Viajamos a eso de las doce, rumbo al este, desandando los pasos del sol por el día. Dos horas más tarde nos recibe con su aliento frio la atemporal Granada, bajo un cielo plomizo y un tanto amenazante que quedó solo en eso.
No tiene nada de nuevo irse de cervezas y tapas por esa infinidad de bares concebidos precisamente para eso y como no vamos de originales en eso invertimos buena parte de la tarde. Con el corazón caliente y el líquido dorado, bien fresco, las horas pasaron como relámpagos hasta que a eso de las 22 horas nuestros huesos fueron a dar con la puerta de la Industrial Copera.
Veinte minutos más tarde Paco Luque y los suyos asaltaron el escenario con el intro de Vangelis aun en el oído Que baje un rayo y me partarompió el hielo, hizo trizas cualquier silencio ante una sala emocionada llena en sus tres cuartas partes. Más que la canción que abre el cotarro fue una declaración de principios de lo que durante algo más de hora y media íbamos a poder disfrutar como lo corroborarían los siguientes temas. Tengo, Camarada, Dice el poniente, Tanto que perdí, Toma y obliga, o Yonki supastardan muestra del saber hacer de los “granainos” donde con un oído oyes hip-hop y con el otro una rumba, un soplo de flamenco y con los dos hardcore y metal a discreción.
La amalgama no aburre y la gente lo agradece. A ellos se les notan las tablas y observando un poco detrás de la música se ve que tras los instrumentos ellos son lo primeros que están disfrutando. Se nota en cada acorde, en cada base y en todas las miradas cómplices que se dedican. Canción a canción, verso a verso se hace concierto al rimar (permítanme el parafraseo) y superado el primer tercio sonó Coplas de negra inquietud, seguida de Misas y cenascon la primera colaboración de la noche a manos del Quilate.
Hora Zulú
Continuaron con Llueven flores y Ya que te pierdo, crítica dura y amarga de maltrato que sufre su ciudad natal a manos de los incompetentes dirigentes. Aun viéndolo desde la lejanía no les quito razón
"Mira como ruedan las lágrimas por ti “mora”/Veo como te venden por cachos los traicioneros/Que te han puesto precio de trofeo pa los guiris/Y el no tener puede convertir a aquel que te quiero en un forastero/Mira que me gustaban tus rincones oscuros/Pero se empeñaron en que tu imagen lavaras/Nunca conseguirán que a mi me huelas a futuro/Pues solamente a ti te lavaron como a los muertos el culo y la cara"
La segunda aportación externa de la noche vino de la mano de Ana Luque que cantó Volvió a darme por buscar y Ciudad sin sueñoun sentido y casi sanguíneo homenaje a Enrique Morente, que sin estar lo llena todo, que una vez ido nunca dejara de estar, de recorrer su voz y rebotar por las esquinas de cada calle desde el barrio del Zaidín al mundo entero. El hombre de los mil escenarios, el que le cambiaba la camisa al alma para que pareciera distinta sin dejar de ser la misma y así mimetizar su arte en casi toda suerte de música. Ahí, bajo un inmenso retrato suyo. La canción me recordó al disco Omega que hizo junto a los Lagartija Nick.
Hora Zulú
Para llegar a la recta final, siendo justo con la realidad, sin bajar un ápice su enorme energía no dejaron de sonar De-que-rer-ser, Con mi condena, Tientos, De vivir sin ti dos vidas. Inmediatamente después aparece la tercera y ultima colaboración a cargo de Hate de Violadores del Verso que cantó Luego querrá y juntos tocaron una potente versión de Las cosas por su nombre (VDV).
Con el último suspiro fueron sonando Golpes de pecho, Agua de Mayo, A ver si me entiendes y Andaluz de nacimiento para deleite de un público agitador de banderas andaluzas con estrellas rojas que ven en este tema más que una canción, casi un himno. En definitiva un concierto con muy buen sonido con una entrega digna de elogio en una sala que es parada obligatoria para los grupos que se precien del panorama nacional, en un ambiente donde cada uno podía expresar sus emociones sin molestar a nadie y si queréis quedamos para otro. El día H a las tantas, hora zulú, siempre y cuando diga…
" (..)el poniente / que mientras quel cuerpo aguante / y haya tragos de aguardiente / no haya penas que no cante / dice el levante / que me pare y que me oriente."