que no había una sola estrofa de una sola canción que el público no corease con todas sus fuerzas.

El repertorio que se marcaron los del barrio de la Macarena fue el mismo que están llevando a cabo durante la gira de presentación de este bombazo titulado “Alita de mosca”, o por lo menos el que hemos escuchado las veces que hemos podido disfrutar de ellos en vivo y en directo.

Hay cosas que no cambian, y además del repertorio, esa explosión de energía que transmite el grupo y que se contagia al primer segundo es siempre igual de fascinante.

La última vez que les habíamos visto fue en verano en el Islarock. Allí probablemente por falta de tiempo se dejaron algunos temas en el tintero que en esta ocasión sí pudimos escuchar.

Después de bombardearnos con su “Alita de mosca”,  ametrallando los primeros cincos de seguido y en orden y después de “Vizco”, llegó otra de esas nuevas canciones que yo escuchaba por primera vez en directo, y que no podía ser otra que la psicópata y caníbal “Exorcismos caseros”.

De las recién salidas del horno también mis oídos se deleitaron con otras novedades para ellos, como “Julio César Chaves” y hacía el final del concierto también se pudo escuchar la pegadiza “Mi negocio”, con la que se acabó para mí la explosión de los sentimientos más oscuros de este nuevo disco.

Pero la cosa no se quedó ahí y además de poder desbarrar con estos temas también escuchamos otros clásicos por primera vez en esta gira, otras canciones que faltaron en Valencia de Don Juan y que fueron “El atraco”, “D.J. Muerto” y “Seke-6”.

El resto del repertorio fue el mismo que habíamos visto en la anterior ocasión y tampoco es cuestión de alargar esto con más de lo mismo. Así que como os podéis imaginar no faltaron ni “Tu dios de madera”, ni “Siempre enmarronao”, ni “La cucaracha”. Cerraron como la última vez que les vimos con “Ambiente cadáver” y “La puta policía”.

La conclusión final es que es todo un lujo ver a Narco en una sala, gracias a la gente que les trajo, se merecen el mayor de los aplausos. Y por supuesto no queda otra que alabar su buen gusto, porque aunque Dark Aladas y Alimaña H.C. fuesen los aperitivos de un suculento postre, consiguieron abrir el apetito y calmarlo mucho. ¡Y es que nadie dijo que en una buena comida el último plato sea el más importante!.